Varapalo para el Barça Atlètic, que corta su progresión ascendente hacia puestos de playoff. El equipo de Rafa Márquez se mostró impotente ante un Nàstic que pudo engordar el marcador en la segunda parte, y se mostró mucho más sólido y serio que el equipo visitante.
El filial azulgrana llegaba como octavo y se encontraba a un punto de los puestos de playoff con 22 puntos, los mismos con los que contaba un Nàstic que venía de enlazar dos derrotas consecutivas. El conjunto que entrena Rafa Márquez se presentaba al encuentro con las bajas de Pablo Torre y Álvaro Sanz.
Un Nàstic más ambicioso
El partido comenzaba con los locales más agresivos buscando explotar el flanco izquierdo. Los culés se encontraron con dificultades en la salida de balón tras la buena presión ejercida por los futbolistas de Raül Agné, cortando muchas líneas de pase. El cuadro visitante presentó un remarcable ajuste táctico ubicando a Ilias Akhomach por la izquierda y a Luismi Cruz, por la derecha.
El Nàstic realizaba la primera aproximación de peligro del encuentro en el minuto 6 luego de un saque de esquina en el que Pelayo rechazó un manso remate de Josema. Posteriorimente continuaron con posesiones largas y encontrando peligrosas conducciones por medio a través de Pablo Fernández.
Tras media hora de monólogo, casi estéril, de los locales, el filial culé comenzó a tomar el timón del choque mediante la posesión y las combinaciones en el mediocampo, que estaban consiguiendo generar ventajas y espacios. Illias fue el único que merodeaba el área de Manu García y que estaba obligando a sus rivales a estirarse más.
Justo en el mejor momento de los azulgranas llegó el primer gol del partido. Luego de un centro desde la derecha, zona muy poco explotada por el Nàstic durante el partido, Pablo Fernández rozó que, tras ser tocado por Pelayo, fue rematado por Robert Simón que elevó el esférico ante la saluda de Arnau Tenas. Duro golpe psicológico justo antes del descanso.
Los cambios no surtieron efecto
En el intervalo Rafa Márquez agitó el banquillo en busca de soluciones e introdujo a Fabio Blanco por Ilias, que tenía unas molestias, y a Zalaya por Chadi Riad.
El segundo tiempo comenzó con los de Tarragona más agresivos y rondando con peligro el área visitante, pero fue un espejismo. Los locales abandonaron su presión intensa y decidieron arroparse atrás y esperar a una oportunidad al contragolpe, dejando así el dominio del balón al rival. Solo Txus Alba daba la sensación de poder encontrarle las cosquillas al compacto bloque local.
En vistas de ello, el Barça Atlètic no conseguía generar peligro y realizo más sustituciones en busca de una chispa arriba que diera desequilibrio. Antonio Aranda fue el hombre elegido para la cuestión y sustituyó a Marc Casadó. Posteriormente entró al partido Diounkou entra por Pelayo, cambio de centrales, y salió Alex Valle por Roberto.
Un dominio estéril
Los culés estaban dominando los tiempos del duelo pero sin ser contundentes. Por otro lado, el Nàstic su tuvo un buena oportunidad tras una gran jugada colectiva que no aprovechó por un último pase errado en el interior del área con la espuela de Bonilla que no fue a portería y no encontró rematador.
Aranda fue el futbolista más eléctrico para los de Márquez, lanzó una falta directa fuera y filtró una acción que finalizó con la izquierda Fabio Blanco enviando el balón al poste. Agné también intentó asegurar el resultado con sustituciones y dio entrada a Gorostidi y Mauricio Pochettino, por Montalvo y Aarón Rey. El partido murió tras cuatro minutos de descuento en los que los estuvo más cerca el segundo del Nàstic que el empate, después de un tiro que repelió el larguero.
Luego de este resultado, el Nástic se coloca como 5º provisional en la clasificación con 25 puntos, mientras que el filial culé desaprovecha su oportunidad de escalar puesto y permanece en la 13ª posición.