Este miércoles no fue una tarde normal en Sevilla, ya que volvía la Champions League a la capital andaluza y lo hacía con el regreso de sus aficionados a una competición europea desde aquel famoso partido de Europa League frente al CFR Cluj de hace más de un año y medio.

El partido en sí, fue atractivo para el espectador, aunque estuvo cargado de dudosas decisiones arbitrales que dejaron a la afición sevillista bastante enfadada. Unas decisiones que, para nada son habituales de ver, al menos en el fútbol moderno, ya que el colegiado del partido llegó a pitar hasta cuatro penaltis en total en todo el encuentro, pero más específicamente en algo menos de 45 minutos, dato que se desconoce si podría llegar a ser récord histórico en la Champions League.

Todo comenzó con el primer penalti sobre el jugador del Salzburgo Adeyemi, que llegó a ser protagonista en los tres penaltis pitados a favor del conjunto austríaco. El primero de todos, fue un bloqueo de Diego Carlos sobre Adeyemi, un bloqueo que al principio parecía haberse producido fuera del área, ya que el árbitro principal así lo vio, pero tras unos minutos de espera revisando la jugada, la sala VAR rectificó el error del árbitro e indicó penalti aunque el propio protagonista de la infracción fue el encargado de fallar el mismo.

El segundo penalti fue algo similar aunque un poco extraño, de nuevo el jugador austríaco estaba junto con Jesús Navas en una pugna por un balón que todo apuntaba a que iba a salir y asimismo indicar el árbitro saque de puerta, pero el jugador sevillista hizo una leve carga sobre Adeyemi probablemente para que el jugador no consiguiera llegar al balón y el colegiado terminó pitando penalti y sancionando a Navas con tarjeta amarilla. Esta vez, el jugador Sucic fue el encargado de materializar la pena máxima y poner por delante a su equipo.

El tercer penalti y último a favor del Salzburgo, fue un error de Bono, que salió de su portería y no debió entrar de nuevo a Adeyemi como lo hizo, ya que fue falta bastante clara al no tocar balón. De nuevo, el encargado de materializar el primer gol para el conjunto austriaco, fue el encargado de tirar el penalti, que finalmente acabó fallando.

Y para terminar, el penalti a favor del Sevilla. Este, fue provocado por En-Nesyri tras una falta dentro del área del ex sevillista Wober, el jugador marroquí, que iba a acabar expulsado en la segunda parte tras recibir la segunda tarjeta amarilla por simular un penalti que parecía venir precedido por fuera de juego del mismo. El encargado de tirar el penalti en este caso fue Rakitic, que no iba a fallar y finalmente puso las tablas en el marcador con la última infracción cometida dentro del área en esta tarde europea en la ciudad hispalense.