La jornada del sábado se cerraba en el Ramón Sánchez-Pizjuán, con uno de los mejores partidos de La Liga Santander. Sevilla Fútbol Club y Barcelona se enfrenaban en la tercera fecha, en un duelo que empezaría a las 21:00

Ambos conjuntos llegaban con la necesidad de ganar, los locales porque todavía no habían logrado ninguna victoria en liga y los visitantes para seguir enganchados a las primeras plazas de la tabla. 

Xavi no cambia lo que funciona

El técnico de Terrasa apostó por el mismo once que logró la victoria 4-0 ante el Valladolid: Ter Stegen en portería, Eric García y Araujo como pareja de centrales, Balde y Kounde en los laterales. En la medular, Busquets, Gavi y Pedri. Y en ataque el tridente formado por Raphinha, Dembélé y Lewandowski.

Saber sufrir y saber castigar

Con el balón en juego, la imperiosa necesidad del Sevilla por lograr la victoria y contentar a la afición causó una salida frenética de los de Lopetegui que sorprendió a los azulgranas. No habían transcurrido ni cinco minutos, cuando un error en salida de Araujo, provocado por la presión, casi se convierte en el 1-0. Afortunadamente, para el Barça, apareció Ter Stegen con una mano imperial que evitó el tanto de Rakitic.  Ningún equipo lograba dominar el balón y en ese escenario parecía encontrarse más cómodo el Sevilla. De hecho, lograrían ver puerta con un gol de Lamela, pero la jugada quedaba invalidada por fuera de juego. El conjunto andaluz estaba más conectado al partido, pero pecaron de ansiosos por llegar al área rival y en muchas acciones caían en posición adelantada. 

Ante equipos como el Barcelona, fallar te puede costar muy caro y pese a no estar haciendo un buen partido, los de Xavi sí aprovecharían su única llegada hasta el momento para adelantarse en el marcador. Una recuperación de Gavi propició un contragolpe eléctrico conducido por Ousmane Dembélé, el francés asistía para Lewandowski, que con mucha clase picaba el balón ante Bono. El esférico lo sacaría bajo la línea la zaga sevillista, pero apareció un oportuno Raphinha para meter la cabeza y marcar su primer gol en liga. Este gol cambió por completo la dinámica del partido, el Sevilla se apagó y el Barça empezó a tomar el control. 

Con el dominio de la posesión y jugando la mayor parte del tiempo en campo contrario, el Barça era más reconocible y no tardó demasiado en cocinarse el segundo. El balón le llegaría a Kounde en banda derecha, el francés ponía una pelota medida hacía Lewandowski que se había desmarcado muy bien. El delantero polaco la bajaba con el pecho y definía con la efectividad que le caracteriza. El equipo culer se marchaba al descanso con una buena ventaja y haciendo un partido que fue de menos a más.

Controlar los tempos, sin correr riesgos

Iniciaban los segundos cuarenta y cinco minutos, el Barça, con el partido encarrilado, pero no cerrado, tenía el reto de no ceder a la presión de los locales que pudieran dar a pie a una posible remontada.  La sentencia llegaría pronto, en el minuto cincuenta Raphinha pondría un centro que Kounde cedía con la cabeza a Eric García, para que este, a placer, marcara el tercero.

No habría más goles, aunque pudieron llegar por parte de Lewandowski y De Jong en dos acciones consecutivas muy claras. Se cumplía la hora de encuentro y Xavi empezaba a pensar en la Champions, por lo que los cambios no tardaron en llegar. El primero iba a ser obligado, el autor del tercer gol, Eric, se retiraba lesionado y en su lugar entraba Sergi Roberto. De esta manera, Kounde pasaba a formar pareja de centrales con Araujo. Pocos minutos después, se marchaban en una misma ventana, Dembélé, Pedri y Balde, para dar entrada a Ferran, Alba y De Jong. De los tres, sería en neerlandés el que mejor se adaptaría al partido. También entraría Ansu Fati, sustituyendo a "Lewa", Xavi no quiere correr prisas con el español y de momento no apunta a la titularidad.

El conjunto azulgrana gestionó a la perfección el tramo final de partido, delante no tenían a la mejor versión del Sevilla, pero supieron dominar todos los aspectos del juego y evitaron sufrir en los minutos finales. Destacar el partido de Gavi que fue nombrado MVP, el canterano sigue demostrando o mucha personalidad pese a su edad.

Motivos para ilusionarse

El Barcelona de Xavi no está mostrando una versión excelente de juego, algo complicado a estas alturas de la temporada, pero lo cierto es que ya han superado dos salidas muy complicadas como son los campos de la Real Sociedad y Sevilla, haciéndolo con solvencia. El equipo está demostrando carácter y personalidad en situaciones y contextos adversos. El empate inicial ante el Rayo no generó dudas en los jugadores y desde entonces han logrado tres victorias consecutivas con once goles a favor y tan solo uno en contra. Cada línea del campo cuenta con uno o dos jugadores líderes, Araujo en defensa, Pedri en la medular, seguido de Gavi y Lewandowski en ataque. Ellos llevan la batuta en sus zonas y están rodeados de compañeros que les acompañan. Los recién llegados como Kounde o Raphinha, pero también los tan nuevos como Dembélé o Eric que parecen haber dado un golpe sobre la mesa. 

Las alienaciones muestran un cambio generacional en el equipo, hay nuevos roles y jerarquías, los jóvenes han dado un paso al frente y algunos no tan jóvenes también quieren darlo. Los ejemplos de Busquets y Ter Stegen sirven para dejar claro que este Barça tiene sitio para todo aquel que trabaje y rinda.   

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