No suelen ser los parones de selecciones plato de buen gusto para el aficionado colchonero. Adictos a ese balón envenenado que menciona el maestro Joaquín Sabina en el Himno del Centenario, las fechas de encuentros internacionales suelen convertirse en una odisea. Sin embargo, esta vez, y sin que sirva de precedente, ha sido distinto. Emocionalmente, el hincha atlético agradece este parón. Consciente de que la situación actual del equipo es complicada, mucho más tras el derbi, uno agradece que, al menos, durante dos semanas, cese la turra mediática a la que se está siendo sometido.

Y futbolísticamente, a priori, el parón de selecciones también parece que será positivo. La enfermería, que empezaba a llenarse, parece que abre la puerta de salida. Giménez y Savic han entrenado ya con el grupo y parece que llegarán sin problemas al partido contra el Sevilla. Un hecho que, teniendo en cuenta el drama defensivo que se está viviendo, es fundamental. La estadística habla por sí sola, con Savic y Giménez, el Atleti gana el 70,5% de sus partidos. Sin ellos, la cifra baja al 50%. Un cara o cruz al que Simeone no debe, ni puede, jugar más.

La vuelta de los dos centrales, unidos al buen estado de forma de Reinildo y Witsel, es, sin duda, la mejor noticia para el equipo. La seguridad y la tranquilidad que le aportan a sus compañeros cuando están en el campo no tiene ni punto de comparación a las sensaciones que transmiten Felipe y Hermoso, que han sido objeto de críticas en los partidos en los que, sin éxito, han tenido que defender la portería de Grbic, primero, y de Oblak, después.

En el lado opuesto se encuentran Lemar y Reguilón. Ambos continúan con sus recuperaciones, pero tendrán complicado llegar al Ramón Sánchez Pizjuán. Cierto es que, en estas posiciones, el Cholo dispone de más variantes y pese a querer tener siempre a toda la plantilla disponible, son altas que no urgen tanto, pero que conviene no demorar demasiado, pues la carga de partidos que se viene es elevada.

Con todo ello, afronta el Atlético de Madrid una previa tranquila marcada por la progresiva reincorporación de los internacionales. Tranquilidad que contrasta, seguro, con lo que se vivirá el sábado en Nervión. Los dos equipos llegan con urgencias a un choque que siempre se vive con mucha tensión. Y esta temporada no será diferente.