Real Madrid y Barcelona disputaban un nuevo clásico de LaLiga Santander, el duelo correspondía a la jornada 29 y el Bernabéu lo albergaría a partir de las 21:00.

Los azulgranas se imponían a su máximo rival con un contundente 0-4 con dos goles de Aubameyang, uno de Araujo y otro de  Ferran Torres. 

El duelo desde el banquillo

El técnico azulgrana volvía apostar con Araujo de lateral, como ya hizo en el tramo final del encuentro ante el Galatasaray. El objetivo era detener a Vinicius que pese a intentarlo no pudo superar al zaguero Uruguayo. En el centro del campo no hubo sorpresas, Busquets, Pedri y Frenkie. Xavi no tocó lo que funciona y la medular azulgrana impuso su juego durante los noventa minutos. En la línea de ataque, había dudas por si se apostaría por la presencia de Gavi como falso extremo. La duda quedó resulta y el canterano no fue titular. El entrenador visitante apostó por dos extremos puros como lo son Ferran y Dembélé que cumplieron con nota.

Salieron con todo

Lo cierto es que el inicio del partido se presentaba de la mejor manera para el espectador neutral, ambos equipos saltaron al campo sin complejos y con ganas de vencer a su rival. El duelo en los primeros minutos era de vértigo, ataques constantes por parte de los dos equipos. La primera llegada la tuvo el Barça con un disparo de Ferran que se marchaba muy arriba. Respondería el Madrid con un disparo de Valverde que desvió Ter Stegen

El encuentro no daba tregua y el hombre de la noche, Aubameyang avisaría de lo que estaba por venir. El ex del Arsenal primero y Dembélé después se toparon con Courtois, el portero belga estaba dispuesto a amargar la noche a los delanteros del Barça. Con el paso de los minutos, el Madrid -que hasta el momento controlaba el juego- empezó a perder ese control y los azulgranas empezaron a monopolizar la posesión y las ocasiones.

Aubameyang no avisa dos veces 

Habían transcurrido casi media hora de partido y el conjunto visitante se cansó de perdonar ocasiones. Llegaría el primero de los cuatro goles, la jugada la iniciaba Dembélé que dejaba atrás y ponía un centro para Aubameyang que le ganaba la posición a los centrales blancos. El delantero gabonés pudo hacer el segundo pocos minutos después en una ocasión clarísima que desbarataba Courtois. El guardameta local evitó un resultado aún más escandaloso.

Lo que no pudo evitar fue el segundo, un imperial Ronald Araujo remataba un saque de esquina servido por Ousmane. El encuentro se marchaba al descanso con una ventaja de dos goles para los de Xavi.

Querían más, tuvieron más

Tras el descanso, se esperaba un Madrid parecido al del día contra el PSG, que sacara orgullo y buscara un gol que le metiera en el partido. Lo que ocurriría sería todo lo contrario, serían los azulgranas quienes no se conformarían con el resultado y buscarían el tercero. Lo encontrarían en las botas de Ferran, que previamente había fallado un mano a mano clarísimo. En la siguiente acción se encontraría el esférico en el interior del área tras un toque de espuela de Aubameyang y con un disparo seco y duro mandaría el balón a la escuadra.

La actitud del Barcelona fue impecable, respeto máximo por su rival y con ganas de seguir haciendo goles y hacer disfrutar a los aficionados desplazados al estadio. La afición visitante pudo celebrar un gol más, aunque lo hizo con suspense tras una revisión del VAR. El autor del cuarto y último tanto fue de nuevo Aubameyang, el atacante azulgrana recibía una asistencia de Ferran y definía con mucha clase picando el balón superando a Courtois

El Barça estaba desatado y pudo hacer muchos más goles, dominaron casi de principio a fin y de estar algo más acertados podría haber salido del Bernabéu con un resultado escandaloso. Cada partido, por bueno que sea, siempre deja aspectos a mejorar, pero en este se hace realmente complicado encontrar algún error en la zaga del Barcelona. Por su parte, el Madrid no se rendiría y tras encajar el cuarto reaccionaron de manera tardía y buscaron maquillar un resultado que no iba a moverse más.