Tal y como avanzaba Movistar durante la retransmisión del encuentro liguero entre Celta de Vigo y Osasuna del pasado domingo, Sergio Álvarez prepara su despedida del fútbol. 

Hace ya casi un año que el de Catoira tenía que abandonar el césped de la antigua ciudad deportiva de A Madroa por problemas con su rodilla derecha. Si bien es cierto que se sabía que le esperaba una larga recuperación, lo que nadie podía pensar es que esta acabaría por hacerle colgar los guantes. 

Aunque es un triste final para "O Gato de Catoira", nadie le puede quitar ya todo lo que ha logrado en su extensa carrera deportiva.  Llena de grandes actuaciones frente a algunos de los mejores jugadores del mundo.

Llegado desde la base, en la temporada del ascenso a primera, la 2011/12, supo hacerse un hueco en el primer equipo. Casi siempre partiendo como suplente, contra porteros como Yoel Rodríguez, Javi Varas o el propio Rubén Blanco. Sin embargo, cuando ha tenido que dar un paso al frente lo ha dado, siendo un pilar fundamental en el equipo celeste durante la última década. 

El gallego se va tras 187 partidos a sus espaldas. Pero sobre todo, se va con el cariño de toda la masa social del Celta y con la certeza de saber que lo ha dado todo por el club en el que soñaba jugar cuando era niño.