Parecía que el Atleti de las remontadas épicas se había quedado en la temporada pasada, pero hoy los chicos del Cholo han demostrado que dan mucha guerra hasta que el árbitro haga sonar su silbato. 

El Atleti empezó lento y tosco; no le salían las cosas, fallaban pases que no deberían, los controles de balón eran pésimos y prácticamente ni se acercaron a la portería rival; pudo ser por el nuevo dibujo, pudo ser por la aparición de Griezmann en el once, pudo ser por el cansancio acumulado de las selecciones, pudo ser por mil razones, pero lo importante es que los jugadores que representaban al Atlético de Madrid en el campo no estaban a la altura del partido.

El Espanyol tenía muy claro qué partido quería hacer y a que quería jugar, muy diferente de la situación del Atleti. Fuertes en defensa y aprovechando las ocasiones en ataque. Como era de esperar, el gol de los pericos acabó llegando, un córner en el minuto 40, Llorente pierde la marca de Raúl de Tomás y este remata a placer de forma que Oblak no se lo espera y le es imposible pararlo. La primera parte podría haber acabado con más ventaja para el equipo local, pero por suerte para los colchoneros no fue así

En los primeros 45 minutos la defensa tuvo mucho más protagonismo, ya que el ataque fue prácticamente nulo y las pocas ocasiones que se acercaban, los delanteros acababan desperdiciándolas. Griezmann pasó muy desapercibido en su re-debut, aunque tampoco pudo hacer mucho, Correa lo intentó, pero no tuvo suerte y Suárez hoy no tenía el día, todo lo que intentaba acababa fuera del campo o con el balón en los pies del equipo rival. Llorente hoy tampoco tuvo su mejor día, la asociación que tanto gusta en el Atleti con Trippier prácticamente no apareció y las pocas internadas individuales que tuvo no acabaron en buen puerto, Carrasco se vio en la misma situación que Llorente y no pudo sacar todo el talento que tiene en Cornellá. En líneas generales, la primera parte del equipo madrileño fue un despropósito que solo una charla de Simeone podía salvar.

Un triple cambio y unos ajustes tácticos en el descanso cambiaron totalmente la cara de los atléticos, parecía un equipo diferente. Kondogbia, Lemar y Lodi fueron los culpables del increíble lavado de cara de los rojiblancos. La actitud de los jugadores era muy diferente, sabían que debían  remontar y lo iban a dejar todo en el césped por lograrlo; mucho más ordenados en todas las líneas, las jugadas poco a poco empezaban a salir y el Atleti se iba envalentonando. En el minuto 55, Martínez Munera, anuló el que sería el primer gol del Atleti por fuera de juego de Suárez —que definitivamente hoy no tuvo suerte en ningún aspecto— tras revisarlo durante unos largos minutos junto al VAR, pero el equipo no bajaría los brazos. El Atleti lo intentaba, pero sin suerte, aunque al igual que llegó el gol del Espanyol por insistencia, los del cholo no iban a ser menos. Volvió la bendita pausa de hidratación y en el minuto 79, Carrasco se revolvió en el área como solo él sabe para acabar  metiendo la pelota en la portería rival igualando otra vez el marcado, aunque dejando tan solo diez minutos para poder remontar el marcador. Se añadieron diez minutos tras las pérdidas de tiempo del equipo local, los cambios y la revisión en el VAR; diez minutos que valieron para que Lemar —que desde su salida se había echado el equipo a la espalda— pusiese por delante a su equipo culminando una tarde perfecta para él. 

Volvió Joao y dejó destellos del jugador que llegó a ser la temporada pasada, lo que es una buena noticia para los colchoneros, Kondogbia volvió a cosechar un gran partido como viene siendo desde hace varias jornadas, pero el importante en la tarde de hoy iba a ser Lemar, que se proclama como uno de los jugadores más en forma de la plantilla actualmente por el increíble nivel que está demostrando; cuando todo parecía perdido dio un paso al frente y saco la garra necesaria para darle la vuelta al partido sabiendo que el equipo le necesitaba.

La primera parte perteneció totalmente al equipo perico, pero la segunda fue un ataque en masa de los rojiblancos que a la épica consiguió llevarse los tres puntos de vuelta a Madrid para seguir luchando en los puestos más altos de la competición liguera. Lo que está claro es que el Atleti y las pausas de hidratación tienen una relación mucho más bonita que la de Jack y Rose en Titanic. 

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