Victoria de prestigio la que obtuvo esta jornada la UD Las Palmas, tanto por la entidad del rival que tenía enfrente como por la manera en la que se gestó. Los goles de Enzo Loiodice y de Jonathan Viera de penalti pusieron la guinda a un partido solvente y serio de los pupilos de García Pimienta. En la otra cara de la moneda se encuentra el Granada, que acumula ya tres visitas consecutivas perdiendo y sin ser capaz de ver portería.

Este enfrentamiento entre amarillos y nazaríes, pese a producirse al comienzo del curso, podía suponer un punto de inflexión en la parte alta de la clasificación. Al inicio de la jornada, la UD ocupaba puestos de ascenso directo con el conjunto andaluz empatado a puntos. Pese a que ahora mismo las diferencias en la tabla son escasas, el choque iba a servir como piedra de toque para ambos conjuntos. Para la escuadra canaria, oportunidad perfecta para confirmar sensaciones y reafirmar su candidatura ante un rival directo. Para el Granada, dar el primer golpe sobre la mesa de la temporada en uno de los estadios más complicados de la categoría.

Continuidad en el esquema de García Pimienta, revolución en el once de Karanka

Las alineaciones de los dos conjuntos estuvieron en las antípodas. Ambos equipos afrontaban este encuentro con bajas sensibles. Por un lado, la UD perdía a una de sus más importantes perlas: Alberto Moleiro estaba concentrado con la Selección Española sub-21. Más afectado estuvo el Granada, que no pudo contar con su delantero estrella y máximo goleador de la categoría. El albanés Myrto Uzuni también había acudido a la llamada de su combinado nacional. Además, el equipo tenía que lidiar con las bajas por lesión de Ignasi Miquel y Ricard Sánchez.

Pese a tener ausencias importantes, ambos entrenadores hicieron planteamientos muy diferentes. García Pimienta apostó por una formación continuista, sin tocar el esquema. El 4-3-3 (en fase de construcción 4-1-4-1) es inamovible para el técnico catalán. Volvieron a la titularidad Saúl Coco en el centro de la defensa y Nuke Mfulu al pivote defensivo.

Por el carril zurdo, el tinerfeño Óscar Clemente sería el encargado de suplir la baja de Alberto Moleiro, aunque alternó posiciones con Jonathan Viera durante el tiempo que estuvo en el campo. Quizás el cambio más notable estuviera por la derecha. Primera titularidad para Álvaro Jiménez tras su lesión, lo que significaba que Álvaro Lemos regresaba al banquillo y la UD jugaría con un extremo natural.

Por su parte, Aitor Karanka cambió por completo el esquema. Acostumbrados a ver un marcado 4-2-3-1 (alineación que heredó cuando era el segundo de José Mourinho en el Real Madrid), el técnico del Granada apostó por meter a un tercer centrocampista. Njegos Petrovic sería el encargado de romper el doble pivote y acompañar a Víctor Meseguer y Yann Bodiger. Primera oportunidad en el once para Rubén Rochina y José Callejón volvía a partir como delantero de referencia.

Primera parte con altibajos

Ya desde los primeros compases del encuentro se pudo apreciar cuál iba a ser la tónica general durante los 90 minutos. Las Palmas monopolizó el balón (llegó a superar el 70% en algunos tramos del partido) e intentaba recuperarlo con rapidez. Karanka entendía que las opciones del Granada pasaban por aguantar el embiste inicial del rival y empezó a fraguar el partido desde la defensa. El uruguayo Erick Cabaco se erigió como el líder de la zaga nazarí y fue sin duda el mejor de los suyos.

Los primeros avisos serios de la UD llegaron desde la larga distancia ante la falta de ideas para progresar por dentro. Jonathan Viera de falta directa y minutos después Óscar Clemente probaron fortuna. Pero sin duda la más clara fue la de Álvaro Jiménez, que con un derechazo por abajo estrelló la pelota en el poste. Es evidente que García Pimienta ha incentivado a los suyos a intentarlo desde lejos. No en vano Las Palmas fue el equipo que más goles anotó la pasada campaña desde fuera del área en Segunda División.

Sobre la media hora de juego tuvo el Granada su mejor momento del partido. Recuperaban el balón con más facilidad y adelantaron más sus líneas de presión. En ese sentido, la figura de Yann Bodiger fue muy importante. Jugó mucho más adelantado de lo que está acostumbrado en el doble pivote, en zonas más características de un mediapunta. Como consecuencia de esta presión y recuperación en campo rival, el equipo forzó cuatro saques de esquinas en apenas un cuarto de hora. En uno de ellos llegó la primera y única gran oportunidad. Imponente cabezazo de Miguel Rubio en el corazón del área y una gran intervención de Álvaro Valles (colaboración incluida del travesaño) evitó el 0-1.

La UD, cada vez más incómoda, intentó apretar el acelerador en los últimos compases del primer tiempo y fue ahí donde hizo mucho daño. La banda izquierda fue la elegida. Las continuas incorporaciones de Sergi Cardona y la alternancia entre Óscar Clemente y Jonathan Viera en el extremo zurdo tuvieron su recompensa al borde del descanso. Viera frotó la lámpara y desatascó el partido prácticamente de la única manera posible: con una genialidad. Parte desde la banda, se mete hasta la cocina dejando a dos defensores en el camino y ve la llegada desde atrás de Enzo Loiodice. El francés libre de marca, consigue batir a André Ferreira con su pierna menos hábil, la derecha.

      

La UD, solvente y eficaz en la segunda parte

Los segundos 45 minutos fueron noticia en la isla. En los últimos dos compromisos de Las Palmas como local (Andorra y Leganés), el cuadro amarillo decidió dar el balón y que propusiera su rival. El conjunto del Principado monopolizó el esférico pero no tuvo tanta profundidad como hubiera deseado, mientras que los pepineros se mostraron del todo inoperantes. Ya fuera por la calidad individual de los jugadores del Granada o por querer sentenciar el choque lo antes posible, la UD no concedió ese lujo a su contrincante. Siguió proponiendo y llevando la manija del partido, entendiendo que defender con el balón era la mejor manera de neutralizar a los nazaríes. De hecho, el conjunto andaluz no fue capaz de tirar entre los tres palos en toda la segunda mitad.

Los cambios de García Pimienta siguieron la línea de las jornadas anteriores. Fabio entró por Enzo para blindar el centro del campo y la sustitución de Benito Ramírez por Óscar Clemente hizo que la UD dispusiera de un extremo natural por la izquierda. Ya en el tramo final del partido y viendo el Granada quería tener superioridad por las bandas, Álvaro Lemos sustituyó a Álvaro Jiménez y por el carril diestro hubo un doble lateral. También entró y debutó Sandro Ramírez, que dejó sus primeros destellos con la casaca amarilla.

<strong><a  data-cke-saved-href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/03/12/gironafc/1104865-bustos-al-rescate.html' href='https://www.vavel.com/es/futbol/2022/03/12/gironafc/1104865-bustos-al-rescate.html'>Jonathan Viera</a></strong> celebra con Sandro su gol al Granada | Fotografía: La Liga
Jonathan Viera celebra con Sandro su gol al Granada | Fotografía: La Liga

Karanka intentó agitar el once dando entrada a un nueve puro como Jorge Molina y a un extremo ágil como es Bryan Zaragoza. El Granada jugó el tramo final del partido con tres centrales y mucha más presencia en ataque, pero no consiguió inquietar la portería defendida por Álvaro Valles.

Parecía que el 2-0 estaba mucho más cerca que el 1-1 y así fue. Una gran jugada de Álvaro Lemos por la derecha propició un 3 vs 3 en el último tercio del campo. El gallego pone el balón atrás y Sandro está muy inteligente para dejar pasar la bola, que le cae a Jonathan Viera. Miguel Rubio toca ligeramente por atrás al 21 justo cuando iba a disparar y el colegiado no duda en señalar el penalti. Decisión un tanto dudosa pero que fue ratificada desde el VAR. Definición inapelable de Viera, que la puso en la escuadra e hizo inútil que su ex compañero Raúl Fernández adivinara el lanzamiento. Con el 2-0 en el marcador y a diez minutos del final, el partido quedó visto para sentencia.

     

Del partido se pueden sacar dos lecturas para ambos conjuntos. En clave UD, los amarillos siguen demostrando que su buen arranque de campeonato no es fruto de la casualidad. El equipo, a diferencia de años anteriores, dispone de una cantidad enorme de recursos para poder competir de tú a tú a los mejores de la categoría. Ya son siete jornadas y en estos momentos son líderes, todavía no conocen la derrota y solo han concedido un gol.

La segunda y más evidente, no se puede dudar de Jonathan Viera. Cuando el 21 agita la varita, Las Palmas tiene mucho ganado. Un par de destellos esta jornada sirvieron para que asistiera en el primer gol y forzara un penalti que él mismo se encargó de transformar. Si consigue repetir este tipo de actuaciones a lo largo de la temporada, la UD seguirá siendo aspirante a todo.

En el otro lado de la moneda está el Granada y sobre todo su entrenador, Aitor Karanka. El planteamiento del vitoriano no está funcionando fuera de casa y mientras en el Nuevo Los Cármenes el equipo está intratable, a domicilio acumula tres encuentros de suspenso absoluto. Sin Myrto Uzuni, al equipo le cuesta horrores ya no solo marcar, sino crear ocasiones de peligro. Si la dinámica fuera de tierras andaluzas no cambia, el equipo tendrá toda una odisea si quiere ascender a final de curso.

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