Pitó el árbitro, saltó Vallecas, que sabía que estaba viviendo un momento único y que ante sus ojos se estaba gestando la historia, con el Rayo Vallecano clasificándose a unas semifinales cuarenta años después y certificando la gran temporada del conjunto de los de Andoni Iraola.
Empezó intenso el partido, con ambos equipos buscando la portería contraria y con el Mallorca anotando un gol que fue anulado por fuera de juego. Se igualó el encuentro a raíz de ese pequeño susto, con un periodo donde tanto Rayo como Mallorca se tanteaban, intentando anticiparse a los movimientos del rival.
Comesaña dominaba el centro del campo, mientras que Muriqi hacía gala de su primera titularidad y probaba a rematarlo todo de cabeza. Así parecía que se iba a llegar al descanso, cuando una contra letal del Rayo propició que Trejo se sacara un pase de la chistera para Álvaro García, que se ayudó del error fatal de Russo para provocar un penalti que convertiría el mediapunta argentino al borde del descanso
El Rayo se enfrenta contra la historia
Ya en la segunda parte el encuentro no se le iba a escapar al Rayo Vallecano, que supo dormir el encuentro cuando tenía que hacerlo y correr cuando lo requirió la situación, dominando el centro del campo, con Catena y Mario Suárez muy sólidos y con un Dimitrievski muy seguro bajo palos.
En la parte ofensiva, que no pudo contar con Falcao, Sergi Guardiola daba mucha amplitud al equipo, mientras que Álvaro Garcia e Isi dominaban las bandas e intentaban estirar al equipo, comandados por un Óscar Trejo cuyos pases en profundidad parecían misiles teledirigidos. Así poco a poco iba muriendo el Mallorca, que no pudo reaccionar y se quedó en la orilla de una posible remontada, a pesar de la entrada de Kubo y de una ocasión final de Muriqi que no logró controlar.
El Rayo Vallecano rompe su propia historia, se mete en las semifinales de Copa del Rey frente a todos los pronósticos que se pudieran hacer a principios de temporada, y más teniendo en cuenta que se trata de un recién ascendido. Andoni Iraola vuelve a colar a un equipo en esta ansiada ronda y demuestra la clase de entrenador que es, consolidándose como élite absoluta en el fútbol nacional. El Rayo esperará rival en las semifinales, mientras puede sonreír y enorgullecerse de lo que ya ha hecho. El destino está por escribirse.
