Tramo espeso de fútbol y sensaciones el que está atravesando el F.C. Barcelona desde el parón de selecciones. Según han ido perdiendo efectivos, ha ido decreciendo su nivel en rl, quizás, mes más determinante que tenga el equipo en la temporada. Los culés se llevan tres puntos y poco más.

Tras la derrota contra el Inter el pasado martes, Xavi presentó ante los gallegos, una defensa de circunstancias con sus tres laterales izquierdos; Balde en la derecha, Marcos Alonso en el eje de la zaga junto a Piqué y Jordi Alba en su posición natural. El '11' lo completaron Busquets, Pedri y Gavi en la medular, mientras que el tridente de arriba lo conformaron Ferran Torres, Raphinha y Lewandowski.

El partido comenzó con un Barça que buscaba solventar el encuentro rápido. Pedri y Gavi llevaron en volandas al equipo durante gran parte del primer tiempo en que también se pudo ver un Ferran más participativo, pero errático en la definición y un Lewandowski que no encontró sus espacios durante el enfrentamiento y fue el jugador que menos balones tocó del equipo titular.

Precisamente, la mejor acción del polaco durante el choque fue una en la que no necesitó tocar el balón para arrastrar a los centrales vigueses, propiciando así que Gavi pudiera profundizar por la banda izquierda poniendo un balón que remató Pedri a placer tras el mal despeje de Unai Núñez. A partir de ahí el conjunto azulgrana se desvaneció, más allá de un remate de Jordi Alba al lateral de la red y de un remate de Piqué que se fue alto, los de Xavi mostraron un fútbol plano y sin ideas cuando Pedri no entraba en contacto con el balón.

Los cambios no surtieron el efecto suficiente

Tras el descanso, no mejoró la imagen ni el planteamiento de los catalanes, que se vieron desbordados físicamente según avanzaban los minutos, y veían como el Celta ganaba más metros y subía más sus líneas. Ante esto, el entrenador culé decidió agitar la coctelera y realizar un triple cambio en el que Dembélé, Frenkie De Jong y Ansu Fati sustituirían a Pedri, Ferran Torres y Raphinha. Partido absolutamente olvidable de los dos extremos titulares.

Estos cambios dieron algo más de chispa al Barça que encontró destellos de Ansu, al cual se le sigue viendo con una notoria falta de explosividad en el desborde, y de Ousmane Dembélé. El francés es siempre una gran baza en estos momentos de atasco, pero esta vez no se vio al 'mosquito' desbordar o intentar llegar a línea de fondo y su acción más destacable fue un disparo desde el vértice derecho del área que cayó manso en las manos de Marchesín. El que sí consiguió lavarle la cara al mediocampo del equipo fue De Jong. El holandés fue una bombona de oxígeno para un Busquets que se estaba viendo superado por las revoluciones del partido.

Ter Stegen salva los muebles

Una de las buenas noticias que está sacando el Barça de este inicio de temporada, es el regreso de Marc-André Ter Stegen a su mejor nivel. El alemán lleva 631 minutos imbatido en LaLiga (mejor marca personal) y va a ser fundamental que mantenga ese nivel si el conjunto blaugrana quiere aspirar a títulos esta campaña. Su intervención en el encuentro en el mano a mano con Iago Aspas es de clase mundial y ,quizás, hace una temporada esa ocasión hubiera resultado el empate.

Malas sensaciones para el miércoles

El equipo afronta su primer 'match-ball' de la temporada este miércoles en el Camp Nou ante el Inter. Los de Xavi no solo deben ganar a los italianos, sino que deben vencerlos por más de un gol si quieren seguir dependiendo de ellos mismos en la clasificación para la siguiente ronda de la Champions League. De momento, sigue inmaculado su camino en LaLiga y dormirá esta semana como líder, pero la inversión hecha por la directiva el pasado mercado estival no se puede permitir caer en fase de grupos o pueden 'rodar cabezas' en Can Barça.