Dos meses exactamente. El 6 de diciembre se disputó la decimoquinta jornada de liga, que terminó con el Deportivo a diez puntos del líder que en ese momento era el Córdoba CF. Ha sido la máxima distancia respecto a la cabeza en la que se ha encontrado el club herculino hasta la fecha. Por aquel entonces, se perdió en Badajoz en el último suspiro del encuentro. Desde ese instante, han transcurrido siete jornadas y el Deportivo, a pesar de continuar generando ciertas dudas, sobre todo en los partidos de fuera de casa, ocupa la tercera posición de la tabla clasificatoria a solo dos puntos del Alcorcón, líder en solitario de la categoría.

Un equipo de dos caras

El equipo coruñés se muestra intratable en su feudo, donde lleva cuatro triunfos consecutivos sin encajar un solo gol en contra. Con una asistencia a Riazor digna de categorías superiores (el pasado sábado se citaron casi 20.000 aficionados), el Deportivo se siente fuerte, los jugadores se contagian de la energía de la afición, que les genera una dosis de motivación extra.

Por contra, cuando el Deportivo actúa de visitante, la versión con la que nos encontramos es totalmente opuesta, el equipo no tiene la misma actitud que en casa, dejando la iniciativa al cuadro local de turno y parece apostarlo todo a algún chispazo, alguna genialidad de Lucas, Quiles, Rubén o Mario.

Las dos próximas jornadas con sendos desplazamientos a San Sebastián de los Reyes y a Talavera de la Reina marcarán, casi con toda seguridad, las aspiraciones reales del Deportivo en este campeonato, quiénes somos y lo que queremos ser. Veremos si el equipo es capaz de ofrecer (o al menos acercarse) la versión de Riazor, entre esto y el hecho de habitar con naturalidad en puestos de play off debe servir como base sólida para aspirar a cotas más elevadas.