No podía fallar el Real Madrid, no podían dejar escapar la oportunidad los de Pablo Laso de ponerse por delante en la eliminatoria, de recibir al Macabi y perder, y no lo hicieron. Porque este equipo es otro cuando llegan las rondas importantes, uno que consigue olvidar sus mayores miedos y sus peores pesadillas, un equipo al que las bajas no le afectan, que está preparado para ir a la guerra con cualquier soldado que se cargue el rifle a la espalda.

En esta ocasión el héroe fue inesperado, francés y de 34 años: Fabien Causeur. El base saltó a la cancha dispuesto a comerse el partido, y vaya sí lo hizo, empezó como uno más y terminó ovacionado por un Wizink Center incapaz de quitarse su nombre de la boca, con todas las gradas de pie y la sensación de haber sacado una matrícula de honor en la primera gran prueba de la temporada, el primer paso de cara a una Final Four que, sin estar asegurada sí que se encuentra a un paso menos.

No lo puso nada fácil el Maccabi, que si venía a Madrid era para competir, igual que han hecho siempre, no saben hacer otra cosa. Lo harían de la mano del increíble Wilbekin, que nada más empezar el partido ya avisó que venía a plantar cara, con dos triples consecutivos que obligaron al conjunto local a empezar a poner más de un ojo en él, mientras que en ataque todo fluía, con un primer parcial de 13-6.

Se reencontró el Real Madrid con su afición, un Palacio prácticamente repleto que necesitaba ver a su equipo así después de tantos meses, y que apoyó incondicionalmente desde el principio hasta el fin, en las buenas y en las malas. Fueron las alas de un conjunto que flaqueó en un par de ocasiones, pero que con el triple de Rudy sobre la bocina terminaba el primer cuarto con una renta de seis puntos.

El Madrid y el triple

Estaba siendo el gran debe del conjunto blanco, que parecía incapaz en esta racha de resultados de poder mirar más allá de la línea de 6,75 con cierta facilidad. Llegó el día de romper esa maldición y de darlo todo, y el 55% así lo contempla, con 16 aciertos en 29 intentos y utilizando el recurso de los tres puntos cuando más quemaba la pelota.

Perdió la batalla del rebote 32-34, sobre todo la del ofensivo donde regaló hasta diez, pero ganó en casi todo lo demás, buena prueba de ello son las 20 asistencias en total, con William-Goss a la cabeza con ocho, que sumados a sus once puntos ponen un buen broche de oro para quien ha completado un muy buen partido, jugando con mucha cabeza y entendiendo lo que necesitaba su equipo.

@RMBaloncesto
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Se calentaba el tercer cuarto, con ambos técnicos protestando a su manera y con Wilbekin tranquilizando a la afición local, que ya había encontrado una diana tras la provocación de la estrella, la cual aprovechó un triplazo en la cara del rival para lucirse, pero no iba a dejar el Madrid que esto lo descentrara, o más bien, no lo iba a permitir Causeur, que primero asistió y luego anotó su propio triple, para la delicia de una hinchada que ya se dejaba la voz en corear su nombre.

No hubo estirada visitante, pero sí que pudieron meter el susto en el cuerpo a Pablo Laso, acercándose en exceso a falta de tres minutos (76-71) y con un Tavares cuya espalda empezaba a regalar demasiado metros para los rivales, que aprovechaban el espacio para cortar por línea de fondo y anotar casi a placer.

Aquí es donde apareció esa esencia blanca, ese equipo que esta vez sí que no iba a dejar escapar una victoria que llevaba su nombre. No quemó el balón como en otras ocasiones, y eso que Llul no estaba, este tipo de partidos ya no se le pueden dar bien siempre, y que Goss empezaba a mostrar sus propias dudas, pero desde la defensa se cimentó un ataque, con un Rudy Fernández a quien la intensidad nunca le falta, a quien no le importa bajar al cañón a robar el balón y a quien la cabeza le funciona mucho mejor que los pies en este tipo de situaciones dominándolas como pocos y permitiendo que su equipo se estirara definitivamente, hasta llegar al marcador final.

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Partidazo del Real Madrid, que supo lucir, pudo presumir y consiguió sobreponerse. Esta vez será Causeur quien se vaya a casa con una gran sonrisa, amén de 20 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias y 21 de valoración, pero el trabajo coral ha sido digno de elogiar, con Yabusele yéndose a los 15 puntos y Rudy anotando 12, especialmente en los momentos más importantes. No será fácil irse 2-0 a Tel Aviv, pero la primera piedra ya está puesta. Por el otro lado estará Wilbekin, que se sentó en el final pidiendo calma a la hinchada rival y recordando que solo es el primer partido, pero sobre todo apuntado al banquillo de sus antagonistas, disparando una flecha de aviso y prometiendo que esto no se iba a quedar así. Es el guerrero que cualquier entrenador querría en su equipo, pero de momento la primera guerra ya la tiene perdida, se ha afrancesado con un héroe inesperado, con Fabien Causeur.

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