Creo que es el momento oportuno de reflexionar sobre las responsabilidades en la configuración de la plantilla y por ende de la marcha del Dépor, aprovechando el paréntesis que se abre entre el despido de Borja y el debut de Oscar Cano.

Lo de Borja era un secreto a voces, una muerte anunciada tras la derrota ante el Albacete y una semana de dudas de los que deciden. Iniciaba esta temporada “vendido”, salvo brillantes resultados, porque alguno creyó que podía servirles de escudo. Craso error. A dos meses de “tomar el turrón” desapareció el escudo.

Debo reconocer que Borja Jiménez no me gustaba como entrenador y que el Club se encontraba en una verdadera encrucijada: ¿Se deben tomar, al cabo de 7 jornadas, medidas drásticas … o los puntos conseguidos nos permiten mantener la confianza en el mister manifestada días antes por el Presidente? ¿Es el juego del equipo el que se le puede exigir a una plantilla que los dirigentes tildan de idónea o su confección ofrece importantes lagunas en algunos puestos claves?

El Consejo debía elegir entre apostar por dar confianza a Borja y esperar a enero para adoptar las medidas correctoras de la plantilla o tomar decisiones drásticas.

Los puntos conseguidos hasta ahora podían calificarse, según se mirasen, como aceptables o como engañosos, porque aunque suman 12 en 7 encuentros, casi 2 por partido, se han conseguido ante los equipos más fáciles, aunque algo similar, en cuanto al nivel de sus rivales, se puede decir de los Racing, Linares, Cordoba…

Por eso pensaba que el ultimátum llegaría en el choque con el Linares, por una doble razon: primera por no hacer debutar al técnico en un partido de seis puntos, con los riesgos que eso conlleva -recuerdo que en 1991-92 esperamos a tomar la decisión de cesar a Boronat (que mi amigo Marco me perdone) a que jugásemos los partidos con Barsa y Madrid, antes de la vuelta de Arsenio- y, en segundo lugar, darle sentido a las declaraciones del Presidente Couceiro reforzando a Borja.

Pero en la encrucijada, el que manda optó por el cambio -una petición a gritos de un buen número de seguidores blanquiazules- y, en pocas horas, como si ya todo estuviese cocinado, nombró a Cano, haciendo así responsable total de la situación al entrenador y obviando la que le pueda corresponder por la configuración de la plantilla a Director y Secretario Técnico y otros a los que les gusta jugar a técnicos.

Démosle, pues, la bienvenida a Óscar Cano -será el entrenador número 15 del Deportivo desde 2014, bastantes más que los 11 técnicos que tuvimos en los anteriores 25 años- al que deseamos larga vida en un puesto de máximo riesgo.

Sin conocerlo más que de su presentació, como un Gary Cooper “solo ante el peligro’, me gusta su discurso exigente y optimista. Asume con naturalidad el papel de favorito para el ascenso directo y ese es un paso importante. Acepta la presión y “presume” de ser el club favorito indiscutible de Primera RFEF, como en la Primera de verdad se jactan Barsa y Madrid… ahora “solo” es preciso demostrarlo con resultados, porque en el Depor actual todo se reduce a ¡ascenso o fracaso!

Si actúa como habla… y si “habla” igual de bien en el césped, los que han decidido su fichaje podrán mostrarse más que orgullosos de ello, pero para tener una idea algo real debemos esperar hasta diciembre -no se debe olvidar que no ha hecho pretemporada y que tendrá que afrontar, desde ya, los partidos difíciles- porque por experiencia sabemos que el papel lo soporta todo y será el tiempo necesario para que conozca los puntos débiles de una plantilla que falla en puestos clave.

Ahí radica una de las poderosas razones del actual nivel de juego y resultados del Depor. Alguien tendría que justificar cuestiones que son difíciles de entender, ya que tenemos carencias más que preocupantes en un equipo hecho para ascender.

¿Cómo una plantilla con ese objetivo puede carecer, como mínimo, de un punta de alto nivel para esta categoría? ¿Esa laguna, y otras, son también responsabilidad de Borja? Creo que no, salvo que Cano consiga demostrar que Gorka, al que bien conoce, es el hombre. Un buen 9, es imprescindible para ascender y hasta ahora ha brillado por su ausencia. quizás porque todo se apostó al fichaje de Lucas y no existía un “plan B” por si el de Monelos, como parecía cantado, no venía. Así llegó Svenson, que, con Gorka, han compartido banquillo mientras el técnico contaba antes con un Quiles, que en el centro se pierde, o con medias puntas que se diluyen en el área… lo que hace que el aficionado recuerde con añoranza ¡a Miku!

Alguna responsabilidad habrá que repartir y no imputar todos los fallos a Borja, salvo que se nos diga que ha sido él quien ha diseñado una plantilla en la que no solo echo en falta puntas, sino desborde en las bandas y un “cabeza de área”, sustituto natural del eterno Alex, al tiempo que un día se nos explique lo de Hector, indemnizado, titular indiscutible el pasado año y que hoy echamos muy en falta.

Acaba de sonar el primer aviso en la plaza, en la Plaza de Pontevedra. Por si alguien no se dio por aludido es un toque de atención general, porque el árbol blanquiazul está enfermo de verdad y, aunque se podó una rama importante, alguno se ha olvidado, o se ha querido olvidar, que la enfermedad, que el mal grave, está en la raíz.

Augusto César Lendoiro
Ex-Presidente R.C.Deportivo.