La victoria del Atlético de Madrid ante el Athletic Club en San Mamés dejó un nombre propio. Reinildo Mandava. El lateral izquierdo del conjunto colchonero fue nombrado Jugador del Partido debido a una tremenda exhibición en defensa que sorprendió a muchos aficionados, pero no a los hinchas del Atleti.

Y es que el internacional mozambiqueño lleva tatuado el mantra que se repite una vez tras otra en la parroquia colchonera. El Atleti necesita hombres y no nombres. Y Reinildo, que llegó de la Liga Francesa, y que incluso recibió burlas de propios y extraños por su procedencia, tiró la puerta y se asentó en la titularidad. Un partido malo se le recuerda, el primero, contra el FC Barcelona. El resto ha sido una constante demostración de dotes defensivas que esconden un trabajo diario que no pasa desapercibido por sus compañeros ni por el cuerpo técnico.

Reinildo, que no ocupará las portadas de la prensa deportiva nacional, y que tampoco aspira a ello, se ha ganado el corazón de la grada del Metropolitano. Ya nadie duda de ese desconocido defensor que llegaba a Madrid con la sensación de ser un fichaje de paso, ya que en menos de un año se ha convertido en parte de la familia rojiblanca.

Aunque aquellos que presumen de conocer a todos y cada uno de los futbolistas del planeta tierra hayan necesitado que, en San Mamés, Reinildo se cenara a Nico Williams y, de postre, se comiera a Iñaki, lo cierto es que el mozambiqueño lleva muchos partidos siendo de lo poco salvable del Atlético de Madrid. Y ahora, que da la sensación de que en el vestuario se han dado cuenta de que en el Atleti gustan los Reinildos, todos intentan copiar su ejemplo. Y harían muy bien. Hombres y no nombres. Es justo lo que necesita este Atlético de Madrid.