Los de Imanol Alguacil plantearon un encuentro muy táctico, aprovechando la presión alta de los colchoneros. La Real fue la responsable de abrir la lata, con una jugada asociativa entre Merino, Isak y el posterior remate de Alexander Sorloth. El gol tempranero sorprendió a propios y extraños. Tras el tanto obtenido la presión del Atlético de Madrid aumentó e Imanol Alguacil supo leer muy bien la pizarra del rival, apostando por superar la línea de presión con el juego asociativo, empezando por Alex Remiro

La segunda parte empezaba con el mismo monólogo. En el minuto dos la Real ponía tierra de por medio con un gol de falta de Alexander Isak, donde Jan Oblak no estuvo fino. El segundo gol del sueco, despertó la sangre atlética, que no tardaría en hacer efecto. El Atlético de Madrid empezó a merodear el área rival con mucho peligro y el esfuerzo cobró su recompensa con el gol de cabeza de Luis Suárez. El gol del empate llegaría en un penalti polémico, donde Mikel Merino toca levemente la parte posterior de la pierna de Luis Suárez. El mismo Suárez transformaría la pena máxima engañando por completo a Alex Remiro. 

Los tres del medio se compenetraron a las mil maravillas, para superar la línea de presión del rival. Cada uno tenía claro su papel: Ander Guevara se encargó del juego menos vistoso, el alavés robaba el balón y lo distribuía a sus compañeros de posición, Mikel Merino buscaba cualquier rendija para habilitar a los delanteros y Silva frotaba la lámpara para hacer magia entre líneas. Cuando los rivales entraban al triángulo txuri urdin, las camisetas rojiblancas desaparecían. 

  • El éxito de la delantera escandinava

Los tokayos Alexander Sorloth e Isak, conformaron la dupla de ataque. El noruego fue el mejor en la faceta atacante, dio buen uso de su metro noventa y cinco para zafarse de los rivales y ganar los duelos a Felipe y Hermoso. El sueco se encargó de estirar el campo con sus famosas galopadas. Los defensas rivales eran incapaces de parar al jugador nacido en Solna. Ambos jugadores vieron puerta en una ocasión y desmienten el mito de que Alexander Isak juega mejor cuando es el único punta. 

  • Solidez defensiva 

Los centrales no dejan pasar ni un alfiler, otro día más los delanteros rivales sudaron tinta china para encontrar puerta. Todos los que conformaron la zaga defensiva fueron un auténtico seguro para Alex Remiro, a pesar de los dos goles encajados. Robin Le Normand, Aritz Elustondo e Igor Zubeldia no dejaron respirar a Luis Suárez, que veía que todos los centros laterales acababan en despeje de la defensa. En la segunda parte entró Pachecho y la historia fue la misma. A pesar de su pronta edad, el central navarro no se achicó ante jugadores de la talla de Correa o Carrasco. 

  • Cambios insuficientes 

A pesar de mover mejor las fichas que su homónimo, los cambios de Imanol Alguacil no surtieron efecto. El ataque se vio debilitado con la salida de los dos delanteros nórdicos y la entrada de Julen Lobete. El joven delantero gipuzcoano no pudo en la pugna con los centrales rivales. En los últimos minutos Alguacil daría entrada a un Januzaj que no pudo ser decisivo para el equipo debido al poco tiempo que quedaba. Cierto es que todo es negro, en cuanto a los cambios se refiere. La entrada de Portu ayudó mucho a la hora de estirar el campo e incluso el murciano dispuso de una ocasión en boca de gol, pero el tiro acabó golpeando en el cuerpo de un jugador rival.