El Málaga CF viajó a Ponferrada para jugar su sexta jornada de esta LaLiga SmartBank con la idea de poder seguir con ese juego que tanto gusta al aficionado, pero nada más lejos de la realidad, el Málaga CF recibió un duro mazazo en El Toralín. Un partido para olvidar cuanto antes y empezar a analizar fallos y errores para poder seguir subiendo peldaños en esta durísima competición.

Del cielo al infierno en el mundo del fútbol hay sólo un partido. De la gloria contra el Girona al descalabro contra la SD Ponferradina hay sólo una semana. Posiblemente el Málaga CF no fuera tan bueno como pensábamos el pasado domingo ni tampoco es tan pésimo como lo ha mostrado esta jornada en El Toralín. En el término medio está la virtud y este Málaga CF no lo ha encontrado, pero el tremendo batacazo y la grotesca imagen ofrecidas en la tarde dominical están bien lejos de lo que se espera de este conjunto, que ha caído con estrépito ante el equipo de El Bierzo en la sexta jornada de la Liga SmartBank  por un abultado 4-0.

El peor Málaga CF hizo acto de presencia en Ponferrada. Ya se advertía en la previa que el equipo de Bolo es un bloque sólido y solidario. La lujuria y la alegría por la victoria en casa que ha recibido el equipo blanquiazul no debieron haber ayudado lo más mínimo para afrontar un partido duro y complejo. Porque el repaso ha sido de época, de los que hacen daño y de los que tumban proyectos. Hacía años que el Málaga CF no se mostraba tan frágil ni tan débil. Tan inoperante e inerte. Porque hay maneras y maneras de perder. Y el equipo de José Alberto López eligió la peor.

Cierto es que puede haber un día tonto, que sale todo torcido y que nada llega a buen puerto por mucho que se intente. Pero este Málaga CF no puede ni debe ser tan frágil. No puede dar esa muestra de ineptitud. Sin pasión, sin intensidad y sin alma. Encajó cuatro goles como pudo haber encajado ocho. 

De nada sirve que el Málaga CF vuele en La Rosaleda si no es competitivo lejos de casa. Tuvo 45 minutos buenos en Ibiza. Y en Almería, pues un desliz de diez minutos echó todo al traste. Sin embargo, en Ponferrada el descalabro ha sido mayúsculo, de principio a fin. Nadie se salva. Ni José Alberto López, que sigue empeñado en jugar demasiado ofensivo lejos de casa y no tuvo capacidad de reacción rápida, sólo al descanso y cuando ya iba el marcador 2-0 abajo, ni ninguno de sus jugadores. Este debe ser un equipo para lo bueno y para lo malo y deben asumir este fracaso sin paños calientes.

Sólo así podrán mejorar. Estaba claro que el Málaga CF tenía aún mucho margen de mejora, sobre todo a la espera de sus dos delanteros centros, pero también puede cometer el error de dejarse llevar, de ser un equipo irregular y de deambular por la categoría mezclando buenos y pésimos partidos. Así no irá a ninguna parte. Y el próximo rival, el Sporting, será otra piedra dura de toque que como no salga activo le volverán a pintar la cara.

Mazazo mayúsculo

Así que el Bayern de Ponferrada maniató al peor Málaga CF que se recuerda. No hubo acto de presencia de ese equipo con desparpajo, ofensivo, intenso y vertical. La baja de Luis Muñoz la suplió Jozabed, pero el sevillano no se enteró de la película, como el resto de sus compañeros. En la primera mitad todo quedó sentenciado, pero en la segunda hubo tiempo para el bochorno. 

En el primer asalto ya hubo dos goles, cinco disparos a puerta, siete córners y un penalti anulado. La Ponfe fue un vendaval y el Málaga CF, un juguete roto en sus manos en los primeros 45 minutos. Un atropello futbolístico en toda regla que no pudo ni supo frenar el conjunto de José Alberto López,. Comenzó el partido con toda una declaración de intenciones por lo que estaba por venir. Primera jugada y un penalti que se le venía al Málaga CF encima. El VAR lo frenó porque fue una patada de Espiau a Víctor

Pero la tortura no había hecho más que comenzar. Y el equipo de Bolo dominaba todos y cada uno de los aspectos del juego. Anticipación, toque, intensidad… Parecían hombres contra niños. Y lo que tenía que llegar, no tardó en caer. José Naranjo, el verdugo del día, encaró a Víctor y se fue de él con tal facilidad que el lateral diestro parecía un novato en estas lides. Disparó abajo con su diestra y Dani no pudo evitar el primero, aunque llegó a tocar el balón a los 12 minutos de partido.

El tanto podría parecer una buena excusa para que el Málaga CF despertase, pero la realidad es que los malaguistas estaban sobrepasados. Así que los locales siguieron a lo suyo con ocasiones, fútbol ofensivo y sin dar tregua al equipo malaguista. Yuri a punto estuvo de marcar el segundo en una jugada ensayada en el minuto 23 y paradón esta vez sí de Dani a tiro de Espiau en el 32. El único acercamiento leve, un balón a la madera de Kevin en un centro minuto después del paradón de Dani, pero lejos de sus prestaciones.

El segundo llegó en un córner, el enésimo, que tocaron hasta tres veces los jugadores de la SD Ponferradina antes de meterlo en la portería, obra de Naranjo en el minuto 44. E incluso pudieron marcar un tercero antes del descanso, con el propio Yuri como protagonista. 

Final Caótico

Movió el equipo José Alberto López tras el descanso y dio entrada a Ramón Haitam. Los sacrificados fueron Kevin y Roberto. Pero ni por esas. Una jugada absurda en el inicio de la segunda mitad con una mano de Juande provocaba el tercero, obra de Yuri de penalti en el minuto 53 de partido. 

Que no era el día quedó también de manifiesto tres minutos después. Brandon robaba al meta fuera del área, disparaba flojo, lo semidespejaba un zaguero en la línea y el rechazo lo enviaba fuera Jozabed con todo a favor. Ni Antoñín, que entró poco después y falló una ocasión donde sólo había que empujarla de primeras.

El esperpento no había terminado. Haitam se fue a la caseta por una expulsión que sólo la entenderán en los clínicos de árbitros y merced al VAR. Y encajó el Málaga CF el cuarto, ya con uno menos, en otra jugada mal defendida y bien ejecutada por los locales obra de Medina en el minuto 83. 

El resultado, uno de los peores en los últimos años, debe hacer reflexionar al Málaga CF y al malaguismo. Esto es Segunda División y hay que competir. Y después de competir, hay que volver a hacerlo. Y sólo así podrían llegar los resultados. Es el mínimo exigible a un equipo que aún no ha demostrado nada. Y que lo mismo que entró rápido en la ilusión de su afición, se puede desvanecer en el olvido y la indiferencia. Próxima parada, en El Molinón ante el potente Sporting de Gijón. Más emociones fuertes para este arranque liguero.

Ficha Técnica:

SD PONFERRADINA: Amir; París Adot (Iván Rodríguez, 81’), Copete (Amo, 74’), Pascanu, Ríos Reina; Dani Ojeda (Zalazar, 67’), Agus Medina, Erik Morán, Naranjo (Saverio, 75’); Edu Espiau (Cristian, 67’) y Yuri.

MÁLAGA CF: Dani Martín; Víctor Gómez, Peybernes, Juande, Cufré; Paulino (Calero, 84’), Escassi, Jozabed (Antoñín, 61’), Kevin (Haitam, 46’); Roberto (Ramón, 46’) y Brandon.

GOLES: 1-0 (12’): José Naranjo. 2-0 (44’): José Naranjo. 3-0 (53’): Yuri, de penalti. 4-0 (83’): Medina.

ÁRBITRO: Sánchez López (C. Murciano). VAR, el vasco Bikandi Garrido. Mostró cartulina amarilla a Paulino (34’), Copete (69’), Escassi (77’), Brandon (79’), Calero (87’). Expulsa a Haitam (78’), tras revisión del VAR.

INCIDENCIA: Partido correspondiente a la jornada número 6 de la Liga SmartBank disputado en El Toralín de Ponferrada. Antes de arrancar el partido, el Málaga CF saltó al campo con una camiseta de apoyo a los afectados por el incendio de Sierra Bermeja e incluso se guardó un minuto de silencio por el bombero fallecido en la extinción del incendio.