Todos los aficionados al fútbol saben que uno de los puestos más inestables en una plantilla es el del entrenador. Cada temporada, vemos un desfilar de entrenadores, que harían imposible enumerarlos a todos. También ha pasado en nuestro Deportivo Alavés. De hecho, a principio de esta temporada, las casas de apuestas deportivas tenían a Mauricio Pellegrino en el objetivo de sus apuestas como el primero en abandonar los banquillos de un equipo en Primera División. Afortunadamente, no ha sido así. El inolvidable Mané es el que más partidos ha dirigido al equipo del Paseo de Cervantes. Pero hay otro entrenador que está el segundo en esa lista: Txutxi Aranguren.

Sus inicios

Txutxi nacía en Portugalete, un 26 de diciembre de 1944. Este bravo defensa, lateral izquierdo, defendió los colores del Athletic de Bilbao desde 1962 hasta 1975. Tras disputar con esa camisola un total de 318 partidos en las trece temporadas, disfrutó viendo a su capitán, levantando por dos veces el trofeo de la Copa del Rey, en el año 1969 frente al Elche por 1-0 y en 1973 frente al Castellón por 2-0.

Una vez colgadas las botas, continuó unido a su querido club en las instalaciones de Lezama hasta que fue llamado por el Deportivo Alavés para llevar las riendas de su primer equipo. Y así, en la temporada 1978-79, debutaba como entrenador, ayudado por su buen amigo Aranbarri.

Y no fue precisamente una llegada fácil para él porque, debido a las penurias económicas que estaba atravesando el club, le obligaron a firmar unos avales por 2.000.000 de las antiguas pesetas (unos 12.000 euros) que tardaría en resolver, incluso una vez abandonado el club al finalizar la siguiente temporada. Y es que estuvo durante dos temporadas como entrenador en esa su primera participación en el equipo alavesista.

Su primera temporada como entrenador

El Deportivo Alavés llevaba unos años militando en la Segunda División y en esa temporada, 1978-79, estaban jugadores como Basauri, Garmendia, Sánchez Martín, Igartua, Badiola, Zuluaga, Valdano, Morgado, Quiles, Astarbe, Salamanca, Urretxo, Urdaci, Señor… formando un buen equipo al mando de un Hipólito Lalastra como Presidente del Club. Había muchas esperanzas en ascender a primera y se había hecho un gran esfuerzo con fichajes estrella como Morgado, Señor, Valdano y otros más.                                    

Esa temporada, el equipo terminó noveno, después de ganar 15 partidos, empatar diez y perder trece, terminando con 40 puntos en una liga donde todavía se contabilizaban las victorias a dos puntos. En la Copa llegaron hasta cuartos de final, después de jugar contra el Txantrea, Erandio, Oviedo y Murcia para caer eliminados por el poderoso Valencia de Mario Kempes.

Antes de comenzar la que sería segunda y última temporada de la primera fase de Txutxi con el Glorioso, tuvo lugar un incidente que no olvidaremos los aficionados. El interés surgido en varios equipos para hacerse con los servicios de un consolidado Badiola y de un novato Valdano, que ya despuntaba con sus regates y habilidad propia de los jugadores argentinos hizo que el Alavés se decantase por el Zaragoza, club con el que se tenían excelentes relaciones. Y para formalizar esos contratos se fueron a la capital maña el día 12 de julio. Se alojaron en el Hotel Corona de Aragón y a la mañana siguiente se levantaron por el estruendo y viveza de unas llamas que, a la postre, terminarían por destruir el hotel. El azar hizo que Valdano no se alojara finalmente en el hotel pero Badiola se tuvo que lanzar a una terraza huyendo de las llamas, logrando sobrevivir de milagro. No obstante, ese hecho hizo que terminase para él prácticamente su carrera profesional.

La temporada siguiente fue casi calcada a la anterior hasta el final de liga. Casi con los mismos jugadores, terminó también noveno en la clasificación, después de haber ganado 13 encuentros, empatado 12 y perdido 13, obteniendo incluso menos puntos que la temporada precedente.

Como anécdota, en aquellos años había una obligatoriedad por parte de los clubes de alinear a dos jugadores sub 20 en todos los partidos. La indefinición de la regla hizo que la mayoría de los equipos se saltase esa norma a la torera ya que procedían a un doble cambio en los primeros cinco minutos de juego, quedando el equipo formado con los jugadores habituales a cambio del riesgo de quedarse sin la posibilidad de realizar más que otro cambio en todo el encuentro. Txutxi Aranguren se aprovechaba de esa indefinición y durante muchos partidos estuvo haciendo esa operación hasta que las multas impuestas a los clubes le hicieron desistir. Sandino y López Rekarte eran los sacrificados que cedían sus puestos a Urdaci y Quiles.

A las puertas del ascenso a Primera

Habían sido muchas las esperanzas puestas para intentar subir a la máxima categoría, pero se consideraba un fracaso lo realizado en esas dos temporadas. Sobre todo, escoció mucho la manera en que se terminó esa segunda temporada, ya que a falta de cuatro jornadas, la posición en la tabla era inmejorable para haber conseguido el ascenso. Pero un 18 de mayo llegaba a un abarrotado Mendizorrotza el Osasuna y ganó 0-2, truncando todas las esperanzas y abriendo el camino hacia la división de honor al equipo navarro. Pero a pesar de todo, el nuevo Presidente, Luis Ortiz de Zárate, le ofreció a Txutxi Aranguren la renovación por una temporada más. El prefirió marchar hasta Huelva a entrenar al Recreativo.                                      

No sería hasta casi el final de su carrera como entrenador, cuando Txutxi Aranguren recalaba de nuevo en Vitoria para dirigir al Glorioso durante otras casi 3 temporadas. Atrás quedaba una lista de equipos con los que había tenido más o menos fortuna: Recreativo de Huelva, Cartagena, Deportivo de la Coruña, Logroñés, Sporting de Gijón y el mismo Athletic de Bilbao.

Txutxi Aranguren en el banquillo
Txutxi Aranguren en el banquillo

El Deportivo Alavés había atravesado una época muy mala, pasando por el calvario de la Segunda B y la Tercera división y llevaba cinco temporadas seguidas jugando el playoff de ascenso a segunda pero sin ningún éxito. El entonces Presidente del Alavés, el inolvidable Juan Arregui Garay, confió en sus servicios para conseguir el tan ansiado ascenso.

Su regreso al Alavés y ascenso a Segunda División

Y esa misma temporada, ayudado por Iñaki Ocenda, se consiguió el ascenso después de jugar un play off muy emocionante. Se comenzó en las islas contra Las Palmas, donde se empató a un gol. El primer partido en Mendizorrotza fue más fácil de lo que parecía y el Alavés se deshizo de la Gramanet por 4-0. Justo una semana después tocaba la visita a tierras catalanas y se volvió a ganar 0-1 a la Gramanet, con una alineación que nos sabíamos de memoria todos los aficionados. Esta vez parecía que íbamos por buen camino.   

Una semana después llegaba a Vitoria el poderoso equipo de Las Palmas. Con un lleno histórico en las gradas, hasta el punto que los guardas de seguridad no podían contener las avalanchas de público, el equipo tuvo que remontar un gol en contra que se llevaron los canarios al descanso. Un oportuno gol de Iván Campo y otro gol del mítico Manolo Serrano dejaron la victoria en casa, a pesar de fallar un penalty. A la semana siguiente se viajaba hasta Jaén, ciudad de gratos recuerdos para los aficionados vitorianos en más de una ocasión, y allí se consiguió el esperado ascenso, a pesar de caer derrotados por 3-1 en el campo viejo de La Victoria. La alegría y las celebraciones que se vivieron en la ciudad no fueron capaces de cansar a un equipo que terminó su participación en el playoff devolviendo al Jaén idéntico resultado que el conseguido en Jaén una semana antes.

Tras el ascenso, se produjeron hasta ocho bajas en el equipo. Esa temporada iba a ser muy exigente, con equipos de renombre como Hércules, Mallorca, Villarreal, Eibar, Almería, los filiales del Real Madrid, Barcelona y Athletic…y no tardaron en llegar refuerzos para una plantilla debilitada por las ausencias. Quizá el fichaje más sonado fue el del vitoriano Pablo Gómez, procedente del Valladolid. Con él llegaron otros recordados jugadores como Armando, Berruet, Victor Bermúdez, Kuznetsov.

Empezó la temporada 1995-96 con mucha ilusión. Ese año cambió la manera de puntuar y se estableció por primera vez la modalidad de los 3 puntos por victoria, en un claro deseo de fomentar el fútbol de ataque. La temporada se desarrollaba con tranquilidad y se llegó a los últimos partidos con claras opciones de, al menos, disputar el play off de ascenso a la Primera División. Y así se llegó hasta el último partido, en Las Llanas contra el Sestao, donde se empató a cero goles, privando al Alavés de la promoción y mandando a los propietarios del terreno a la Segunda B.

Quedar a las puertas del ascenso motivó, quizá con demasiado optimismo, que se hiciera un esfuerzo para traer una serie de extranjeros que, finalmente, no dieron los frutos esperados. Jugadores como el croata Mestrovic, el serbio  Ozegovic, el francés Alicarte y el delantero brasileño Marcelo pasaron a englosar una plantilla con un claro objetivo: el ascenso a Primera División.

Conviene destacar que en esa temporada, repleta de jugadores extranjeros, daba sus primeros pasos como alavesista en la elite un jovencísimo Arturo Igoroin, Sívori, de gratos recuerdos para los aficionados.

Su destitución

No fue malo el arranque, ya que se saldó con tres triunfos consecutivos. Pero le siguieron cuatro derrotas que empezaron a dejar entrever las dificultades que iban a tener a lo largo de la temporada. Otros siete empates consecutivos lo atestiguaron y se llegó a aquel fatídico 16 de febrero de 1997, en el que tras perder en casa 2-3 contra el Mallorca, la Directiva presidida todavía por Juan Arregui, decidió destituirle, encomendando esa misión al exjugador de la Real Sociedad, Marco Antonio Boronat, para lo que quedaba de temporada. Esta es la razón de este artículo. Hoy, día 16 de Febrero, se cumplen 20 años de esa destitución pero creo, como buen aficionado del Deportivo Alavés, que debemos mucho a este entrenador y, ahora que hemos hecho historia llegando a la final de la Copa y estamos diciendo que se lo debemos a muchas personas que han pasado por el Glorioso, no nos podemos olvidar de Txutxi. Que estas líneas sirvan como nuestro pequeño homenaje.

Volviendo a aquella temporada, diremos que se consiguió enderezar un poco el rumbo, quedando en el puesto décimotercero de la clasificación.

El grato recuerdo que dejó en la Directiva, en los jugadores e incluso en la afición, a pesar de los resultados, hizo que la Directiva del Glorioso, esta vez presidida por Gonzalo Antón y con el primer equipo triunfando en Primera División y con la resaca de la final de la UEFA en la cabeza de todos los aficionados, se fijase en él para dirigir la segunda plantilla. Así fue como Txutxi Aranguren se enfundaba el chándal alavesista por tercera vez para entrenar a los chavales en la temporada 2002-03. Dos temporadas estuvieron a punto de jugar el playoff de ascenso a segunda pero los malos resultados de la tercera temporada hicieron que tuviese que dejar su sitio, esta vez definitivamente, a Martín Delgado.

Su intención era abandonar la carrera de entrenador para cuidar de la salud de su mujer pero no se pudo negar ante la llamada del Cartagonova, quizá rememorando su anterior etapa en el Cartagena. También allí debió dejar buena impresión ya que una de las puertas del estadio lleva hoy su nombre.                                     

Una de las veces que acompañaba a su mujer a un reconocimiento rutinario, le sobrevino un infarto que acabó con su vida un 21 de marzo de 2011. Allí quedaba su pasado en el Athletic, en tantos equipos entrenados y en ese honor de ser el segundo entrenador de la historia alavesista, con sus 218 partidos con la primera plantilla, superado tan sólo por el inolvidable Mané.