El nuevo Civitas Metropolitano tendrá que esperar para ver la primera victoria del Atlético de Madrid en su campo.

Una tarde que parecía ser emocionante y feliz para los colchoneros y su gente, se convirtió en una pesadilla.

El partido fue un gran duelo táctico en el que ningún equipo se dio por vencido, pero un grave error del nuevo fichaje colchonero, Nahuel Molina, condenó al club rojiblanco.

Primera mitad

Todo estaba listo para ser una bonita jornada en el estadio, lleno absoluto para volver a ver al equipo tras 3 meses de espera. Con la ilusión por las nubes tras la buena pretemporada y la victoria de la jornada uno en Getafe. La afición respondió positivamente una vez más en favor del club.

El Cholo Simeone repetía 11 titular excepto la sustitución de Carrasco por Saúl en el carril izquierdo, algo que se preveía que ocurriría con el tiempo.

La primera parte, para el aficionado, fue aburrida, el encuentro no gozó de grandes ocasiones en este tramo de tiempo. Excepto por un gol anulado a Gerard Moreno tras la decisión del VAR. El atacante del submarino amarillo había introducido el balón en la portería de Oblak con la mano.

El Atlético, por su parte, realizó un par de remates sin peligro en el área que defendía Rulli, que más tarde sería protagonista.

Segunda mitad

La segunda parte comenzó de la misma manera que la anterior, los dos equipos se batían estratégicamente en busca de alguna brecha que les hiciera ganar ventaja en el marcador. Y gracias a un error de la defensa atlética a la caída de un balón del cielo, el Villarreal se adelantó.

Corría el minuto 73 de partido, un momento en el que cualquier equivocación te mata, así fue para el conjunto colchonero. Nahuel Molina cometió una pifia esperpéntica dejando la pelota muerta tras un despeje inexacto. Esto hizo que Yéremy Pino cogiera el esférico y se acercara sólo a la portería atlética y con un gran tiro cruzado pudo batir a Oblak.

Al Atlético le entraron las prisas y cayeron ataques en tromba sobre la portería de Rulli. La entrada de Griezmann dio oxígeno al equipo, pero insuficiente. La entrada de Cunha y Correa sacudió el partido, en la primera jugada que interactuaban, el brasileño remató a bocajarro un centro raso del argentino, fue paradón del portero del Villarreal.

Minutos después llegó la ocasión más clara de los del Cholo Simeone. Un balón rechazado que remató Cunha al palo tras botar en el suelo. El rebote cayó en favor de Yannick Carrasco que remataba a placer con Rulli en el suelo, todo parecía que sería gol, pero el cancerbero argentino tuvo una increíble rapidez para levantarse y parar ese remate. El equipo rojiblanco se quejó de que el esférico había entrado al completo. Los árbitros del campo y los que estaban en el VAR decretaron que no había entrado al cien por cien, por lo que no subió al marcador.

Con el Atlético de Madrid arriba, Gerard Moreno tuvo una ocasión clarísima. Fue un pelotazo que le cayó al delantero español que se encontraba en solitario hacia la portería de Oblak, apareció Reinildo Mandava para defender esa acción tras hacerse una carrera de 50 metros, una defensa espectacular del mozambiqueño.

Ya con el partido a punto de terminar, Nahuel Molina fue expulsado tras una agresión sobre Álex Baena. El argentino cometió de nuevo una imprudencia al caer en las provocaciones de pérdidas de tiempo del equipo visitante.

En una de las últimas jugadas del partido y ya con un jugador más, el Villarreal materializó un contraataque mientras el Atlético estaba en modo ataque en busca del empate.

El Atlético de Madrid necesita volver a la senda ilusionante en la que se encontraba y buscará volver a ella en Mestalla, contra el Valencia.