Como dice el himno: "Porque luchan como hermanos", el Atleti este domingo ha sido ejemplo una vez más del significado de remar a contracorriente. Lo que empezó con dos goles a favor del actual líder de la liga acabó con dos goles a favor del actual campeón de la liga dejando el resultado igual que al inicio del partido: empatado.

Un inicio blanco y negro

El equipo rojiblanco empezó muy bien y con un objetivo claro: la portería de Remiro, pero de tanta impaciencia nació un contragolpe de manual para la Real Sociedad, que en el minuto siete acabaría dejando al equipo vasco por delante. Un desajuste en la posición de Felipe, una carrera rapidísima de Isak y una salida a medias de Oblak enfriaron el partido nada más empezarlo

Desde el gol de Sørloth el equipo rojiblanco iba al arrastre, intentando volver al partido, pero sin éxito. La Real cerró muy bien sus espacios mientras el Atleti pensaba en lo que había ocurrido en la jugada del gol, por lo que cuando el equipo rojiblanco quiso reaccionar se encontró con un muro blanquiazul, que por muchos intentos era imposible de romper.

La Real Sociedad con el marcador a su favor jugaba un partido muy distinto al del Atlético de Madrid, que tenía que remontar el resultado delante de su afición. El plan de Alguacil se llevó a la perfección durante la primera parte: cerrarse bien en defensa y buscar alguna ocasión a la contra, mientras tanto Simeone se enfrentaba al tiempo buscando volver a igualar el partido. 

Durante algunos tramos del primer tiempo el Atleti fue superior a la Real, pero una buena defensa rival y mala fortuna en el ataque provocaron que el resultado no se moviese hasta la segunda parte.

Un buen ataque es una buena defensa

Lo que hace unos años era el mayor valor del equipo madrileño, esta temporada es una de las mayores debilidades. La defensa rojiblanca es un drama —sobre todo si faltan Savic o Giménez—, Hermoso es muy irregular y Felipe está en una constante caída desde que empezó la temporada. Esta vez, el gol vino principalmente por culpa del brasileño, que se sumó al ataque y dejó un vació en su posición que la delantera vasca aprovechó sin esforzarse demasiado. Si al desajuste de Felipe se le suma que Oblak últimamente no está en su mejor nivel, obtienes un gol al inicio del partido que cambia totalmente el plan; y así pasó en el Metropolitano.

La segunda parte seguiría exactamente el mismo guion que la primera: un Atleti eléctrico buscando el empate y un gol que volvería a frenar la locomotora rojiblanca. Tan solo tres minutos después de haber saltado al campo, Isak dejaría el balón en el fondo de la red después de patear una falta difícil de alcanzar para Oblak. El gol rival, una vez más, dejaría al Atleti fuera de juego, que aún con todo en contra nunca bajó los brazos.

El héroe del domingo

Cuando un equipo está hundido siempre hay una persona que se lo echa a las espaldas para sacarlo del lodo, esta vez fue Joao Félix, que una vez más ha vuelto a demostrar porque es una de las mayores promesas del fútbol europeo. El portugués viene con un rastro de grandes partidos, pero hoy ha sido el único rayo de luz en un equipo abrumado por la oscuridad, todo el juego del Atlético de Madrid pasó por sus botas, incluso la remontada salió de su pie tras poner un centro teledirigido a la cabeza de Luis Suárez. Hoy Joao fue todo lo que se espera de él, fue desborde, fue magia, fue ingenio y sobre todo fue fútbol.

El gol cambió totalmente la cara del equipo rojiblanco, una genialidad de Joao Félix y Luis Suárez dio esperanzas a más de 55.000 personas, tanto en las gradas como en el propio césped. El Atleti se echó al ataque en busca de la épica, que acostumbrado ya a culminar remontadas el equipo se creyó que podían dejar los tres puntos en casa y así lo demostró en el campo. 

Y otra vez Luis Suárez, como casi siempre. El uruguayo reventó la red en un penalti —que el mismo provocó— dejando el resultado otra vez empatado y abriendo la puerta a la remontada, que finalmente nunca llegó. El Atleti lo intentó de todas las formas, pero no hubo manera, con el 2-2 la Real Sociedad se cerró aún más y fue imposible para los colchoneros encontrar un pequeño hueco para colarse e intentar anotar. 

Está claro que Leiva y Sabina encontraron las palabras perfectas para su canción porque no habléis de resistir, es el Atleti de Madrid, y así lo demostró hoy una vez más. Cuando todo parecía en contra, el equipo sacó la garra que tiene oculta y consiguió sacar un punto de un partido difícil y que sobre todo parecía perdido. 

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