En esta época tan convulsa que vive el arbitraje desde la entrada en vigor del famoso VAR, no es fácil ser árbitro, siempre en el punto de mira, machacados por sus errores y poco o nada felicitados en sus aciertos. No es una profesión fácil, pero eso no ha impedido a Alejandro Muñiz Ruíz llegar a la LaLiga Santander.

El gallego de 30 años ha sido el árbitro del encuentro entre el Sevilla FC y el Deportivo Alavés y no ha sido un partido fácil, en absoluto. Varias situaciones polémicas, entre ellas, el penalti de Ocampos por manos antes del descanso, todo ello unido a la presión de un campo imponente como es el Pizjuán y una afición que soberana como la sevillista hace que el arbitraje tenga que ser muy correcto para no salir con pitos, no solo aquí, en cualquier estadio.

Con el partido de esta tarde, ya son 7 los partidos que ha dirigido el colegiado gallego, sumando un total de 42 amarillas, tres tarjetas rojas, (una directa y dos por doble amarilla) y tres penaltis. En total ha dirigido 122 encuentros en toda su carrera. Casualmente, su debut se produjo en la jornada dos pitando al Alavés, rival del Sevilla, en un partido que les enfrentó al Mallorca, en ese partido el colegiado expulsó a Rubén Duarte por doble amonestación.

Ser árbitro no es fácil, en ningún estadio, y en este encuentro lo ha podido comprobar Muñiz Ruíz, a quien no van a recordar con mucho cariño en Nervión tras el partido ante el Alavés. Son muy pocos partidos en la máxima categoría para este debutante, pero seguro que poco a poco se va acostumbrando a la exigencia de pitar en la primera división del futbol español donde cada partido es una incógnita y la presión es muy alta por todo lo que se juegan los equipos en cada partido. Bienvenido a la élite Alejandro.