La SD Ponferradina y el Racing de Santander se enfrentaban en una jornada destacada en rojo en el calendario: Ambos equipos se encuentran marcando el límite de la permanencia empatados a puntos con cierta distancia respecto a sus perseguidores y perseguidos. Equipos como el Lugo o Málaga aunque también Mirandés o Andorra miraban de reojo lo acontecido en el Toralín. Entre los protagonistas, mismos puntos y el 1-1 de la ida mantenía abierto el goal average. No era un partido de 6 puntos, sino de 7.

Mantilla y Germán en defensa

A lo largo de la semana, el míster José Alberto comentaba en rueda de prensa que sus únicas dudas respecto a la alineación pasaban por los flancos de Rubén Alves: Mantilla (fuera de sitio) y Mario García (sin debutar) competían por la plaza de los lesionados Saúl García y Satrústegui. Por el otro lado, Pol Moreno aspiraba a desplazar a un cuestionado Germán que no termina de mostrar la solidez necesaria. Finalmente, la solución más continuista con Manti y el propio Germán de titulares, con la vuelta de Juergen Elitim en el eje como última novedad tras recuperarse de su lesión.
 
 
Álvaro Mantilla volvió a la titularidad aunque bajó sus prestaciones al jugar fuera de sitio. Imagen: LaLiga SmartBank
Álvaro Mantilla volvió a la titularidad. Imagen: LaLiga SmartBank

El partido comenzó con un Racing relativamente valiente que buscó generar peligro a través de jugadas trenzadas desde la defensa, con Pombo bajando a recibir a campo propio y oxigenando la salida de Íñigo y Juergen. Por momentos se notó el trabajo de JAL aunque la falta de continuidad y la lesión de Matheus -muscular, aceleró el debut de Roko Baturina- cambió el rumbo del encuentro. 

Los cambios de orientación precisos desde la zaga local descolocaban a los verdiblancos, que veían como Nwakali se liberaba de la tímida presión de Pombo para conectar con los tres cuartistas, generando así mucho peligro e igualando fuerzas. De esta forma, una gran jugada de un viejo conocido racinguista, Paris Adot, dejaba atrás a Mantilla para colocar un centro medido que Edu Espiau remató con contundencia al fondo de las mallas (1-0 min. 28).

El gol noqueó momentáneamente a los pupilos de JAL que veían cómo la SD Ponferradina se adelantaba en su primer tiro a puerta del partido. Tras un conato de reacción en las botas de Íñigo Vicente, Edu Espiau mandaba un fuerte latigazo contra la madera de la portería defendida por Miquel Parera ante la pasividad de la defensa. Sudores fríos.

Reacción en el banquillo y en el campo

El paso por vestuarios dejó a Mantilla en el banquillo, cuyo hueco fue ocupado por el canterano y debutante Mario García. De esta forma JAL reconocía indirectamente su error en el planteamiento, algo ante lo que los técnicos no suelen ceder y que honra al técnico asturiano. El Racing salió además con la premisa clara de adelantar líneas mediante combinaciones más rápidas y gracias a ello fue paulatinamente encerrando a los castellanos, que se replegaron atrás esperando sentenciar a la contra. 

Los cambios de Sangalli y Yeray Cabanzón por Mboula e Íñigo terminaron de decantar la balanza sumados a un Jorge Pombo más organizativo y un Íñigo Vicente omnipresente con mucha mayor libertad de movimientos. Una combinación precisa por banda izquierda permitió al debutante Mario García ganar la línea de fondo para, con una precisión milimétrica, poner un balón medido al corazón del área que Yeray atacó con contundencia para subir el empate al marcador (1-1 min. 78). Cuando peor pintaban las cosas para los intereses racinguistas, La Albericia salió al rescate para salvar el primer matchball de la temporada. Ojalá sea el primero de muchos.

Con lo más difícil conseguido y unos 15 minutos por delante, JAL trató de equilibrar al equipo dando entrada a Fausto Tienza por el amonestado Juergen. Balance necesario de un equipo algo descompensado, si bien podía ser el momento de buscar algo más ante una Ponferradina que acusó el mazazo del empate. De hecho, una gran acción de Íñigo Vicente por banda forzó la segunda amarilla de Amo que dejó a los bercianos con un jugador menos los últimos minutos. Los verdiblancos trataron de decantar la balanza con un incansable Dani Fernández y disparos lejanos de Roko Baturina, pero el tiempo fue insuficiente.

Al final, reparto de puntos que se puede considerar justo con aproximadamente una parte para cada equipo. El Racing supo reaccionar ante una situación muy comprometida y dio sensación de poder aspirar a más cuando fue a por el partido y adelantó la presión. Como el resto del año, sensación agridulce al no poder traducirse este empuje si no es con el marcador desfavorable. Por suerte, desde fuera del descenso se trabaja algo mejor. Toca ser valientes. Desde el principio.

 

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