Bajan las aguas revueltas por el Manzanares. Esta frase vendría al pelo de la situación actual del equipo si los partidos como local se continuaran disputando en el eterno Vicente Calderón. Como eso, desde 2017, ya no es así, digamos que los ánimos están bastante caldeados y se ha instalado el nerviosismo en la hinchada colchonera.

Algo sorprendente, sin duda, pues recién acaba de terminar la Jornada 2 de Liga y el que esto escribe no consigue comprender como se ha llegado a este estado de nervios. El nivel de ansiedad vivido durante la tarde del domingo en el Metropolitano no corresponde ni a la actual situación del equipo ni a la época de la temporada en la que nos encontramos. Esperemos que en los próximos compromisos como local la grada ayude a templar los ánimos y empuje a los suyos, que son todos los que llevan la camiseta a franjas rojas y blancas. Necesitamos de nuevo que aparezca el jugador número 12.

Esta comunión entre jugadores y afición se antoja fundamental ante el calendario que se avecina. Durante el próximo mes, el Atleti visitará Mestalla (Jornada 3), Anoeta (Jornada 4) y Ramón Sánchez-Pizjuán (Jornada 7). Tres estadios que están en el top de dificultad de esta Liga y que marcarán parte del inicio de esta campaña.

Los partidos en casa serán ante Celta de Vigo (Jornada 5), en el que será el reencuentro de los del Cholo con su gente y el Real Madrid (Jornada 6). El derbi entre los dos equipos principales de la capital está marcado en rojo en el calendario de ambos, ya que suele ser un punto clave en la temporada, para bien o para mal.

Pese a que esta visión “a largo plazo” es inquietante, permítanme que les dé un consejo, que no es de cosecha propia, sino de un tal Diego Pablo Simeone. Partido a partido. Lunes, Valencia.