El Deportivo Alavés sigue aumentando los elogios y semana a semana comienza a firmar mejores números y mejores registros. La Copa del Rey se está convirtiendo en todo una ilusión para la afición vitoriana, si bien a priori podía suponer un escollo en el camino de la permanencia, como ha supuesto para otros conjuntos. 

Sin embargo, los buenos números en Liga están permitiendo a los de Pellegrino mirar a la copa con ilusión, y si a eso se añade que las rotaciones le están funcionando a las mil maravillas el resultado está a la vista de todos: El Deportivo Alavés tiene muy encarrilado el pase a las semifinales del torneo. 

El encuentro en los primeros compases no fue muy vistoso. Ambos trataron de llevar el peso del encuentro practicando un fútbol poco vistoso, sin arriesgar demasiado sobre todo en campo propio, para evitar pérdidas de balón que pudiesen generar ocasiones en favor del equipo rival.

El conjunto vitoriano realizó varios cambios en su once tipo: Llorente, pieza clave en la medular, no estuvo ni en el banquillo, a causa del número elevado de minutos acumulados, y otros jugadores como Alexis, Laguardia, Edgar, Theo (por sanción) o Deyverson no fueron de la partida. Torres, Manu García y Krsticic formaron la medular vitoriana con el claro objetivo de impedir la creación de juego del conjunto alfarero, con Katai y Sobrino en los extremos, dos de los habituales en el torneo copero, junto con el ariete Cristian Santos

Katai destacó en los primeros compases por parte del conjunto albiazul. El serbio fue de los jugadores más activos, y tuvo dos buenas oportunidades en los minutos 12 y 22, pero no estuvo atinado cara a portería, y no consiguió batir la portería de Dani Jiménez. El conjunto vitoriano comenzó a dominar la posesión del balón mediado el ecuador del primer tiempo, pero ni por esas consiguió superar la muralla defensiva del conjunto de Julio Velázquez, que en su estadio es un equipo que encaja muy pocos goles. El Alavés comprobó el porqué en sus propias carnes. 

Ambos equipos se respetaron mútuamente 

Pero si el conjunto alfarero es el menos goleado en su estadio, el Alavés es el cuarto menos goleado de Primera División. En consecuencia, y más tratándose de un duelo a doble partido, las ocasiones brillaron por su ausencia en un duelo en el que ambos conjuntos no pudieron ocultar su miedo a perder.

En la recta final del primer tiempo, el conjunto local mostró una cara algo distinta, sintió la necesidad de superar a su rival, dado que era el conjunto local, y adelantó las líneas en busca de amedrentar al conjunto vitoriano. No produjo ningún éxito en forma de goles, pero el encuentro se marchó al descanso con la clara idea sensación de que ambos conjuntos debían mejorar notablemente en cuanto a intensidad y en cuanto a precisión para intentar desequilibrar las tablas. 

Leve mejoría del Alavés tras la reanudación 

La segunda parte se alejó de los parámetros en los que transcurrió el primero. Ambos conjuntos salieron con una mayor decisión que en el primer tiempo a buscar la portería contraria, y en ese momento el Deportivo Alavés demostró el porqué de que juega en una categoría superior. Primero fue tras un saque de esquina, que cabeceó cerca del palo derecho de Jiménez el delantero venezolano Christian Santos, y poco después sería por medio de Rubén Sobrino, que si bien consiguió mandar el balón al fondo de las mallas, su cabezazo en el punto de penalti tras centro de Katai fue anulado por fuera de juego.

El conjunto vitoriano mostró que sus teóricos suplentes tampoco se quedan lejos del nivel que se le presupone a un jugador de Primera División, y en la segunda mitad mostraron una mayor decisión a encarrilar la eliminatoria en el partido de ida. 

Manu García tuvo una buena oportunidad cuando se jugaban diez minutos del segundo acto, pero su disparo se marchó a la izquierda de la meta de Jiménez. El Alcorcón tampoco renunció al ataque, en un encuentro en el que compitió de tú a tú contra un equipo de categoría superior. Iván Alejo tuvo una buena oportunidad con un disparo que se marchó por encima de la portería de Ortolá, al igual que Elgezabal, algo más adelante. 

Pellegrino trató de añadir algo más de pólvora al ataque de su equipo, dando entrada a Camarasa y Deyverson, dos de los habituales de Pellegrino en el esquema liguero. 

Llegar y besar el santo 

Lo que a priori pareció una sustitución de hombre por hombre, entrando Ibai Gómez en lugar de Katai, terminaría siendo clave para el porvenir del encuentro, y de la propia eliminatoria. 

A punto de alcanzar los noventa minutos reglamentarios, Santos encontró el espacio por el lado derecho de su ataque, puso un centro al punto de penalti ante la llegada del capitán, Manu García, y aunque el capitán del conjunto babazorro no consiguió conectar con el balón, quien sí lo hizo fue el recién incorporado Ibai Gómez, que primero tiró el recorte, y luego definió con un disparo ajustado al palo izquierdo de la portería de Dani Jiménez. 

Con el Alavés venciendo en el luminoso, llegó una acción completamente antideportiva de Bellvís, que le propinó una patada al delantero Cristian Santos sin el balón de por medio, algo que le costó la expulsión por roja directa. 

Ya en el tiempo de descuento, con los jugadores del Alcorcón tratando de conservar el 0-1 en contra, llegó un nuevo golpe por parte del héroe albiazul, Ibai Gómez: El de Santutxu ejecutó un libre directo a la perfección desde el lado izquierdo en una zona paralela a la medialuna del área grande, para batir con mucha sutileza al guardameta Dani Jiménez. 

Demasiado castigo para una A.D. Alcorcón, que compitió de tú a tú con un rival de Primera División, y que vio cómo en tan solo cinco minutos pasó de tener la eliminatoria igualada, con muchas opciones de avanzar, a tener que buscar la épica en el encuentro de vuelta en Mendizorrotza. El Alavés sigue a lo suyo, y además de asegurarse una cómoda posición en la clasificación liguera, está a punto de firmar unas semifinales coperas, por segunda vez en el presente siglo XXI.