Tarde de despedidas en El Sardinero. Último encuentro en casa para un Racing que jugará la próxima temporada en la LFP. Encuentro agridulce por el ascenso conseguido a falta de 4 jornadas, pero también por el adiós -o hasta pronto- de los que no estarán el año que viene. El último aliento a la plantilla antes de la final de campeones que se disputará en junio en tierras gallegas.

De esta forma y con poco más en juego que las sensaciones y la honra, arrancaba el encuentro tras el saque de honor de Tuto Sañudo, en un sentido homenaje a la leyenda racinguista. Once de garantía por parte de Romo, cuyas principales novedades fueron la vuelta de Miquel Parera y Mantilla acompañando a Pol Moreno en el eje de la zaga. El resto, los más habituales que ya conocemos de memoria, los parroquianos racinguistas. 

La primera parte transcurrió con cierta alegría y los intercambios de golpes fueron la tónica dominante. El Racing lo intentaba principalmente por banda derecha con Unai Medina y un Patrick Soko en estado de gracia. Por parte visitante, Paulo Vítor fue una vez más la referencia ofensiva, haciendo gala de su verticalidad, explosividad y potencia de disparo. De sus botas nacieron las mejores ocasiones con tiros y asistencias a Benito que Parera y la madera se encargaron de desbaratar. Otro partidazo de Miquel que no negocia su intensidad. Siempre concentrado y más este día, en una tarde donde la falta de tensión se hizo palpable en ciertas fases del partido.

Por otro lado, cabe destacar la cintura de un Pablo Torre que se dedicó a realizar varios controles orientados con el tacón que, si bien le valieron alguna patada, levantaron de la silla a los más de 8000 espectadores que acudieron a los Campos de Sport. Pese a todo, el luminoso permaneció impasible y se llegó al descanso con el empate inicial.

Partido abierto hasta el final

La segunda parte fue algo más descafeinada que los primeros 45 minutos. La entrada de Camus por Arturo aumentó las prestaciones ofensivas de los cántabros, siendo el canterano de lo mejor del encuentro. Sin embargo, el duelo perdió algo de tensión al ver los visitantes cómo no eran capaces de perforar la meta rival para apurar así sus escasas opciones de salvación. Esta vez los disparos de Paulo Vítor no fueron suficientes.

Por parte local, la entrada de Sergio Marcos y en especial la de Borja Domínguez hicieron que los verdiblancos dominasen el esférico con sendos acercamientos sobre la meta defendida por Aceves, que no llegaron a buen puerto. Ya sobre la bocina, una buena combinación en el córner encontró a Marco Camus en el área que, tras un buen recorte, batió de un zarpazo seco la meta vallisoletana subiendo el definitivo 1-0 al marcador (min. 90).

De esta forma, los pupilos de GFR se desquitan tras su bache en Tudela y mandan al Valladolid "B" a 2ª RFEF. En un gesto de deportividad, varios jugadores locales se encargaron de animar a los visitantes, algunos desconsolados.

La Albericia sonríe entre lágrimas

Pero la emotividad no paró ahí. Tras las lágrimas de los pucelanos, llegaron las de los santanderinos, y en especial las de Pablo Torre. El nuevo ídolo racinguista decía adiós a la afición de su vida para poner rumbo al FC Barcelona. En su corto legado -con el primer equipo- queda un ascenso y un traspaso que bien puede valer la permanencia el año que viene. Un referente para las nuevas generaciones racinguistas. Pese a su marcha, otros canteranos como Íñigo o el propio Camus siguen creciendo a pasos agigantados junto al club de su vida. La Albericia está más viva que nunca.

Despedida entre lágrimas de <strong><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/03/27/racing-de-santander/1106525-racing-1-0-sdl-un-gol-de-9.html' href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/03/27/racing-de-santander/1106525-racing-1-0-sdl-un-gol-de-9.html'>Pablo Torre</a></strong> ante la atenta mirada del capitán Íñigo. Imagen: El Diario Montañés
Despedida entre lágrimas de Pablo Torre ante la atenta mirada del capitán Íñigo. Imagen: El Diario Montañés