Hoy vuelve a ser un día importante en la agenda de los sevillistas. Mayo es un mes que siempre ha traído alegrías a los aficionados rojiblancos. Tal día como hoy, hace siete años, el Sevilla FC conquistó la que fue su tercera UEFA Europa League.

El cuadro de Nervión ya había conseguido la UEFA de 2005 y la del 2006. Siete años más tarde, quiso volver a dar el cante en Europa y, tras un recorrido de sobresaliente por la competición, derrotando al Real Betis en Heliópolis y al Valencia en Mestalla (gracias al conocido testarazo de Mbia), se plantó en la final de la competición internacional y se encaró con el Benfica en la ciudad italiana.

El encuentro permaneció bastante igualado durante los noventa minutos, con mucho desgaste físico por parte de los dos equipos. El duelo se caracterizó por la emoción de los seguidores de ambos cuadros que veían como tanto el Sevilla como el Benfica habían tenido varias ocasiones para adelantarse en el marcador, pero ninguno logró anotar ningún gol en el tiempo reglamentario.

La tensión en el ambiente iba “in crescendo” y ninguno de los dos fue capaz de sentenciar el partido, ni siquiera en la prórroga, y tuvieron que llegar a esa escena que saca de quicio a cualquier amante del balompié: la eterna tanda de penaltis.

La suerte no estaba de parte de los portugueses, que no fueron capaces de transformar las ocasiones que tuvieron y lo pagaron muy caro. El Sevilla metió cuatro balones en la portería lusa, marcando así la diferencia que los proclamaría campeones de Europa. Kevin Gameiro anotó el gol definitivo y Beto destacó por sus dos legendarias paradas.

Finalmente, el Sevilla FC de Unai Emery conquistó la copa que marcó el inició de una trilogía. En los dos años siguientes, con el entrenador vasco sentado en el banquillo, el cuadro andaluz conquistó de nuevo la copa intercontinental, proclamándose campeón durante tres años seguidos.