El hombre de moda en el fútbol español se queda en Sevilla. Tras unos días de negociaciones entre la dirección deportiva del Sevilla FC y el representante de José Luis Mendilibar, Iñaki Ibáñez, finalmente se ha alcanzado a un acuerdo para extender el contrato del técnico vasco en el conjunto hispalense. El contrato tendrá validez para toda la temporada 2023/24 y, según apuntan varios medios, existe también la posibilidad de extensión de un año más, que se ejecutaría de manera automática si se cumplen unos determinados objetivos.
El anuncio oficial se ha demorado debido a las discrepancias económicas entre la oferta inicial y lo que pretendía la agencia IDUB, a la cual pertenece el ya citado representante del vasco. Finalmente, tal y como lo ha confirmado el vicepresidente primero de la entidad, José María del Nido Carrasco, en una entrevista en Deportes COPE Sevilla, se ha podido llegar a un acuerdo entre todas las partes.
El club ha confirmado también que mañana a las 11h, el recién renovado comparecerá en rueda de prensa para valorar su continuidad.
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Una renovación exigida
No se puede olvidar en qué situación cogió al equipo el entrenador de Zaldibar: a dos puntos del descenso y tras una crisis de juego y resultados notable. Con el vestuario hundido y con la afición quemada tras meses soportando malas gestiones seguidas de malas gestiones, el equipo necesitaba un cambio de aires radical, tanto mental como tácticamente.
Precisamente eso, y más, es lo que ha aportado 'Mendi'. Con humildad y sencillez, y siendo coherente con sus decisiones, se ha ganado a toda la afición, a la dirección deportiva (que pese a contratarle y darle una oportunidad, no se esperaban este rendimiento) y, sobre todo, al vestuario, que ha visto en él alguien en quien creer y confiar. Los resultados le abalan en 17 partidos: nueve victorias, cinco empates y tan sólo tres derrotas (dos en partidos ya intrascendentes en LaLiga).
Por no hablar de la competición europea que ha conseguido realizar, derrotando a Manchester United y Juventus, en cuartos de final y semifinales respectivamente, y colocando el broche de oro al conseguir la séptima en Budapest ante la Roma de Mourinho. No podía ser más merecida una renovación de un entrenador que tan sólo ha estado dos meses y medio en el cargo. Y nadie se lo merecía más que él.