El Alavés presentó ayer a Rubén Sobrino como nuevo jugador albiazul. Nuevo por decir algo, porque el delantero de Daimiel ya jugó en Vitoria la temporada pasada, cedido por el Manchester City. No mucho, es cierto, pero cuando lo hizo, rindió a buen nivel. Jugó un total de 501 minutos en Liga repartidos en 11 partidos en los que marcó dos goles y dio una asistencia. Sus goles fueron en Gijón y en Sevilla ante el Betis en sendos contraataques en partidos que el “Glorioso” venció por 2-4 y 1-4.

Cabe recordar el gran partido que realizó contra el Valencia en Mendizorroza en el que salió como suplente y revolucionó el partido junto a Katai. Tras el empate a uno de Ibai Gómez, un buen pase entre líneas de Sobrino al propio jugador serbio, terminó en el 2-1 tras un gran quiebro de este último a Diego Alves. Fue tras ese partido, cuando se encontraba en su mejor momento, cuando sufrió una lesión muscular que le tuvo parado casi dos meses.

La presentación comenzó con el agradecimiento de Sergio Fernández al propio Sobrino: “Quisiera aprovechar este momento para agradecer a Rubén Sobrino por esa lealtad y por ese compromiso para seguir creciendo en este proyecto, para hacernos más grandes y por la confianza que en todo momento ha depositado en nosotros. Muchísimas gracias Rubén, te deseamos el mayor de los éxitos y ojalá que este sea el primero de muchos éxitos que estás por conseguir”.

Sobrino explicó porque ha decidido fichar por el Alavés: “Para mí siempre ha sido un orgullo sentirme tan querido por este club. Quería formar parte del Alavés. Tengo mucha ilusión y ganas. Lo voy a dar todo y no me voy a rendir nunca”.

Respecto a la temporada pasada reconoció que aunque jugó poco, aprendió mucho: “Fue la temporada en la que más cosas pude aprender”.

El jugador castellano-manchego tampoco se quiso olvidar de la afición: “Lo he dicho siempre, tener la mejor afición del mundo para un jugador es un plus. Quiero dar las gracias a la afición porque siempre me he sentido muy querido”.