Eden Hazard volvió a demostrar que todavía le queda mucho para ser jugador del Real Madrid como titular. El belga salió en los últimos minutos y no se le vio lo fino que suele ser cuando tiene libertad para moverse. Para colmo falló un penalti que vuelve a sembrar las dudas respecto al extremo.

Su partido en Balaídos no pasó desapercibido. Entró al terreno de juego en el minuto 83 por Vinicius Jr con el 1-4 en el marcador. A pesar de ser poco tiempo, pudo haber jugado buenos minutos, pero Hazard fue el sustituto que peor lo hizo.

Perdió un par de balones que acabaron siendo del rival y falló una grandísima ocasión para poder resarcirse. Después de un penalti que provocó Rudiger, Benzema le cedió el cuerdo a Eden para que marcase. Con todo a favor, Marcheisn le adivinó las intenciones y detuvo la pena máxima.

Un golpe psicológico que no ayuda a que el jugador se refuerce mentalmente. Hazard no aprovechó los minutos, falló un penalti y no tiene pinta de que, al menos a corto plazo, pueda estar al nivel de sus compañeros que luchan por un puesto en el once de Carlo Ancelotti.

Consecuencias para Hazard

Las reacciones a esta mala actuación no serán positivas. Por un lado, el entrenador puede ponerlo en más partidos, pero lo hace ante la falta de recambios de garantía en esa posición y hacerlo por descarte. Carletto puede ir contando menos con él hasta el punto de no jugar más minutos con cierta regularidad.

Por otro lado, mentalmente le puede afectar al jugador de manera severa. Hazard advirtió que esta temporada tenía muchas ganas de deslumbrar a la afición y volver a ser aquel jugador del Chelsea que enamoró al mundo. Por ahora, ha empezado de la peor manera posible, una primera toma de contacto esta campaña.

La temporada pasada jugó 18 partidos de liga, donde no marcó ningún gol y solamente dio una asistencia, principalmente motivado por las placas alojadas en su pierna derecha. Mucho tiene que trabajar Hazard si de verdad quiere ser titular en el equipo de sus sueños y volver a ser un jugador de top mundial que, por ahora, solo perdura en el recuerdo de la gente.