Una victoria muy trabajada del conjunto blanco supone tres puntos para los chicos de Carletto que les alzan hasta el liderato del grupo en solitario. Tras el empate entre Shakhtar y Celtic, el club madridista era consciente de que una victoria en esa segunda jornada de la liga de campeones implicaría liderar el grupo y dejar bastante encarrilada la clasificación a la siguiente ronda.

Cómo plantearon el choque ambos técnicos

Comenzando por el conjunto local, Carlo Ancelotti, a pesar de que muchos pensaban que aprovecharía para rotar o hacer distintas probaturas en Champions, tan solo sorprendió con la pareja de centrales: Rüdiger y Nacho fueron de la partida, mientras que Alaba ocupó en esta ocasión el lateral zurdo. Así pues, el rey de Europa partió con Courtois bajo palos; línea de cuatro para Carvajal en el lateral derecho, Rüdiger y Nacho en el eje de la zaga, y David Alaba en el lateral izquierdo; en la sala de máquinas Tchouaméni volvió a la titularidad como pivote, escoltando a Modric y Camavinga que fueron los interiores; por último, el tridente ofensivo lo formaron Valverde, Rodrygo y Vini Jr.

Alineación Real Madrid vs Leipzig
Alineación Real Madrid vs Leipzig

Quizás, lo más destacado de la alineación madridista a parte de la novedosa pareja de centrales fue la aparición de Rodrygo como delantero centro. Tras el intento del pasado fin de semana de contar con Hazard y el decepcionante partido que ofreció el belga, Ancelotti optó por dar continuidad a un Rodrygo que en los pocos minutos que jugó en esa posición dio una asistencia tras una fantástica individual y, posteriormente, anotó un gol auténticamente maradoniano.

Rodrygo en conducción I Imagen: Getty Images
Rodrygo en conducción I Imagen: Getty Images

Por su parte, el cuadro alemán llegaba al Santiago Bernabéu con la esperanza de poder sorprender al vigente campeón y, por tanto, rascar algo positivo del feudo blanco. Para ello, Rose alineó a Gulácsi en meta; Simakan en el lateral derecho, Diallo y Orban como pareja de centrales, y Raum en el lateral zurdo; en el centro del campo, el doble pivote fue para Schlager y Haidara; Nkunku partió desde la izquierda, Szoboszlai desde la derecha y Forsberg hizo de mediapunta; por delante de ellos, Werner sería el hombre gol de los alemanes.

Tal vez, lo más interesante del planteamiento bávaro fue la posición de Forsberg. La posición del sueco jugando detrás de una referencia arriba le permitió buscar espacios entre líneas y, a partir de ahí, tratar de hostigar la meta defendida por Thibaut. Además, la verticalidad de Nkunku, sobre todo, por banda izquierda supuso el mayor peligro del conjunto germano ofensivamente.

Así transcurrió el choque

El pitido inicial dio comienzo a esta segunda jornada de la Champions League, en la que ambos conjuntos parecían ser conscientes de que, muy probablemente, se encontraban ante el enfrentamiento más complejo de la fase de grupos. El respeto de sendos clubes por su rival brillaba por sí solo, por lo que no se vieron grandes ocasiones en los primeros minutos de juego.

Conforme fueron pasando los minutos, el conjunto visitante fue entrando en el partido con las ideas muy claras y sin complicarse la vida atrás lograron poner contra las cuerdas en varias ocasiones al Real Madrid. Al club merengue, en la noche de ayer, le costó un mundo entrar en el partido e imponer su planteamiento futbolístico. Las cosas no parecían estar saliéndole bien a Carletto, que observaba impotente desde el banquillo como el Leipzig, por momentos, se hacía dueño y señor del encuentro. No obstante, la gran movilidad de Rodrygo durante la primera parte, uno de los pocos destacados del Madrid en el primer acto, y la amenaza que supone Alaba en el lateral izquierdo hicieron que el conjunto blanco gozara de alguna ocasión en el primer tiempo.

De este modo, los futbolistas enfilaron el túnel de vestuarios. El conjunto dirigido por Marco Rose con la sensación de haber llevado a cabo un gran partido, pero sin que esa superioridad se hubiera visto recompensada o reflejada en el marcador. Y, el Real Madrid, por su parte, siendo consciente de que las cosas no habían salido como se esperaba y que tendrían que cambiar muchas cosas de cara al segundo tiempo si querían sacar adelante aquel partido.

La segunda parte fue blanca

El inicio de los segundos 45 minutos dio comienzo a un partido radicalmente opuesto. El cuadro madridista se impuso notablemente, se mostró muy superior y logró imponer su planteamiento futbolístico sobre el verde.

La calidad del centro del campo madridista sumada a la electricidad de los atacantes merengue supusieron un coctel molotov que acabó explotando a diez minutos del final. Valverde culminó una gran jugada colectiva de los muchachos de Ancelotti para hacer justicia en la segunda parte. El uruguayo soltó un latigazo, otra vez con su pierna “menos buena”, para abrir la lata y subir el primero al luminoso. Si alguien les pregunta alguna vez qué implica Fede Valverde para el Real Madrid o, sencillamente, qué es el madridismo, ustedes solo tienen que mostrar la celebración del tanto de Valverde. La rabia, el sentimiento y el orgullo por vestir ese escudo en el pecho quedan perfectamente reflejadas en el festejo del primer gol madridista.

Celebración de Fede Valverde I Imagen: Getty Images
Celebración de Fede Valverde I Imagen: Getty Images

Asimismo, cabe destacar que, con anterioridad al primer tanto local, Vini Jr había tenido la más clara del partido tras una combinación entre Rodrygo y Valverde, sin embargo, el brasileño llegó muy forzado a definir y no pudo batir al guardameta húngaro.

Los minutos fueron pasando y, con ellos, el encuentro fue encaminándose a su fin. Aun así, el conjunto local no quería marcharse de su templo sin haber remachado el choque. Pero, esta vez el protagonista fue un actor inesperado. Marco Asensio, que venía de ser protagonista por razones muy distintas, anotó el 2-0. El mallorquín había sido noticia en el encuentro ante su exequipo por el desplante y los gestos de evidente cabreo que realizó ante su entrenador por no haber contado con ningún minuto en el partido anteriormente mencionado. En esta ocasión, el técnico italiano decidió darle minutos al 11 madridista y, éste optó por dejar claro a su míster y a todo el madridismo que si algo le sobra al bueno de Marco es la calidad y la pegada. No hay más que ver este auténtico golazo que, además, sentenció y puso el broche final a un partido que, en términos generales mereció ganar el Real Madrid.

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