Los jugadores del Deportivo Alavés han adelantado el viaje a tierras catalanas, debido a la nieve caída en la capital alavesa y que les había impedido entrenar con normalidad. Se han entrenado en las instalaciones del FC Barcelona. Y algo se les habrá pegado, porque han conseguido remontar un partido que a veinte minutos del final, perdían por dos a cero.
Imprecisiones en ambos equipos
El partido ha comenzado con mucha intensidad por parte de ambos equipos. Ya en la primera entrada, Wakaso ha demostrado que no llegaban a estar contemplativos sino a desplegar un juego alegre.
No obstante, apenas han existido ocasiones de gol en ninguna de las dos porterías en toda la primera parte. Ha habido más emoción que juego. Continuamente, los centros se veían interceptados por jugadores contrarios.
Tan solo hay que reseñar alguna jugada aislada por parte de Munir, que se ha encontrado muy solo en la línea atacante, por parte del Alavés. El Girona ha llegado algo más, pero sin peligro como para inquietar la meta de Pacheco. Algún disparo desviado de Borja y, la más clara, al borde de la media hora, en un remate de cabeza de Stuani a centro de Borja, que ha ido fuera por poco.
Antes de esa jugada, el debutante de la cantera albiazul, Martin Aguirregabiria, veía la única tarjeta amarilla de la primera mitad. Un debutante, que ha tenido un duelo muy bonito durante todo el encuentro con el colombiano Mojica.
La lesión de Bernardo en el minuto 41 ha dado paso al terreno de juego a un Ramalho, que apenas ha tenido tiempo para calentar.
Borrachera de goles en la segunda parte
Todo lo que ha faltado en la primera parte, se ha visto en la reanudación del encuentro.
Han saltado al césped los mismos que se habían retirado. En el minuto 59, Alexis se ha quedado pidiendo fuera de juego de Stuani en un balón que ha recibido cerca del área y en esa décima de segundo, el delantero se ha revuelto y ha puesto un fuerte disparo para enviar el balón a la red.
Apenas estaban celebrando el gol en las gradas, cuando Borja ha servido a Juanpe y, por bajo, ha batido de nuevo a Pacheco. Quedaba media hora de juego. El Deportivo Alavés estaba en sus momentos más bajos. Abelardo, sabedor que la derrota le ponía en una situación muy difícil, ha metido a Burgui, a quien conoce muy bien de su etapa en el Sporting. Diez minutos más tarde, ha metido a Pedraza. Al final, resultaría ser el jugador que ha revolucionado al equipo. El juego albiazul se ha reavivado un poco y, fruto de esa reacción, ha llegado el primer gol alavesista. El mismo Pedraza ha enviado un balón de oro a Ibai y este, dentro del área, ha tenido que rematar dos veces para enviar el balón a las redes de la portería defendida por Bono.
El Alavés ha seguido atacando una y otra vez por la banda izquierda donde un descomunal Pedraza se convertía en un verdadero estilete para la defensa catalana. Precisamente, en un balón que ha controlado el 17 del Alavés, se ha metido en el área y Bono no ha tenido más remedio que derribarle. La pena máxima la ha lanzado Ibai, poniendo el empate, que sabía a victoria a los jugadores albiazules.
Pero faltaba la guinda. En la última jugada del encuentro, Munir se ha revuelto muy bien al borde del área para defender un balón que, finalmente, ha conseguido enviar a Ibai y éste, muy oportuno, ha rematado para fusilar a Bono. Conseguía un hat-trick muy celebrado por todos los jugadores y algunos valientes aficionados que se han desplazado hasta Girona. El delirio se ha instalado en la piña que han formado los jugadores albiazules. Porque no ha habido tiempo para más.
Abelardo y sus pupilos regresan a Vitoria habiendo hecho realidad el dicho y con la moral por las nubes, tras su paso a la siguiente ronda de la Copa y gracias a los tres nuevos puntos en un casillero necesitado, a la espera de Las Palmas en Mendizorroza el próximo viernes, para intentar salir de ese pozo momentáneo del descenso.