Sevilla ha amanecido con un color más especial que nunca. O más bien dos. La capital andaluza se ha paralizado por la magia de fútbol una vez más. Esta vez, para un derbi de infarto. El Benito Villamarín ha sido testigo de una intensa final en la que el Real Betis y el Sevilla FC se han jugado el billete a cuartos de Copa del Rey.  Sin embargo, una acción procedente de la grada local condenaría el partido. 

Eran las 21.30 cuando comenzó a retumbar las gradas del estadio. Los aficionados verdiblancos entonaban su himno a capella mientras que los sevillistas alentaban a los suyos desde la zona visitante. De Burgos Bengoetxea indicó el inicio del choque copero y los de rojo fueron los primeros en tocar balón. Apenas habían transcurrido treinta segundos de partido cuando Nabil Fekir vio la primera cartulina amarilla tras cometer falta sobre Papu Gómez.

A pesar de que el esférico no tenía un dominador claro, el equipo de Manuel Pellegrini iba haciendo suyo el terreno de juego conforme pasaban los minutos. La primera amenaza verdiblanca llegó alrededor del minuto 9 después de que Borja Iglesias rematara un córner de chilena que acabó estrellándose en el palo.

Tras haber olido sangre, las embestidas de los heliopolitanos comenzaban a tener más ritmo mientras que su rival se estancaba. En el minuto 20, la volvió a tener el conjunto local. Guido Rodríguez armó la pierna desde fuera del área, pero Alfonso Pastor estuvo bien de reflejos y, con una gran estirada, sacó el balón fuera de la zona de peligro.

Ocampos fue el siguiente en ser amonestado. Tras intentar rematar un saque de esquina, chocó cabeza con cabeza con Álex Moreno y el colegiado mostró la segunda tarjeta del encuentro.

Los béticos estaban más que metidos en el partido. Quien avisa no es traidor y ellos serían los encargados de estrenar portería cuando se cumplió la primera media hora del choque. Sin embargo, el gol no subió al marcador por fuera de juego de Borja Iglesias.

Tras este aviso, los sevillistas rehicieron el equipo. Un error en la zaga verdiblanca en la salida de balón permitió que Papu Gómez abriera la lata a servicio de Óliver Torres. Pero poco duraría la alegría rojiblanca. Ambos equipos eran conscientes lo que estaba en juego y Nabil Fekir no tardó en volver a colocar las tablas en el marcador firmando un gol olímpico. Aunque su tanto fue nuevamente revisado por el conjunto arbitral, el VAR confirmó que ambos contrincantes se marcharían a vestuarios con un empate en el luminoso.

No obstante, el partido se detuvo justo antes de llegar al descanso. Un objeto lanzado desde la grada impactó en Joan Jordán y, tras más de 20 minutos de tensión e incertidumbre, el partido fue suspendido.

A falta de fecha oficial, el derbi copero sevillano tendrá que esperar.