Se cierra una magnífica temporada para el Real Madrid. Una campaña que se cierra con la consecución de la 35º liga, la Supercopa de España y la decimocuarta Copa de Europa. Tres títulos que van derechos a las vitrinas y que damnifican el trabajo del equipo. Un equipo que no esperó tener tanto éxito y que, para algunos jugadores, supone bajar el telón y poner fin a una etapa en sus vidas llenas de éxitos y recuerdos imborrables.
Marcelo, Isco y Gareth Bale se despiden del Real Madrid y el 1 de julio pueden fichar por otro club. Supone la marcha de tres leyendas blancas que coincidieron en una época dorada y repleta de títulos. Cada uno, desde su posición, contribuyeron a que el Madrid volviese a subir a la cima y fuera el equipo a batir, tanto en España como en el viejo continente.
Marcelo Vieira
Marcelo llegó al Real Madrid siendo un niño como quien dice. Con 19 años llegó a Valdebebas para realizar el sueño de cualquier muchacho: jugar en el Real Madrid. El 1 de enero de 2007, procedente del Fluminense, llegó por seis millones y medio de euros, empezando sin él saberlo una travesía que le iba a cambiar la vida y a convertirse en el jugador con más títulos de la historia del Real Madrid, palabras mayores.
Los primeros meses fueron de adaptación, hasta que en la temporada 2007/08 se hizo con la titularidad y con su banda de lateral izquierdo. Desde aquel entonces, el brasileño ha sido un espectáculo en el campo, dejando cientos de detalles de calidad, goles y asistencias para el recuerdo. Tuvo la difícil misión de hacer olvidar a Roberto Carlos, pues por nacionalidad y cualidades en el campo podía hacerlo. De hecho, lo hizo a su manera.
No obstante, en las últimas temporadas se le criticó por su rendimiento en defensa, dejando la banda al descubierto por donde los rivales hacían más daño y anotaban más goles. Eso, sumado a la llegada de Mendy, Marcelo pasó a un segundo plano con menos protagonismo. Con todo ello, el brasileño se marcha como una leyenda absoluta del Real Madrid, ganando en 15 temporadas y media 5 Champions League, 4 Mundiales de Clubes, 3 Supercopas de Europa, 6 Ligas de España, 2 Copas del Rey y 5 Supercopas de España.
Marcelo se marcha del Madrid con el estatus de leyenda, no solo por todo lo que ha ganado, sino por el legado que ha dejado en el club blanco. Esta temporada ha superado a Gento en títulos (tenía 24 trofeos) y ya son 25 trofeos los que suma a su palmarés, marchándose también como el jugador más laureado en la historia del Real Madrid. Leyenda viva.
Isco Alarcón
El malagueño ilusionó con su llegada al Madrid desde el primer momento. Un jugador que llegó de aquel Málaga que se instaló en los cuartos de la Champions League la temporada anterior y donde el de Arroyo de la Miel fue importante en aquel equipo. Francisco Alarcón llegó en verano de 2013 al conjunto blanco, igual que Gareth Bale, por 30 millones de euros.
Lo tuvo complicado para asentarse en el once titular, de hecho, tardó años en hacerlo. Pero eso no le impidió explotar como jugador y sacar a relucir su calidad de las botas. Llegó a ser incluso comparado en sus comienzos con Zidane, por la capacidad y creatividad de hacer lo mismo que hacía el francés en el campo.
Tuvo un rol más bien de revulsivo, saliendo desde el banquillo para desequilibrar los partidos o jugando a modo de rotación para dar descanso a los titulares. Y así fue como se ganó al madridismo y a casi todos los entrenadores con los que estuvo. Su coincidencia en el vestuario con James Rodríguez creó una rivalidad competitiva que hizo que ambos saquen lo mejor que llevaban dentro. Su clímax futbolístico llegó en las temporadas 16/17 y 17/18, donde fue clave para ganar la undécima y duodécima Copa de Europa y la liga.
Con Lopetegui y Solari, fue un jugador trascendental, jugando siempre como titular y pasando en buena medida el juego por sus pies. Ambos entrenadores duraron poco y Zidane, en su segunda etapa, le dio poco protagonismo, incluso se llegó a dudar de su estado físico. Pasó finalmente a jugar los minutos finales de los partidos y contar menos para el equipo, terminando por finalizar su contrato sin opción a renovar.
Su etapa en el Madrid fue decreciente, pero lo que nadie puede dudar es del gran palmarés de 18 títulos que acumula: 3 ligas, 1 Copa del Rey, 4 Mundiales de Clubes, 3 Supercopas de España, 3 Supercopas de Europa y 4 Champions League, pues esta última Champions conseguida por el Madrid no llegó a disputar un minuto, por lo que no se le puede contar como título.
Gareth Bale
Seguramente sea el jugador que más división ha sembrado su marcha, no por el rendimiento, sino por el recuerdo que ha dejado. Llegó al Real Madrid en 2013 tras unas intensas negociaciones con el Tottenham Hotspurs que se cerraron horas antes del cierre del mercado de fichaje por una cifra cercana a los cien millones de euros. Su fichaje fue uno de los más mediáticos y empezó a rendir en su debut contra el Villarreal, llegando a marcar.
Desde aquel partido ha dejado algunos momentos inolvidables: aquella cabalgada en Mestalla donde anotó el gol de la victoria contra el Barcelona en la final, el gol de cabeza que batió a Courtois en aquella final de Lisboa, la chilena en Kiev ante el Liverpool y más de cien goles a sus espaldas, una cifra a la que no todos los jugadores pueden llegar.
Fue una pieza de uno de los mejores tridentes del fútbol: la BBC. Junto con Benzema y Cristiano Ronaldo, conformaron una delantera temible en Europa capaz de batir a cualquier defensa y equipo, pues la calidad del francés, la pegada de Bale y la definición de Cristiano convirtieron al Madrid en una máquina goleadora.
Durante este tiempo en el que ha jugado con la camiseta del Real Madrid ha conseguido 19 títulos: 5 Copas de Europa, 4 Mundiales de Clubes, 3 Supercopas de Europa, 3 Ligas, 1 Copa del Rey y 3 Supercopas de España. Un palmarés envidiable para un jugador que ha entrado en el selecto club de jugadores con más Champions League de la historia.
Con el paso del tiempo, las lesiones y la falta de oportunidades ayudaron a que Bale se fuera borrando del equipo. Poco a poco, Bale dejó de ser un jugador diferencial y le dio prioridad a su selección nacional y a otras actividades extradeportivas como jugar al golf. Aquella pancarta de ‘Wales, golf, Madrid, in that order’ fue el detonante para que la afición lo sentenciase. Se creó una ruptura entre el jugador y club-afición que hizo que Bale ya no fuera mirado de la misma manera.
En la temporada anterior se marchó cedido al Tottenham en busca de minutos para prepararse de cara a la Eurocopa, pero su contrato con el Real Madrid tenía las horas contadas. Este año, ya tras ganar la Champions, anunció en redes sociales su despedida del equipo, dejando atrás una época de luces y sombras, pero llena de títulos y momentos importantes.