Quedaban dos jornadas de la temporada 2007-08. El Numancia llevaba varias jornadas como líder de la Segunda División y ya había ascendido matemáticamente.

Penúltima jornada de la temporada 2007-08

Las otras dos plazas se las peleaban el Málaga, Sporting y Real Sociedad. El equipo donostiarra había desaprovechado una magnífica ocasión de dar ese salto, al empatar frente al Salamanca en Anoeta, en la antepenúltima jornada. Y llegaba a Vitoria con la esperanza de ganar en Mendizorroza y acercarse a recuperar la Primera División que habían perdido la temporada anterior.

Por su parte, la zona baja de la clasificación también estaba al rojo vivo. Varios equipos estaban en la pelea de la salvación. El Deportivo Alavés llegaba a ese partido en zona de descenso y necesitaba la victoria para seguir soñando.

Equipo de la Real Sociedad, que jugó en Mendizorroza ese día. Fuente: corazóntxuriurdin.com
Equipo de la Real Sociedad, que jugó en Mendizorroza ese día. Fuente: corazóntxuriurdin.com

Y, en esas condiciones, saltaban al césped de Mendizorroza los jugadores de ambos equipos. Eran las seis de la tarde. Comenzó el partido. En el minuto 90, los aficionados estaban resignados al descenso. Las victorias de Albacete, Xerez y Racing de Ferrol y los empates de Córdoba y Cádiz, condenaban al Alavés y le colocaban tercero por la cola. La desesperación empezaba a aparecer en las gradas y comenzaban a salir las primeras lágrimas, sobre todo en las mejillas de los más adolescentes.

Pero en el minuto 92, cuando ya pasaban dos minutos del tiempo reglamentario, estalló la alegría y la esperanza. Jairo ponía el empate a dos en el marcador. Sólo quedaban dos minutos del tiempo añadido, pero los jugadores se convencieron de que aún quedaba tiempo y no eran conscientes de que el partido estaba en el último suspiro. Apenas sacaron los donostiarras del centro de campo, recuperaron el balón y Toni Moral establecía el resultado final, con victoria del Alavés por tres a dos. Los aficionados no se lo podían creer. Aquellas lágrimas de tristeza, que ya habían hecho acto de presencia en muchos rostros, se convirtieron en lágrimas de alegría, emoción y cierta incredulidad ante lo que estaban viendo. Se había obrado el milagro. Los donostiarras se fueron a los vestuarios con caras de asombro, sabiendo que habían vuelto a perder otra oportunidad para volver a la Primera División, ya que tanto Málaga como Sporting de Gijón habían pinchado.

Crónica de la primera parte del partido

El partido comenzaba con demasiados nervios entre los jugadores de ambos equipos. Se alternaban jugadas en las dos áreas, pero sin demasiado peligro para los cancerberos. El primer aviso lo dio el Alavés, por medio de Lacen, en el minuto cuatro. Su disparo, fuerte y raso, fue atajado por el meta donostiarra, Asier Riesgo.

Pero sería el mismo Lacen quien, en el minuto nueve, perdía el balón en una jugada sin aparente peligro y dejaba el balón en las botas de un oportunista Díaz de Cerio. El donostiarra no desaprovechaba el regalo y ponía el cero a uno en el marcador, con una bonita vaselina que pasaba por encima del portero Bernardo.

Los jugadores realistas celebran el primer tanto de Diaz de Cerio. Fuente: corazontxuriurdin.com
Los jugadores realistas celebran el primer tanto de Diaz de Cerio. Fuente: corazontxuriurdin.com

Ese gol tranquilizó a los pupilos de Juanma Lillo y se llegó a una fase del encuentro llena de imprecisiones en el bando alavesista. El inesperado gol fue un jarro de agua fría y colocaba al equipo albiazul en una situación complicada, de cara a la ansiada salvación. Pese a todo, en el minuto 22, los aficionados se llevaban las manos a la cabeza, viendo cómo se estrellaba en el travesaño un balón de Adrián López, en la que fue la mejor jugada de los jugadores de José María Salmerón.

El Deportivo Alavés jugaba más con el corazón que con la cabeza y las pocas jugadas que trenzaban se diluían al llegar a las inmediaciones del área contraria. Toni Moral tuvo el empate en sus botas pero su disparo fue despejado in extremis por Asier Riesgo, quien desvió el disparo a córner. Por su parte, la Real Sociedad dominaba el encuentro, sin necesidad de crear mucho juego. El colegiado del Colegio Cántabro, José Antonio Teixeira Vitienes, decretaba el final de la primera parte. Antes, había enseñado cartulinas amarillas a Tarantino y Gaspar en el bando local y a Labaka en los visitantes. Con la incertidumbre del resultado y las malas noticias que llegaban de otros estadios, los jugadores se retiraban a los vestuarios. El nerviosismo se hacía notar en las gradas.

Una de las jugadas del encuentro entre Deportivo Alavés y Real Sociedad. Fuente: corazontxuriurdin.com
Una de las jugadas del encuentro entre Deportivo Alavés y Real Sociedad. Fuente: corazontxuriurdin.com

Crónica de la segunda parte del partido

Empezaba esa segunda mitad con la misma pinta que había terminado la primera. El Deportivo Alavés no terminaba de asentarse en el campo y la Real jugaba tranquilamente, al pase corto. Pero, apenas se habían consumido tres minutos de juego, Gabri hacía un pase al área que aprovechaba el asturiano Adrián López para enviar el balón a la red. Este empate hizo reaccionar a los albiazules y se vieron sus mejores minutos de juego. El partido se convirtió en un toma y daca y el gol podía llegar de cualquiera de los dos bandos.

Pero cuando el Glorioso estaba con más empuje y decisión para llevarse la victoria, Gaspar falló en un despeje y permitió que Diaz de Cerio centrase para que Delibasic batiera por bajo a Bernardo y estableciese de nuevo la ventaja realista con el uno a dos en el marcador. Ese gol del balcánico hizo renacer las esperanzas del ascenso del equipo donostiarra. Con ese gol se ponían segundos en la tabla. En ese momento, una buena maniobra de José María Salmerón, cambiaría el rumbo del encuentro. Quitó al mediocentro Mateo para dar entrada al punta Miguel Pérez, dejando una defensa de tres hombres. Dejar la línea defensiva tan desguarnecida, permitió al equipo visitante acciones de más peligro. A punto estuvo Casadesús de poner el uno a tres, en lo que hubiese sido la puntilla para el Alavés, de no haber sido por la buena salida del cancerbero local. Corría ya el minuto 83 y se notaba la emoción y preocupación en las gradas. Los más de 4.000 aficionados realistas no paraban de animar a los suyos pero sus cánticos se callaban con la ruidosa animación de los alavesistas. El árbitro había mostrado otras tres tarjetas amarillas en cada equipo y tenían que frenar sus acciones los jugadores.

Los aficionados de mendizorroza saltaron al césped, tras el 3-2 de Toni Moral. Fuente: corazontxuriurdin.com
Los aficionados de mendizorroza saltaron al césped, tras el 3-2 de Toni Moral. Fuente: corazontxuriurdin.com

El cuarto árbitro enseñaba el cartel con los cuatro minutos de prolongación y con ese cartel parecían desaparecer las esperanzas de ambos equipos en sus diferentes aspiraciones. Pero dos minutos más tarde, Toni Moral realizaba un magnífico centro desde el banderín de córner y Jairo remataba a la red el que suponía el tanto del empate. No quedaban más que dos minutos. La fe de los jugadores alavesistas hizo que en el siguiente ataque, una larga jugada con varios rechaces al borde del área, Toni Moral acertase a rematar el centro de Miguel Pérez, poniendo el delirio en las gradas. No había tiempo para más. Los aficionados saltaron al césped sin esperar a que el colegiado pitase el final. La tarjeta roja directa que mostró el colegiado al preparador alavesista, Tasio, por protestar alguna decisión arbitral y la mostrada al entrenador alavesista por la misma razón, quedaron en anécdota, coincidiendo con la retirada de los colegiados. Ni siquiera se llegó a sacar de centro y el cuerpo arbitral se retiraba a los vestuarios junto a unos jugadores realistas, abatidos por el desenlace final. Sabían que podían haberse puesto segundos y depender de ellos mismos en el último partido frente al Córdoba en Anoeta y se dirigían a la caseta cabizbajos.

Imagen del marcador final, que nadie creía cinco minutos antes. Fuente: corazontxuriurdin.com
Imagen del marcador final, que nadie creía cinco minutos antes. Fuente: corazontxuriurdin.com

Mientras tanto, en el césped de Mendizorroza se montaba una fiesta inesperada minutos antes y los emocionados aficionados vieron cómo daban los jugadores la vuelta de honor para agradecer la paciencia y sufrimiento durante los 94 minutos que duró el encuentro.

Quedaba una jornada más. Seguía estando muy difícil la salvación. Había que ir a Vigo. El equipo gallego ya estaba salvado. El club consiguió quitar la tarjeta amarilla a Toni Moral y podría jugar en Balaídos. Y volvería a ser providencial. Se volvió a ganar y se salvó la categoría una temporada más.