El Deportivo llegaba a Salamanca con la determinación de conseguir la victoria y dar una imagen muy diferente respecto a las últimas ofrecidas como visitante. Más de mil deportivistas acudieron a la cita, tiñendo de blanquiazul el estadio salmantino en un ambiente propio de otra categoría.

El Dépor empezó bien, presión arriba, jugadores enchufados y participativos, gol de Mario Soriano, delirio en la grada. Parecía que era cierto y que el equipo, por fin fuera de casa, iba a olvidar todas las dudas generadas en sus últimos desplazamientos. Demasiado bonito para ser verdad, en una jugada aislada, un despeje salido de la nada, se convierte en el pase perfecto, gol en contra y adiós. Es increíble cómo el equipo se va de los partidos ante el más mínimo golpe en contra. Pasó contra el Castilla, contra la Cultural y volvió a pasar contra Unionistas. Otra derrota más, otra decepción más.

La afición ha perdido la confianza en el técnico, harta ya de sus ruedas de prensa, de sus planteamientos jugando con los mismos y a lo mismo, de sus tardíos cambios y de su nula capacidad para voltear la penosa imagen que el equipo da lejos de Riazor.

Otra vez dejó a Trilli en el banquillo, algún día alguien explicará qué pasó esta temporada con él para que jugara tan poco. Otra vez apostó por Saverio como extremo, jugador que desde su llegada en el mercado invernal (el Deportivo prescindió de Narro por él) solo mostró un efímero chispazo ante el Badajoz. Su partido en Salamanca fue deplorable. No sustituye a Olabe con una amarilla sabiendo que es un jugador que siempre va al límite. Saca a Svensson cuando solo faltan 5 minutos para terminar.

Hay mal ambiente en general en todo el entorno, inseguridad en conseguir el objetivo del ascenso que se va escapando quedando ya muy poco para finalizar el campeonato. Hay ya muchas voces que piden la dimisión (cese) de Óscar Cano. No hay que alargar lo inevitable. Se trata de un entrenador que empezó bien, mejoró el equipo respecto a su predecesor, pero poco a poco ha ido perdiendo credibilidad y respaldo. El Dépor le ha venido grande. Aún hay tiempo para dar un giro a la más que probable debacle que se avecina.

 

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