El conjunto blanco llegaba al enfrentamiento con la necesidad de reivindicarse tras el escándalo del Clásico; mientras que, el Celta trataría de buscar la victoria o rascar un punto para escalar posiciones en la tabla.

Cómo se planteó el choque desde los banquillos

Carlo Ancelotti, tras su positivo en Covid19, no pudo viajar a Vigo, por lo que, su hijo, Davide Ancelotti le sustituyó formando con la siguiente alineación. Courtois bajo palos; Mendy en el lateral izquierdo, Alaba y Militao como pareja de centrales, y Lucas Vázquez en el lateral diestro; en la medular tampoco hubo novedades, Casemiro, Kroos y Modric dirigieron la sala de máquinas; y, en ataque, el tridente lo formaron Vinicius, Benzema y Asensio.

Del once del Real Madrid llama la atención la aparición, más que merecida, de Lucas Vázquez. El gallego venía demostrando a lo largo de la temporada encontrarse en mucho mejor forma física y futbolística que Dani Carvajal. Parece que, al fin, desde el cuerpo técnico del conjunto madridista se ha tomado consciencia de que el dorsal 17 merece la titularidad en este Real Madrid.

Por parte del Celta, Coudet alineó a Dituro en meta; línea de cuatro para Kevin Vázquez, en el lateral diestro, Aidoo y Murillo como pareja de zagueros, y Javi Galán en el carril izquierdo; en el centro del campo, Fran Beltrán partió como pivote y, por delate de él una línea de tres formada por Brais Méndez, Denis Suárez y Nolito; finalmente, Iago Aspas y Galhardo fueron los puntas.

Este planteamiento con dos puntas consiguió anular o, al menos, poner en jaque a la mejor pareja de centrales de LaLiga. Tanto Militao como Alaba tenían una marca fija y, por consiguiente, ninguno de los dos podía librar para ir al corte como suelen hacer habitualmente. Una gran estrategia por parte del técnico celeste que realizó un gran partido frente al líder de la competición.

Así transcurrió el encuentro

El partido comenzó con ambos equipos a la espera del error rival. El Real Madrid era consciente de que estaba visitando uno de los estadios más difíciles de la competición doméstica y, el Celta no quería dar ningún paso en falso porque sabía que los madridistas no perdonarían. Los minutos fueron pasando y el conjunto vigués pareció haberse acomodado y asentado más en el partido. Generaron ocasiones, se mostraron sólidos defensivamente y estaban consiguiendo hacerse con la posesión del esférico.

Sin embargo, en una jugada aislada, Nolito se cruzó en la trayectoria de Militao, que se disponía a chutar, y cometió penalti según el criterio de González Fuertes. El colegiado señaló la pena máxima y Benzema, que venía de no estar en el Clásico, batió a Dituro con mucha sangre fría. El partido parecía ponerse muy de cara para el Real Madrid. Los futbolistas merengues habían conseguido situarse por delante en el marcador sin haber hecho apenas méritos y, con ese resultado, se abrirían una multitud de espacios para los atacantes del conjunto blanco. Pero nada más lejos de la realidad, tras el gol, el dominio volvió a teñirse de celeste. El Celta volvió a tomar las riendas del partido y el Real Madrid tan solo observaba ensimismado como los gallegos hostigaban la meta de Courtois.

La primera gran ocasión del Celta la firmó Iago Aspas. El capitán del cuadro vigués realizó un lanzamiento de falta casi perfecto, pero el mejor portero del mundo volvió a ser determinante y voló para salvar a su equipo. Paradón de Thibaut y el marcador seguía favorable al Real Madrid. Posteriormente, Galhardo remató un centro de Nolito que acabó en gol. Para desgracia del Celta, Aspas había intervenido claramente en la jugada intercediendo para que Alaba no alcanzara a despejar el esférico. Fuera de juego evidente y el 0-1 se mantuvo. Así enfilaron vestuarios ambos equipos. El Real Madrid pensando que lo mejor del partido estaba siendo el resultado y el Celta dándole vueltas a cómo era posible que fueran perdiendo.

Paradón de Courtois I Foto: Getty Images
Paradón de Courtois I Foto: Getty Images

La segunda parte parecía idónea para observar una reacción blanca y, de este modo, sentenciar el partido y llevarse los tres putos a la capital. Sin embargo, los segundos 45 minutos siguieron la tónica de la primera parte. Un Celta muy dominador ante un Real Madrid impotente, sin ideas y, sobre todo, sin fútbol. Como dice el refrán: “tanto va el cántaro a la fuente…” que Nolito acabó poniendo las tablas en el luminoso. En ese momento, el partido parecía evocado al empate o, incluso, si el Celta conseguía afinar puntería podría decantarse de su lado. Pero, otra vez en uno de los mejores momentos del Celta en el partido, González Fuertes volvía a indicar penalti. Esta vez cometido sobre Rodrygo, en este caso no hubo polémica, la infracción fue innegable y el árbitro acertó. Sin embargo, Karim, en esta ocasión, no logró engañar a Dituro y el guardameta celeste detuvo el penalti del capitán blanco.

Desde ese momento, a Benzema se le quedó una espinita clavada al haber tenido la oportunidad de poner a su equipo por delante y haber errado el lanzamiento. Pocos minutos después, la polémica volvía a Balaídos, otro penalti a favor del Real Madrid, ver para creer. Esta vez Karim no dudó, se mostró decidido y confiado para, de este modo, marcar el segundo en su cuenta particular y dar la victoria al Real Madrid. Cabe reconocer que este tercer penalti es un error manifiesto del árbitro que no debió señalar la pena máxima.

Quejas del Celta al árbitro I Foto: Getty Images
Quejas del Celta al árbitro I Foto: Getty Images

A partir de ahí, el estadio comenzó a cargar contra el colegiado en forma de insultos y burlas invitándole a pitar otro penalti más en cada jugada que acontecía. Estas polémicas decisiones arbitrales sacaron del partido a un Celta que venía realizando un magnífico partido y que no pudo hacer nada para rascar, al menos, un punto que habría sido más que merecido.

La polémica

Comenzando por orden cronológico, el primer penalti de Nolito sobre Militao es totalmente interpretable. Nolito se cruza en la trayectoria de Militao en una acción muy típica de delantero inexperto en labores defensivas y el brasileño al notar el contacto busca el penalti. Se trata de una acción que recae por completo en la interpretación que el colegiado quiera darle. En este caso, el árbitro entendió que Nolito había cometido infracción sobre el central madridista.

La segunda acción polémica es el gol anulado a Galhardo. El ariete celeste remató un centro medido de Nolito que Courtois llegó a tocar, dio en el palo y acabó entrando a regañadientes. Todo lo narrado entra dentro de la legalidad, pero Iago Aspas, que partía en fuera de juego desde el reate de su compañero, se interpuso entre el balón y Alaba para que el esférico entrase. Nada que objetar en la decisión de González Fuertes, fuera de juego claro y bien anulado el gol del Celta.

En tercer lugar, el penalti cometido sobre Rodrygo parece el lance más evidente de los cuatro. El extremo brasileño consigue sobrepasar a su defensor y, éste deja su pierna izquierda, zancadilleando al futbolista del Real Madrid. Error del futbolista del Celta y penalti clarísimo a favor del Real Madrid.

Quizás el lance más controvertido del encuentro resida en esta última acción. Mendy se había incorporado al ataque, recortó ante su defensor y se dejó caer a sabiendas de que notaría el contacto. El problema es justo ese, que el lateral izquierdo madridista ya estaba cayendo antes de sentir el contacto. De ahí que el penalti sea totalmente inexistente, error del colegiado que declinó la balanza del lado madridista.