Cuatro años de diferencia. Cuatro años desde que se enfrentaron en la final de la UEFA Champions League. No parece mucho y ambos clubes siguen siendo equipos ganadores, pero han cambiado radicalmente tanto deportivamente como institucionalmente. Cambio de entrenadores en el club blanco, pérdida de jugadores, nuevos títulos…

Aquella final en Kiev la ganó el Real Madrid por 3-1 con un héroe de la noche: Gareth Bale. Y no fue por sus 90 minutos sino por la media hora que jugó tras salir del banquillo. Salió en el 61' y en el 63' metió desde la frontal del área un gol de chilena que permitió adelantar a su equipo en el marcador. No tan solo ese gol que ha pasado ya a la historia, sino su segunda aportación de la noche cuando en el 83', con ayuda de Karius, metió un gol desde prácticamente su casa para sentenciar la final.

Desde entonces, mientras que en la capital española no se ha vuelto a vivir una final, los reds lo hicieron en la campaña siguiente, tomando su venganza ante el Tottenham. Además, su racha de trofeos lo han alzado a ser uno de los equipos más temidos de Europa. Tras ganar la final, levantaron la Supercopa de Europa (2019), el Mundialito de Clubes (2019), la Premier League (2019-2020) por primera vez en la nueva era y la FA Cup (2021-2022) hace un par de semanas.

En el Real Madrid, con 8 títulos desde aquella final, viene en racha tras salir campeón esta temporada en LaLiga Santander y la Supercopa de España. Además, en la 19/20 se repitió la hazaña. Sin embargo, paso oscuro por Europa tras caer eliminado dos años consecutivos en octavos de final ante el Ajax y Manchester City respectivamente.

Cambio del Real Madrid

El club blanco es el que más ha cambiado de los dos clubes. Cristiano Ronaldo, entonces jugador del Real Madrid, disputó su último encuentro con la camiseta blanca en aquella final y por ende el último choque de la BBC.

Sergio Ramos, Raphael Varane y Keylor Navas, que disputaron la final, son los tres de inicio que ya no visten la elástica blanca. Isco, Marcelo y Bale, que fueron jugadores claves en aquella temporada, se van del club a final de temporada. El ciclo de una era está llegando a su fin, no obstante, Florentino Pérez renueva al club como nadie más sabe hacer. Además, la final fue dirigida por Zinedine Zidane, quién ya no ocupa el banquillo madridista. Lo hace Carlo Ancelotti, quien vuelve a llevar a los suyos a una nueva final tras hacerlo en 2014.

La llegada de jugadores experimentados para suplir las pérdidas ha salido como ideaba el club. Thibaut Courtois merece media orejona tras sus actuaciones. Paradas decisivas a lo largo de la temporada han resultado mantener al equipo en el encuentro a la hora de la verdad. Su fichaje fue de los más polémico, no arrancó bien su etapa en España, pero se ha reconvertido en un jugador pilar junto a Benzema y Luka Modric. No solo el belga, pero la llegada de Alaba y Militao para suplir a Ramos y Varane has sido vitales debido a que el austriaco trajo del Bayern capitanía y experiencia, mientras que el brasileño juventud y poderío físico.

En cuanto a mejorías, Karim Benzema. El hombre de moda en el fútbol. Desde la marcha de Cristiano Ronaldo ha asumido el rol de líder, el rol de motivador, de capitán, de goleador y asistidor. El galo es capaz de hacer de todo, llevando a su equipo a sus espaldas en las situaciones más críticas en los últimos años. La salida de Cristiano le ha dado un mayor protagonismo y ha empezado a jugar para él y para el equipo más que para un solo jugador.

Han aparecido nuevas estrellas, los Valverde, Camavinga, Vinícius o Rodrygo entre otros. Jugadores que a pesar de su joven edad han sabido adaptarse a las demandas del club, rindiendo a un nivel mundial. Estos cuatro jugadores mencionados han sido clave para la clasificación a la final del sábado. La ayuda de la pandemia y la implementación de los cinco cambios por partido ha ayudado a Ancelotti ha explotar a los jóvenes y darles mas oportunidades para crecer y aparecer en momentos importantes.

Cambio del Liverpool

Lejos queda el partido de Karius que le marcaría por vida. Tras ese encuentro, el Liverpool se deshizo del guardameta, mandándolo por toda Europa en busca de minutos. Pasó por el Besiktas (2018-2020) y la temporada pasada se la pasó en el Unión Berlín. Tras volver de su cesión, no ha disputado ni un solo minuto en este curso.

Tras su salida, llegó Alisson Becker, nuevo cerrojo en Merseyside. El brasileño tiene un candado en la portería red tras sus buenas actuaciones desde su llegada, incluyendo trofeos al portero con más partidos con la portería imbatida en este presente curso.

Además, la defensa ha sido reforzada. Robertson, Virgil Van Dijk y Trent Alexander-Arnold son intocables para Jurgen Klopp y piezas clave de la robusta defensa. No obstante, faltaba una pieza y esa ha sido Joel Matip, quién ha sido compañero en la zaga junto al holandés.

El medio del campo, de lo más cambiado. Sin contar a Henderson, la revolución es más que evidente. La compra de Thiago y de Fabinho han hecho que el medio del campo de Klopp dé un salto de calidad terrible. El español se ha afianzado en el medio del campo, distribuyendo el balón y registrando números en la precisión que no muchos pueden presumir. En adición, el brasileño llegó a la ciudad inglesa procedente del Mónaco para colocarse como mediocentro defensivo. Una tarea que ha cumplido a las mil maravillas tras haberse ganado a la afición de Anfield. Sin embargo, parece ser que Thiago se perderá la final por lesión y Fabinho llegará muy justo.

Para finalizar, el tridente de ataque. Sadio Mané y Mohammed Salah siguen estando ahí y nadie les va a mover del once inicial. Candidatos al Balón de Oro y con una revancha en mente. Sin embargo, Firmino tras el paso de los años ha perdido protagonismo. El técnico alemán quería más dinamita arriba, alguien eléctrico y que pudiera acompañar en velocidad a los africanos. Por ello, jugarán esta vez con sus nuevas bazas, Diogo Jota y Luis Díaz. Dos jugadores recientemente nuevos en club, pero que han destacado de inmediato.

El primer cambio basto en los reds ha sido el fondo de armario en el equipo. Hace cuatro años contaban con un once espectacular, pero sin recambios lo suficiente buenos como para igualar a los del terreno de juego.

Más que una final en juego

Este sábado se vuelven a ver las caras, esta vez en París, escenario ideal tras el culebrón Mbappé y para cerrar una Champions League de lo más dramática. Si pierden, nadie se acordará de las remontadas ante Chelsea, PSG y Manchester City. Si ganan, serán historia del fútbol.

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