Hace apenas una semana la cabeza de César Caneda prolongó el sueño del Mirandés una ronda más. La locura invadió Miranda de Ebro y todos los aficionados rojillos  deseaban medirse al Athletic de Bilbao en una semifinal soñada. Siete días después los leones visitan Anduva en busca de la final de la Copa del Rey. Un paraje habitual para los bilbaínos y desconocido para el equipo mirandés que tiene en su ilusión y en la fuerza de su afición las armas necesarias para derrotar al que hasta hace poco era el Rey de Copas.

El Mirandés, Miranda de Ebro y Anduva buscan volver a desafiar a la lógica y romper la historia siendo el primer equipo de Segunda B en llegar a una final copera. Un coto privado destinado a conjuntos con presupuestos millonarios y futbolistas internacionales al que los rojillos quieren acceder desde la categoría de bronce. La típica historia de David contra Goliat multiplicada por tres tras eliminar al Villarreal, al Racing y al Espanyol.

Una reto para el que Anduva es esencial. La presión del vetusto estadio será mayor que nunca ya que 1.700 aficionados más de lo habitual, tras instalar una grada supletoria, llenaran sus gradas de ilusiones y esperanzas teñidas de rojo. Ni el ascenso de Tercera a Segunda B de hace tres temporadas ante el Jerez Industrial ni la desilusión frente al Guadalajara que les dejó a las puertas de Segunda el pasado mes de junio habían inyectado en los habitantes de Miranda un amor  similar por sus colores y su equipo. Con la fuerza de 8.000 almas empujaran los goles rojillos y detendrán los tiros de su rival.

Un oponente que llega con todas sus estrellas. Javi Martínez, Llorente e Iraola, internacionales confirmados, y Ander Herrera y Muniain, cercanos a los que Del Bosque analizará desde la grada de Anduva, son los diamantes de un plantel al que Bielsa a moldeado en un equipo hermoso con el balón pero dubitativo en defensa. Un conjunto que despierta simpatías a orillas del Ebro y en el vestuario del Mirandés que mañana sufrirá en un terreno abonado a la lucha, al sacrificio y al éxito esta temporada. Pouso tejerá con Martins, Garro y Muneta una red donde espera que caigan los medios bilbaínos. Trabajo de los dos primeros y calidad de Muneta para dibujar pases precisos a Mujika y a Pablo en busca de los tantos que abran las puertas del éxito.

Estrellas del fútbol modesto

El triunfo y el éxito del Mirandés tiene sus símbolos en las piernas y en la cabeza rapada de Pablo Infante y en la mente y la dirección de Carlos Pouso. Dos estrellas del fútbol modesto, alejado de los focos, los resúmenes televisivos y de las audiencias millonarias que han emergido desde los sótanos del deporte nacional para revolucionar, junto a sus compañeros, el mundo del balón. Las paradas de Nauzet, las subidas de Garmendia, los pases de Muneta y los goles de Alain  junto a los siete tantos de Pablo y a los planteamientos de Pouso completan un coctel de juego, goles e instantes inolvidables grabados en la memoria colectiva del fútbol que este año ha vuelto a emocionarse con la gesta de un equipo modesto.

Los balcones de Miranda, sus bares y sus calles respiran en rojo mientras toda la prensa llega a Miranda de Ebro en busca de los secretos de la hazaña futbolística más grande del último lustro. El Mirandés ha conseguido desenfocar el foco que la prensa deportiva tiene dirigido hacia Madrid y Barcelona y desviarlo a orillas del Ebro. La visita del Athletic en semifinales de la Copa del Rey es un hermoso regalo para un conjunto y una ciudad que nunca jamás imaginó disfrutar de una noche como ésta y que espera prolongar su sueño con un buen resultado que le permita competir en San Mamés. Pablo Infante, Pouso y toda la plantilla rojilla han conseguido la machada de llevar al Mirandés al lugar donde solo los elegidos compiten: a las puertas de una final. El premio ya es suficiente para los locales pero el césped y la grada tienen otro mensaje para los visitantes: Esto es Anduva.