El arranque de la nueva temporada del Atlético de Madrid no pudo dejar mejor sabor de boca a los aficionados colchoneros. A la holgada victoria por 0-3 en Getafe se unieron una serie de sinergias entre jugadores muy destacables. Quizás la más reseñable fue la dupla Joao FélixMorata, que dejó tres asistencias y dos tantos. Pero no podemos pasar por alto una nueva sociedad que nació el día lunes en la banda derecha, y no precisamente fruto de la casualidad.

Tras la marcha de Kieran Trippier, Simeone andaba buscando en el mercado un lateral derecho que permitiera recuperar ese carril, desplazando a Marcos Llorente a zonas más cercanas al área. Y parece que lo ha encontrado. Lejos aún de lo que fue el lateral inglés, pero con buenas sensaciones de cara al futuro, aparece Nahuel Molina.

Es evidente que Diego Pablo Simeone busca repetir el experimento que tan bien le funcionó hace dos temporadas, cuando la dupla LlorenteTrippier fue determinante para la consecución del título de Liga.

La nueva incorporación del conjunto rojiblanco destacó en el carril derecho por sus constantes interacciones con Llorente, que pudo volver a mostrar todo su repertorio de llegadas al área tanto por banda como por zonas más interiores.

Sin embargo, y como es lógico, las buenas sensaciones no quieren decir que la sociedad fuera del todo productiva. En algunos momentos se pudo ver cierta falta de entendimiento entre ambos jugadores, algo normal al estar al inicio de la temporada. Si con el paso de los minutos la sociedad Molina – Llorente se afianza en ese carril derecho, puede ser un aspecto clave en el devenir del Atleti en la temporada. La confianza en que esto ocurra es total, ya que las características de ambos jugadores invitan a pensar que puedan ser perfectamente compatibles.

Mientras tanto, el Cholo se frota las manos. Sabe que la banda derecha es un diamante en bruto pendiente de pulir. Un diamante que puede ser la joya de la corona atlética para esta ilusionante temporada que comienza.