La eterna aspiración a hacerse con una de las plazas que dan acceso a  competiciones europeas, es el gran debe del Celta desde la marcha de Eduardo ‘Toto’ Berizzo. Aunque claro está, esta sequía de cinco temporadas seguidas sin oler posiciones europeas no es nada comparado a los sustos de los posibles descensos.

El coqueteo con los últimos puestos de la tabla a lo largo de las últimas campañas estaba llegando a ser un verdadero quebradero de cabeza para los aficionados celtiñas y suponía un bloqueo mental importante para los jugadores.

Coudet da instrucciones desde la banda durante el partido contra el Betis | Imagen: LaLiga
Coudet da instrucciones desde la banda durante el partido contra el Betis | Imagen: LaLiga

Todo eso cambió con la llegada de Eduardo ‘Chacho’ Coudet, un entrenador que devolvió la ilusión, un técnico que recordaba a toda una eminencia en el club tanto por su forma de transmitir como por su manera de dirigir. De hecho, el propio Berizzo (por si alguien dudaba a quién se hace referencia) no dudó en elogiar a su “amigo” Coudet hace unos días en un acto organizado por la Federación Gallega de Fútbol.

El coqueteo con el descenso suponía un bloqueo mental para la plantilla

"Es un entrenador que siempre ha buscado la portería de frente, que practica un fútbol ofensivo. Eso a la gente de Vigo le gusta", recalcaba el ya ex seleccionador de Paraguay. Eso a la gente de Vigo le gusta, sí, pero tal vez este año no está pudiendo disfrutarlo tanto como el anterior. 

La serie de resultados irregulares que acumula el Celta en esta Liga reflejan a su vez un juego irregular que arrastra desde el comienzo de la misma. Las piezas que antes parecían estar perfectamente ensambladas, ahora necesitan un par de retoques cada cierto tiempo para que la máquina siga funcionando correctamente.

"Coudet practica un fútbol ofensivo y eso a la gente de Vigo le gusta"

De esta forma se podría explicar por qué el club olívico está instalado en tierra de nadie, algo que no deja de ser un pequeño logro recordando de dónde venía este equipo.

Después del empate a ceros frente al Betis en Balaídos, el conjunto celeste afronta las nueve últimas jornadas estando tan cerca de Europa como de la zona de descenso: diez puntos de diferencia entre ambas zonas. Es vital no entrar en un estado de relajación en este tramo final porque ya sabemos lo que puede ocurrir.

Hugo Mallo salva una entrada de Juan Miranda | Imagen: LaLiga
Hugo Mallo salva una entrada de Juan Miranda | Imagen: LaLiga

Prohibido relajarse

Sin ir más lejos, el Girona de la 18/19 se fue al pozo en favor de un Celta que se hallaba prácticamente desahuciado en el descanso del partido contra el Villarreal. Ese Girona encadenó una racha nefasta que le condenó al descenso a Segunda. De hecho, pese a estar siempre en la pomada, aún no ha conseguido el ansiado ascenso que le devolvería a la categoría de oro. 

Por la parte que le toca al Celta, las próximas tres jornadas son clave. Después del parón de selecciones, recibe a un Real Madrid herido por la dolorosa derrota en el Clásico. Luego, le toca realizar dos salidas seguidas: la primera a San Mamés y la siguiente al Coliseum. Nada sencillo.

Se presenta el momento de confirmar la permanencia en Primera la próxima temporada y a partir de ahí, ya sin presión, ir constatando buenas sensaciones en el juego que ayudan a seguir dando guerra a los de arriba y que contribuyan a la preparación de una más que ilusionante nueva campaña.