Habían pasado 6 meses y 5 días desde la última y única victoria en casa del Sanse esta temporada. Fue en la primera jornada de Liga contra el Leganés, el 14 de agosto de 2021. Desde entonces todo eran derrotas y empates, resultados que no reflejaban el buen fútbol de los potrillos. Pero después de la tormenta al fin llegó la calma, un bálsamo reflejado en victoria en Anoeta. 

Estos chavales se lo merecían, derrotas en los últimos minutos, errores individuales que restaban puntos, ocasiones falladas… todo salía en contra, hasta este sábado. Un partido que todos necesitaban, jugadores y afición, para volver a coger ánimos y luchar así todos juntos por la permanencia. Ante el Málaga todo salió bien, muy buen ambiente con casi 5.000 personas en las gradas, un equipo comprometido y sobre todo demostrando que aquí no se rinde nadie

  • Dominador el Sanse 

Xabi Alonso sacó un once muy parecido al que salió derrotado en Ponferrada, con las únicas variaciones de Álex Sola, Xeber Alkain y Roberto López sustituyendo a Gabilondo, Lobete y Pokorny respectivamente. Un XI atrevido, con laterales más ofensivos que defensivos, y con dos mediapuntas para intentar tener el balón y mover al rival. 

Los primeros 20 minutos de partido fueron bastante trabados. En las áreas no pasó nada, pero el señor colegiado sacó hasta tres tarjetas en un lapso de 15 minutos. El listón de las tarjetas estaba muy bajo, y ambos equipos tenían que tener cuidado si querían acabar con todos los jugadores sobre el campo. El balón era de los locales, con un participativo y persistente Álex Sola en banda derecha. Pero el gol llegó por la otra banda, en el minuto 35 Xeber Alkain pisó línea de fondo, puso el pase atrás y con un gran control orientado y un excepcional zurdazo al palo largo del goleador de esta Real B llegó el 1-0. El séptimo gol de Karrikaburu esta temporada, que con este gol daba oxígeno al cuadro local. Los últimos 10 minutos de la primera mitad fue un monólogo constante de los donostiarras, con llegadas de Robert Navarro y otra vez Karrikaburu, pero ambos equipos llegaron al descanso con 1-0 en el marcador.

Foto: Real Sociedad
Foto: Real Sociedad

 

  • Victoria justa

Al principio del segundo acto, el técnico tolosarra introdujo la primera sustitución del encuentro, dando entrada a Magunazelaia sustituyendo al amonestado Xeber Alkain. El Sanse volvió a salir dominador, queriendo la pelota y acercándose a la portería de Dani Barrio. En el minuto 52, una gran jugada del catalán Robert Navarro por banda asistió a Roberto López para que este hiciera el 2-0 con un gran zurdazo desde la frontal del área. 

El partido estaba donde todos los realzales querían que estuviera, pero el Málaga, como era de esperar, no se dio por vencido. En el 62’ con un gran centro de Paulino que rozó Brandon, el balón se estrelló en el palo. El partido no estaba sentenciado, y todavía había que trabajar y luchar mucho para lograr esta importantísima victoria. 

El conjunto visitante siguió apretando y de lo lindo, con ocasiones muy claras donde en una de ellas Jonathan Gómez tuvo que sacar el esférico sobre la línea. Poco después llegó el gol anulado a Clemente por fuera de juego, que tuvo que ser revisado en el VAR. No pasó mucho más en el partido, Xabi Alonso dio entrada a jugadores como Blasco, Aldasoro, Martón y Gabilondo para sostener el encuentro, que terminó con 2-0 en el luminoso.

  • Hay que soñar

Esta victoria da esperanza a un objetivo casi imposible, la permanencia. Pero esto es fútbol, y aquí todo puede pasar. Hay que dar continuidad a este resultado la próxima semana en el Tartiere ante el Oviedo, e intentar hacer de Anoeta un fortín. Los jugadores creen, el cuerpo técnico cree, y la afición cree. Nunca hay que dar por muerta a la Real, y ahora están más vivos que nunca