Si algo ha caracterizado la trayectoria de Manu Barreiro en el Deportivo Alavés ha sido la irregularidad. El gallego ha sido, en sus buenos momentos, un delantero de nivel que ha dado muchos puntos al Glorioso, pero que en sus momento malos. Ahora, en Primera División y con la competencia renovada, su sitio en el Alavés está más discutido que nunca.

Barreiro llegaba al Alavés en el verano del 2014 para cubrir el hueco de Borja Viguera, traspasado al Athletic Club. Una gran plaza en la que torear, pero posible para un delantero que había sumado 21 goles en su anterior curso con el Racing de Ferrol. Un nuevo reto para él en la categoría de plata, después de un efímero paso por el Cádiz años atrás.

Con su 1,91 de altura se esperaba de él un sobresaliente rematador de cabeza. Pero, paradójicamente, no ha sido una de sus virtudes, y los goles logrados de ese modo son escasos. Barreiro ha destacado por su juego de espaldas, la capacidad de bajar balones largos y dejarlos francos para sus compañeros. Su agilidad, la cual no es habitual con su estatura, también le permite más dinamismo en el juego.

Esas dos virtudes le permitieron marcar once tantos en su primera temporada en Mendizorrotza, siendo el máximo goleador del equipo. Siete de esos tantos llegaron en la segunda vuelta. Le costó coger el ritmo, y ese es uno de sus mayores problemas: su físico. Requiere una preparación física completa para poder afrontar la temporada con garantías, además de dosificación.

Y ese ha sido su mayor problema en la temporada del ascenso. Se lesionó en pretemporada, y aunque no fue una lesión grave, sí que estuvo varias semanas apartado de la dinámica del equipo. A eso se le unió la intensa preparación física que requieren los equipos de Bordalás. Comenzó la temporada como suplente, y sólo fue titular por sanciones o lesiones de compañeros. Pese a todo, sumó cinco dianas, siendo el segundo máximo goleador del equipo.

Su continuidad, más aun si la dirección deportiva quiere incorporar un nuevo delantero, es dudosa. Si finalmente no llega ningún delantero, el gallego entrará en la rotación como uno más, pues aporta un perfil diferente al resto del equipo. Calidad la tiene, como ya ha demostrado en sus dos temporadas anteriores. Que tenga continuidad será clave.