El Deportivo Alavés y su aficionados no olvidarán fácilmente el año 2017. Alcanzaron por primera vez la final de la Copa del Rey, y consiguieron la permanencia con mucha tranquilidad. Un año memorable que los aficionados del Glorioso buscaban hace mucho tiempo.

2017 acaba de peor forma que 2016, con el equipo recién salido de los puestos de descenso y con más problemas de juego y resultados que la temporada pasada. Con Abelardo el equipo ha mejorado, y los albiazules confían que el Glorioso 'resurja potente otra vez'.

VAVEL les trae el resumen del año 2017 del Deportivo Alavés. Un año con luces y sombras, pero con varios momento memorables que difícilmente olvidarán los aficionados babazorros.

El camino hasta su histórica final de Copa

Ningún aficionado alavesista se podía imaginar a principios de verano de 2016, cuando se estaba planificando el equipo que iba a competir nuevamente en Primera División, que su equipo llegaría tan lejos en una competición que tanto gusta a los aficionados de equipos más modestos.

Por su condición de equipo de la máxima categoría, los albiazules no se estrenaron hasta el mes de diciembre. El sorteo fue benévolo con el equipo vitoriano y tuvo que desplazarse hasta Tarragona, para enfrentarse a un equipo que estaba intentando salir de los puestos de descenso en Segunda División.

Antes de empezar su andadura por el torneo de la Copa, el Alavés estaba en una plaza cómoda de la clasificación liguera. Tenía un colchón de siete puntos respecto a los puestos de descenso y esa tranquilidad le hacía empezar su trayectoria con esperanzas. Acababa de regresar del Estadio de La Cerámica, donde había derrotado al Villarreal por cero a dos.

Primer escalón, frente al Nastic

El primer partido que tuvo que disputar el Alavés era en los dieciseisavos de final. Se tenía que enfrentar al farolillo de la Segunda División. No obstante, Mauricio Pellegrino sacó un equipo en el que se encontraban algunos de los habituales en el primer equipo. Quería agradar a la parroquia vitoriana y no estaba dispuesto a que fuese eliminado el equipo a la primera.

La primera parte fue muy fría y apenas hubo oportunidades por parte de ninguno de los dos equipos. El equipo local sólo disparó a puerta en una ocasión, por parte de Juan Delgado, pero su disparo salió rozando el palo. En cambio, la única que tuvo el Alavés, fue para poner el cero a uno en el marcador. Tras un error defensivo de la zaga local, el hábil delantero vitoriano Gaizka Toquero, lanzó un potente disparo por alto, que valió para adelantar al Alavés.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

La segunda parte no fue muy diferente. Otra vez Toquero, a pase de Katai, lanzó un remate que sorprendió a Saja y ponía un marcador casi inalcanzable para el equipo catalán. Además, el polémico gol de Santos, muy protestado por los jugadores locales por interpretar que se llevó el balón con las manos, ponía una barrera difícil de superar. Los cambios en el Nastic no surtieron el efecto esperado por su entrenador y el colegiado Santiago Jaime Latre pitó el final del encuentro.

En vísperas de Navidades, coincidiendo con el día de la lotería, se volvían a enfrentar los dos equipos en Mendizorroza. La losa del cero a tres en la ida pesaba mucho en la moral de los jugadores catalanes, que llevaban también la desgracia de seguir en la última posición de su categoría y llegaban a Vitoria con el único fin de cumplir dignamente con el papel de equipo eliminado y continuar pensando en su salvación.

Como era de esperar, el partido fue un paseo para los pupilos de Mauricio Pellegrino. Con un campo lleno en su mitad, los aficionados que se atrevieron a desafiar el frío ambiental veían cómo en las filas del equipo no aparecía ninguno de los que habían vencido al Betis unos días antes, en la competición liguera. Tampoco Vicente Moreno alineaba a su mejores jugadores.

El partido sirvió para dar oportunidades a hombres como Sobrino, Katai o Raúl García, que querían demostrar al técnico que podía confiar en ellos. Pero fue Édgar el que, en el minuto doce, aprovechó un gran pase de Torres para romper el fuera de juego y plantarse solo, delante de Reina y con una tranquilidad pasmosa, le hizo un par de regates antes de enviar el balón a la red.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Los catalanes lo intentaban pero estaban nulos en el remate. Sus males se agrandaron cuando el defensa Kakabadze derribaba a Sobrino dentro del área y suponía su segunda tarjeta amarilla y la expulsión. El lanzamiento del penalti, que el propio Sobrino se encargó de ejecutar y marcar, sirvió para poner el dos a cero, al borde de la media hora. El golazo de Krsticic, a pase de Torres, cuando estaban a punto de irse a los vestuarios ponía el mismo marcador que en el partido de la ida y hacía innecesaria la segunda parte. Diez años después, el Alavés entraría en el bombo para los Octavos de Final.

Primer enfrentamiento con un Primera

El bombo quiso que se tuviesen que enfrentar los dos Deportivos de la categoría. El primer partido sería en Riazor y sería el encuentro que recibía al año 2017 para el equipo alavesista. Varios fueron los aficionados que se desplazaron, aprovechando las vacaciones navideñas y esperando un regalo de los Reyes Magos.

Y hubiese sido un magnífico regalo, si no lo hubiesen desperdiciado los jugadores alavesistas en los últimos instantes del partido. El partido comenzó de maravilla para los intereses de Mauricio Pellegrino. Todavía no se habían acomodado en el banquillo, cuando se tuvieron que levantar para celebrar el tempranero gol de Christian Santos a pase de Theo desde su banda izquierda. El venezolano hizo un bonito quiebro a Arribas y superó a Rubén en su salida.

Se ponía cuesta a arriba para los pupilos de Gaizka Garitano. A punto estuvo de empatar el Depor por medio de Arribas, al que se le fue un poco alto su bonito remate a pase de Colak. El Alavés también tuvo sus ocasiones, como una muy clara de Katai, que pasó a Camarasa en boca de gol pero que abortó milagrosamente Celso Borges. El Depor empezó a optar por el juego directo pero la defensa vitoriana estaba muy inspirada y cortaba cualquier intento de los atacantes del Depor.

Cuando parecía que con ese resultado se retirarían a los vestuarios, llegó una bonita jugada que significaba el cero a dos, que dejaba a los alavesistas en clara ventaja. Una pared entre Camarasa y Llorente. Cuando este entraba en el área, Mosquera le tocó por detrás lo suficiente para que el centrocampista vitoriano cayese al césped y el colegiado Alejandro Hernández pitase penalti. Édgar no desaprovechó el regalo y batió por bajo a Rubén, poniendo el cero a dos que reflejaba el marcador cuando se retiraban a los vestuarios.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Se esperaba una segunda parte de constante acoso deportivista. Pero la realidad fue otra. La defensa alavesista conseguía frenar los ataques gallegos y se permitían sus jugadores habilidosos como Llorente y Krsticic crear situaciones que ponían en apuros la meta de Rubén. En el minuto 16, Gaizka Garitano realiza un doble cambio. Guilherme y Pinchi sustituyeron a Borges y Colak. Un cuarto de hora después, el Depor conseguía su primer tanto. Una acción individual de Bruno Gama terminó con el balón en la red, acortando distancias.

Los aficionados gallegos protestaban cualquier jugada para intimidar a un Alejandro Hernández Hernández, que no se dejó influir en una jugada muy protestada, donde la grada y los jugadores pedían unas inexistentes manos de Feddal dentro del área. El asedio era constante. Un Bruno Gama muy inspirado se presentaba con mucha facilidad al área de Ortolá. Los últimos minutos fueron de infarto.

La polémica aumentó cuando el colegiado tampoco vio penalti en una jugada en la que Ibai derribaba al canterano Pinchi. Unas manos soberbias de Ortolá evitaron el empate, tras desviar un cabezazo soberbio de Albentosa en las mismas narices del cancerbero alavesista.

Pero en la última jugada del encuentro y rebasado ya el tiempo de descuento, Bruno Gama efectuaba el saque de una falta que permitía a Joselu adelantarse a la defensa y poner las tablas en el marcador. No hubo tiempo para más. La eliminatoria quedaba para disputarla en Mendizorroza, donde saldría el Alavés con la ventaja de los goles en campo contrario pero con la sensación de haber echado todo a perder en los últimos momentos.

Ese empate en Riazor les dio la moral suficiente como para enfrentarse al Athletic en San Mamés, en Liga, con más tranquilidad. Seguían en una posición cómoda y los cinco puntos frente a Las Palmas, Eibar y Betis habían servido para seguir manteniendo la ventaja con los puestos de descenso.

El partido de vuelta se mostraba con la incógnita de ver si el equipo alavesista era capaz de resistir los ataques del equipo gallego. La necesidad de marcar de los jugadores del Depor, les creaba una ansiedad que el Alavés tenía que aprovechar.

Con una muy buena entrada en Mendizorroza, cercana a los 17.000 espectadores, saltaban los dos equipos al césped. En los primeros instantes del encuentro, el disparo de Marlos Moreno que repelió el poste ponía en evidencia que el acoso coruñés iba a ser constante en la meta defendida otra vez por el catalán Ortolá. El Alavés permitía al equipo gallego llevar la iniciativa del partido. Apenas hubo más jugadas de peligro hasta que, tras otro disparo de Santos al palo, Édgar aprovechaba el rechace y ponía un esperanzador uno a cero en el marcador, que suponía un palo para el equipo de Gaizka Garitano, un poco antes de retirarse a los vestuarios.

Si la primera parte terminaba con el contratiempo del gol encajado por la escuadra gallega, la segunda lo hacía con una fuerte entrada de Theo a Juanfran, que Javier Estrada Fernández no dudó en señalar y le suponía la expulsión. Apenas se llevaban jugados tres minutos de la reanudación y el Alavés perdía uno de los jugadores más contundentes de la zaga alavesista.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Gaizka aprovechó la ocasión y metió en el campo a varios de sus delanteros, en busca de un asedio mayor. Fueron varias las ocasiones de los gallegos para empatar el encuentro, sobre todo a balón parado. A falta de media hora, un cabezazo de Arribas a la salida de un corner ponía el nerviosismo en las gradas. Con varios acercamientos a la meta de Ortolá pero sin llevar excesivo peligro, se llegó hasta el final. Hay que reseñar que, a falta de cinco minutos, una prodigiosa intervención del meta Ortolá, cedido por el Barcelona, evitó la eliminación de los vitorianos para el pase a cuartos de final.

Vuelve a enfrentarse a un Segunda

Tras el empate liguero en San Mamés, los celtiñas derrotaron a los albiazules y viajaban hasta Madrid para enfrentarse en Octavos al Alcorcón. Un equipo que se había deshecho del Getafe, Elche, Espanyol y Córdoba y que llegaba con muchas ganas de seguir dando la campanada y meterse en semifinales.

El 18 de Enero saltaron al césped de Santo Domingo los jugadores de ambos equipos, en medio de una gélida jornada, donde se dieron cita más de 3.000 aficionados. El equipo albiazul, con muchos jugadores suplentes en sus filas, tuvo en Kiko Femenía el más activo. Sus arrancadas desde su banda llevaron mucho peligro a la meta defendida por Dani Jiménez. No obstante, los madrileños tenían bien controlado al equipo de Pellegrino y apenas se vieron situaciones de peligro en toda la primera mitad.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

La segunda parte estuvo algo más movida. Por parte del equipo local, su jugador más peligroso fue el argentino Martín Luque, hasta que fue sustituído. El Alavés se dedicaba a mantener la pelota de un lado al otro del campo, con paciencia, buscando algún desmarque de su delantero Cristian Santos.

Con el fin de dar más movilidad al juego alavesista, Mauricio Pellegrino echó mano de uno de sus habituales. Camarasa saltaba al campo, sustituyendo a Krsticic, pero el cambio no dio el fruto esperado. Cuando quedaban apenas diez minutos de juego y el termómetro había bajado ya de cero grados, la grada suspiró al ver cómo salía desviado por muy poco el disparo de Unai Elguezabal. Pero faltaba lo mejor.

En el minuto 87, Ibai Gómez entraba al frío césped, sustituyendo a Katai y revolucionaba el encuentro. Nada más salir, recibió un pase de su capitán Manu García y el bilbaíno no perdonó, poniendo el uno a cero, desde el borde del área. Casi en la siguiente jugada, Carlos Bellvis veía la cartulina roja al propinar una patada sin balón a Cristian Santos. Y, en media de esa alegría y esperando a que el colegiado Alfonso Álvarez Izquierdo decretase el final del encuentro, se produjo una peligrosa falta al borde del área. El mismo Ibai se encargó de lanzarla y lanzó un obús que supuso el definitivo cero a dos, que ponía las cosa muy a favor de los alavesistas.

Una semana más tarde, se volvían a ver las caras, esta vez en Mendizorroza. Un resignado Alcorcón llegaba a Vitoria con ganas de agradar y dejar el pabellón bien alto. Y lo consiguieron. Les faltó suerte para poner en apuros a un Alavés, que salió excesivamente confiado con la ventaja que traía del Santo Domingo.

Empezó el quipo albiazul con ganas de encarrilar el encuentro pero fueron los alfareros los que, poco a poco, se fueron haciendo con el mando. Santos tuvo la primera ocasión a los tres minutos, pero su disparó salió desviado. Cinco minutos más tarde, fue Alexis el que cabeceaba a la salida de un corner pero su cabezazo se cruzó en exceso. Pero el primer aviso visitante llegó en otro corner. El propio Alexis tuvo que sacar bajo palos un cabezazo de Víctor Pérez. Hasta tres ocasiones más tuvieron los de amarillo para poder marcar en la meta de Ortolá. Un cabezazo de Óscar Plano y dos disparos de Nelson y Víctor Pérez cerraron una primera mitad en la que los pupilos de Pellegrino pasaron más apuros de los esperados.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Ante los silbidos que despidieron a los albiazules al entrar en los vestuarios, el mister movió ficha y realizó dos cambios antes de iniciar la segunda mitad. Marcos Llorente y el goleador Ibai Gómez sustituían a Sobrino y a Toquero. Estos cambios no evitaron que las dos primeras situaciones de peligro fuesen a cargo de los jugadores del Alcorcón. Al filo de la media hora, tuvo que ser Alexis otra vez el que desbaratase una buena jugada entre Alejo y Álvaro Giménez, que llevaba mucho peligro. El Alavés no se encontraba cómodo y estaba esperando a que Ignacio Iglesias Villanueva pitase el final y certificar el pase a Semifinales.

Con alguna jugada aislada y un bonito contrataque de Ibai que intentaba poner el balón en la cabeza de Santos pero que el defensa Owona evitó, anteponiéndose al venezolano, se llegó al final del encuentro. El Deportivo Alavés igualaba así su mejor participación en el torneo del KO y se presentaba en semifinales.

El último escollo para llegar a la Final

Sin mucho tiempo para reaccionar, llegaba el primer enfrentamiento de Semifinales. Acababa de empezar la segunda vuelta en la competición liguera y el Alavés había demostrado su buen momento de juego en Mendizorroza frente a un Atlético de Madrid que se llevó un punto, habiendo estado durante todo el encuentro a merced de los jugadores alavesistas.

Y con esa demostración de buen juego, tuvieron que desplazarse, por segunda vez en el torneo copero, a tierras gallegas. Les esperaba el otro equipo. Un Celta, que atravesaba también un buen momento de juego y había eliminado al Panathinaikos griego en la competición europea de la Europa League.

Aquella noche del dos de febrero no dejó de llover durante todo el partido. Muchos aficionados alavesistas viajaron hasta Vigo para arropar al equipo, en busca de su primera final copera en toda su historia. Tenían ganas de hacer algo especial en la Copa, ya que estaban viviendo también momentos muy dulces en la competición liguera. Y se notaba en los más de diez autobuses que se desplazaron a Balaídos.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Los protagonistas del encuentro, no sólo en la primera parte sino en todo el partido, fueron los cancerberos. Tanto Sergio como Pacheco se lucieron y evitaron que el marcador se abriese en el pasado por agua estadio de Balaídos. Ninguno de los dos equipos quería perder y veían tan cerca la posibilidad de su pase a la final de Copa que, lejos de amedrentarse por la abundante lluvia que caía sobre ellos, dieron el máximo en favor de sus colores.

Una mano providencial de Sergio evitó el primer tanto alavesista, por medio de su incansable Manu García. Un capitán, que empezó en el equipo albiazul desde Segunda B y que se notaba que lleva el escudo en el corazón por la bravura y coraje que pone en todas las jugadas. Con un toma y daca en ambas porterías, se llegó al merecido tiempo de descanso.

En la reanudación del encuentro, hubo dos jugadas con los mismos protagonistas, dignas de enmarcar y enseñar en las escuelas de fútbol. En la primera, un soberbio disparo de Iago Aspas fue detenido por Pacheco con una soberbia parada. En la segunda ocasión, el travesaño repelió el fuerte disparo y evitó que los aficionados vigueses que aguantaban el chaparrón en las gradas cantasen el uno a cero.

La ocasión más clara por parte de los jugadores vascos fue la protagonizada por Édgar. Pecó de individualismo al querer entrar hasta el portal de Sergio con la pelota en sus pies y acabó estrellándose con el portero. A partir de ahí, un recital del equipo gallego que se resume en las dos más claras, una falta ejecutada por parte de Guidetti y otra jugada del Tucu Hernández que se encontró con el gran Pacheco primero y con el palo después. Sólo quedaban dos minutos y tan sólo quedaba esperar a que el colegiado José Luis González González pitase el final y se retirasen los jugadores, axhaustos tras el esfuerzo físico desarrollado bajo la intensa lluvia. Todo quedaba para el partido de vuelta, una semana después, en Mendizorroza.

Antes de celebrarse el transcendental encuentro para los intereses de ambos equipos, el Deportivo Alavés tuvo que viajar a Gijón, para disputar su compromiso liguero frente al Sporting. Como ya había demostrado en Vigo, Mauricio Pellegrino llevó a su equipo de gala a disputar la Semifinal de Copa. Y para el partido de vuelta se quería reservar a los mismos, como expresó en su rueda de prensa al finalizar el encuentro en Balaídos. Eso significaba que a Gijón iban a viajar los teóricos suplentes. Tal era el momento de gloria que atravesaba el equipo albiazul que la visita a tierras asturianas se tradujo en una holgada victoria a domicilio por dos a cuatro.

Y en esas circunstancias, se presentaba el equipo albiazul en Mendizorroza, seis días después del diluvio vivido en tierras gallegas. El estadio estaba a rebosar. Nadie quería perderse la posibilidad histórica de meterse, por primera vez en los noventa y seis años de historia del club albiazul, en una Final de la Copa del Rey. Muchos aficionados ya estaban pensando en el viaje a la capital, en mayo, para despedirse del Vicente Calderón presenciando a su equipo, posiblemente frente al Barcelona.

En medio del jolgorio existente en las gradas, los componentes de ambos equipos saltaban al césped para disputar el último partido copero anterior a la Final. Había un ambiente especial entre los aficionados y en los rostros se veía la misma ilusión que en aquella célebre final de Dortmund.

Los jugadores alavesistas empezaron con más ganas y dispuestos a no dejar pasar esa oportunidad. Las llegadas al área defendida por Sergio eran constantes. Toquero, Deyverson, Ibai y algún otro jugador albiazul que se sumó a la fiesta, tuvieron sus ocasiones, desbaratadas a última hora por el cancerbero o por la mala puntería.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

El reloj iba avanzando y Berizzo no se daba cuenta de que el equipo que más ganas tenía de ganar era el Glorioso. Y dejó pasar el tiempo en exceso. El único que inquietaba un poco la meta, bien defendida por Pacheco, era Aspas. Pero ni Bongonda ni Wass tenían su noche. Ibai rozó el gol en un magistral lanzamiento de falta. Hasta que llegó el minuto 82. Camarasa cabeceó ligeramente un balón en el centro del campo y Édgar, muy atento, se anticipó a la defensa. Avanzó entre varios contrarios y se presentó en el área pequeña, donde no tuvo más que lanzar un potente disparo cruzado, ante el que no pudo hacer nada Sergio. El delirio en la grada era impresionante.

Los aficionados celtiñas lloraban viendo la oportunidad perdida. Berizzo, en el banquillo, estaba cabizbajo pensando en lo que podía haber hecho y no hizo. Los jugadores alavesistas formaban una piña que tardaba en deshacerse. Y Mauricio Pellegrino miraba al cielo, agradeciendo ese momento tan agradable.

Mateu Lahoz alargó la celebración con siete minutos de prolongación y el pitido final dio paso a una celebración preciosa en el césped de Mendizorroza. Lo que había empezado como un pequeño sueño cuando viajaron a Tarragona para el primer enfrentamiento, terminaba con la participación, por primera vez en la historia del Glorioso, en una final de Copa. El poderoso Barcelona les esperaba para disputar esa final en el Vicente Calderón, el 27 de mayo.

Salvación lograda y estabilidad

Los meses de marzo y abril fueron excepcionales tanto para el equipo como para la afición. Hubo tiempo para disfrutar, festejar y soñar, que no es poco. Se consiguió la permanencia en la máxima categoría en un derbI ante la Real Sociedad y el equipo desplegó un juego que puso en aprietos a todos los rivales.

El mes de marzo arrancó de una manera sorprendente para el Deportivo Alavés. Empató ante uno de los equipos punteros de LaLiga como es el Sevilla, pero en realidad fue mucho más que el equipo sevillano. Empezó el partido perdiendo con un gol de Wissam Ben Yedder pero empató Katai a un cuarto de hora para el final del encuentro. Oscar Romero tuvo una actuación estelar ese día, ya que regateo, desbordó y dejo detalles que la grada lo reconoció.

En cuanto al balance, fue un mes en el que hubo de todo, ya que se empató, se ganaron dos partidos consecutivos y hubo una derrota en el Santiago Bernabéu.

Fue un mes dónde el equipo mostró un juego brillante, siendo dueño absoluto en muchos partidos. El equipo siempre se mantuvo firme y compitió ante cualquier rival. Después del partido ante el Sevilla encadenó dos victorias seguidas ante el Málaga y Real Sociedad. La victoria ante el conjunto txuriurdin tuvo un doble premio, ya que el Alavés certificó su presencia en Primera División por un año más. El gol fue obra de Deyverson que tras un arranque memorable de Theo Hernandez remató a placer. Así, y gracias a esta victoria, el equipo confirmó su presencia por un año más en La Liga, toda una alegría para todo el alavesismo.

Por otro lado, cabe destacar el buen papel completado por el Glorioso ante el Real Madrid. El conjunto vitoriano le puso las cosas muy difíciles a los merengues y estuvo cerca de llevarse un botín muy valioso. Aún así, gracias a la calidad de los hombres de Zidane la esquadra de no pudo sumar ningún punto. Durante todo el partido, el Alavés se mostró muy serio en defensa y sólo la falta de puntería le privó de arañar algo en el templo madridista.

El mes de abril no empezó de la misma manera que el mes de Marzo. Con la permanencia en el bolsillo hubo tiempo para la relajación y así lo demostraron los resultados. El equipo vitoriano cosechó dos derrotas seguidas ante Osasuna y Espanyol con malas sensaciones. En cambio, la siguiente jornada doblegó al Villarreal en Mendizorrotza gracias a dos buenos goles de Ibai y Rodrigo Ely.

En este mes, quedó claro la diferencia entre los titulares y suplentes. En las dos derrotas hubo muchos cambios en el once y cuando volvieron a jugar los 11 que habitualmente jugaban el equipo mostró otra cara y ganó al submarino amarillo. Con esta victoria se disiparon las dudas que se habían formado en el entorno alavesista.

El mes de abril, se cerró con un empate frente al Las Palmas en otro buen partido alavesista que sin hacer demasiadas cosas consiguió puntuar con un gol de Ibai Gómez.

Marzo y abril meses gloriosos para el conjunto vitoriano que creció con el paso de las jornadas. Llegó la estabilidad y la calma a Mendizorrotza que se convirtió en una fiesta cada quince días. Fueron dos meses increíbles para todo el plantel, ya que, todos tuvieron alguna ocasión de jugar y disfrutar. El Glorioso disfrutó y con ellos toda la afición albiazul, ya que, se registraron unas entradas fabulosas en el Paseo de Cervantes.

Victoria en el derbi

Mayo llegaba con el equipo ya matemáticamente salvado y con la vista puesta en la final de la Copa del Rey del día 27. Antes de eso quedaba tres partidos de Liga para intentar ponerle el broche de oro a la vuelta a Primera.

El domingo 7 a mediodía el Deportivo Alavés recibía en casa al Athletic Club. Un derbi que no se jugaba desde hacía más de diez años. En un Mendizorrotza casi a rebosar se citaron babazorros y leones. Estos últimos apuraban sus opciones de clasificarse para la Europa League. El partido, con ocasiones para ambos, llegó con empate al descanso. En el 53 el Alavés se ponía por delante gracias a un zarpazo de Theo desde la frontal del área a la salida de un córner. Los esfuerzos de los de Valverde eran inútiles y los tres puntos se quedaron en Vitoria.

Siete días después el Alavés volvía a jugar en casa. El rival en este caso era el Celta, recientemente eliminado de la Europa League por el Manchester United. Ese desgaste quedó patente en el campo, y los babazorros se llevaron la victoria con facilidad. Manu lograba el primer gol en el 5 en una jugada de puro tesón. Recupera el balón tras presionar a Marcelo Díaz, y pica el balón con calidad por encima del guardameta. Feddal, en el 17, encarrilaba el partido con un gran cabezazo en un saque de esquina botado por Ibai. Pasada la media hora Deyverson sentenciaba, y Aspas, de penalti, ponía el 3-1 definitivo en el 77.

La Liga se cerraba en Leganés, donde los vitorianos tendrían que volver en la primera jornada de la temporada siguiente. Con varias rotaciones en ambos conjuntos, no era hasta la segunda mitad cuando se abría el marcador. Tras una primera parte con ocasiones para ambos, no fue hasta el 64 cuando llegó el primer tanto. El visitante Krstičić, con un potente cabezazo, ponía el 0-1. Cuando parecía que los tres puntos se iban para Vitoria, David Timor, desde más de 30 metros, dejaba el 1-1 definitivo en el marcador.

Un día histórico

El Alavés estaba en cuerpo en Leganés, pero su cabeza ya llevaba semanas en el Vicente Calderón. Finalmente, con la Liga acabada, llegaba la ansiada final de Copa del Rey, la primera en la historia de los babazorros. Dieciséis años después el Deportivo Alavés se volvía a colar en una final.

Más de 19.000 alavesistas se hicieron con sus entradas para el partido, pero fueron casi 25.000 los vitorianos que se trasladaron a Madrid, tiñendo la ciudad de albiazul. Se respiraba fiesta en las calles de la Capital. Los babazorros eran conscientes de que con llegar a esa final ya habían logrado una victoria muy importante después de muchos años vagando por el desierto.

Mediada la tarde los aficionados comenzaron a desfilar en masa hacia el Estadio. Algunos, desde sus alojamientos o desde el centro de la ciudad. Otros muchos, desde la fan-zone que el equipo había habilitado y que había sido una de las sensaciones de la jornada. La fotografía de ese ‘éxodo’ será durante mucho tiempo el fondo de pantalla de muchos aficionados babazorros.

Fotografía: Deportivo Alavés
Fotografía: Deportivo Alavés

El fondo norte del Vicente Calderón iba tomando color albiazul a medida que los aficionados entraban al campo. Muchos estaban nerviosos antes de partido, pero todos ilusionados con lo que iban a presenciar. El Alavés salía con defensa de cinco, con Vigaray acompañando a Ely y Feddal en el eje de la zaga. Manu y Llorente ocupaban el doble pivote, con Ibai y Édgar en las bandas y Deyverson en punta.

El partido comenzó siguiendo el guion esperado. El Barcelona, consciente de su favoritismo, controlaba el balón y las ocasiones, pero no acertaba a batir a Pacheco. La primera clara, sin embargo, era albiazul. Ibai recupera tras una mala salida de balón de Piqué, y su disparo se pasea por la línea de gol tras golpear en el palo. Un gol que pudo cambiarlo todo.

Pero como se suele decir en el fútbol, el que perdona la paga, y así fue poco después. En el minuto 30 Messi combina bien con Neymar, y su disparo desde fuera del área bate a Pacheco. Pero la magia existe, o al menos en el balompié. Dos minutos después del gol del astro argentino el Alavés dispone de una falta desde la derecha. Theo, un año antes jugando con juveniles, se planta delante del balón y lo manda a la misma escuadra. Empate a uno y el Alavés volvía a soñar.

Sin embargo, al borde del descanso se volvía a adelantar el FC Barcelona. Centro desde la derecha de André Gomes que Neymar manda al fondo de la red. Protestaron los babazorros, pidiendo una fuera de juego que la repetición mostró que existía. Cuando parecía que el colegiado iba a mandar el partido al descanso, Paco Alcácer dejó el partido visto para sentencia tras otra excelente jugada individual de Messi, jugador de la final.

Fotografía: Deportivo Alavés
Fotografía: Deportivo Alavés

En la segunda parte no llegaron goles, y las jugadas de peligro fueron muy pocas. El Barça controlaba el duelo, y el Alavés no conseguía el gol que les diera esperanzas de empatar. El partido acababa, y los aficionados y jugadores culés celebraban de forma algo descafeinada un título que servía para evitar que la temporada acabase en blanco. La derrota no impedía que los aficionados albiazules dejasen de cantar, agradeciendo a su equipo que les hubieran permitido disfrutar de un día único.

Con la final de Copa terminaba una temporada para el recuerdo. El Alavés volvía a Primera División por la puerta grande y lograba una de las mejores temporadas de su historia. Más importante aún, los aficionados babazorros volvían a ver a su equipo entre los grandes después de muchos años en los que peligró la misma existencia del equipo.

Nuevo año, plantilla nueva

La mayor preocupación de la dirección deportiva del Alavés en el mes de junio era la de buscar un entrenador. Tras la gran temporada de Mauricio Pellegrino, culminada con la final de Copa, la intención del club era renovarle, pero el argentino no aceptó la propuesta de renovación. En Vitoria aún no se sabe muy bien el porqué.

A partir de entonces, Sergio Fernández activó la operación Luis Zubeldía. Zubeldía era un entrenador joven, 36 años, con experiencia en las ligas argentina, mexicana, ecuatoriana y colombiana, de donde procedía (Independiente de Medellín), y era considerado como uno de los técnicos con más proyección de su país.

Su fichaje no fue fácil, ya que la RFEF puso algún que otro obstáculo. La reglamentación en España obliga a que un entrenador que venga de fuera tenga al menos cinco años de experiencia como primer entrenador a primer nivel. Finalmente, el Alavés y el propio Zubeldía lograron acreditar esa experiencia. El técnico argentino llegó a mediados de junio a Vitoria con sus ayudantes Lucas Vivas y Maxi Cuberas.

Con el entrenador ya fichado, la misión consistía entonces en formar la plantilla. Esta era una misión difícil, ya que el equipo había sufrido nueve bajas, entre ellas jugadores tan importantes como Theo Hernández, Kiko Femenía, Marcos Llorente, Víctor Camarasa o Deyverson Silva.

Fotografía: Deportivo Alavés
Fotografía: Deportivo Alavés

Los primeros en llegar fueron los laterales izquierdos Rubén Duarte y Héctor Hernández. El primero llegó del Espanyol a cambio de 400.000 euros y el segundo venía cedido de la Real Sociedad. Poco después llegó el joven delantero bosnio Ermedin Demirovic, procedente del RB Leipzig.

Los fichajes seguían llegando. Enzo Zidane, hijo de Zinedine Zidane, rescindía con el Real Madrid y firmaba tres años con el Alavés. También llegaba el joven central Adrián Diéguez procedente del Alcorcón y que ocuparía ficha del filial.

A principios del mes de julio se hacía oficial la marcha del extremo canario Édgar Méndez al Cruz Azul mexicano, que entrenaba Paco Jémez. Le quedaba un año de contrato y su cláusula de rescisión era de cinco millones de euros. El traspaso se concretó por algo menos de dinero.

El Alavés se movió en el mercado para paliar esta baja, y consiguió la cesión del joven extremo izquierdo Alfonso Pedraza, procedente del Villarreal. Además, fichó a Rubén Sobrino del Manchester City a cambio de dos millones de euros. El delantero manchego ya había jugado en el “Glorioso” la temporada anterior cedido por el equipo inglés.

También llegaron el mediapunta extremeño Burgui y el central chileno Guillermo Maripán. Ambos firmaron por cuatro años y por ambos se pagaron sendos traspasos. El primero procedente del Real Madrid y que había jugado la temporada anterior cedido en el Sporting de Gijón, a cambio de tres millones, y el segundo, procedente de la Universidad Católica de Chile por una cifra cercana a los dos millones.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Además de los fichajes que llegaban para reforzar la primera plantilla, también se realizaron sendos fichajes para luego cederlos al NK Rudes, el club croata con el que se llegó a un acuerdo de colaboración en el mes de mayo. Estos jugadores eran Antonio Glauder y Juanan Entrena, procedentes de los filiales de Espanyol y Granada, respectivamente.

Sergio Fernández continuaba haciendo su trabajo, y llegaron a Vitoria Wakaso Mubarak y Antonio Sivera. El primero era un mediocentro ghanés procedente del Panathinaikos y con amplia experiencia en Primera División española, y el segundo, un joven portero procedente del Valencia, que costó dos millones.

Mientras tanto, la plantilla entrenada por Zubeldía comenzaba con los partidos amistosos empatando a cero frente al Toulouse y venciendo por la mínima a la UD Logroñés, gracias al gol de Alexis. Después ganó 3-0 al Mirandés con dos goles de Christian Santos y uno de Ibai Gómez, y empató a uno frente al Numancia en Los Pajaritos, con gol del propio Santos.

A finales del mes de julio llegó una mala noticia desde el punto de vista deportivo, pero buena desde el económico. El Betis fichaba a Feddal por unos 2,5 millones de euros. El equipo albiazul perdía a un jugador importante, pero a cambio ingresaba una importante cantidad de dinero.

El uno de agosto el Alavés hizo oficial el fichaje de Rodrigo Ely, procedente del Milán tras pagar tres millones por su traspaso. El central ítalo-brasileño ya era conocido en Vitoria tras el gran papel realizado la temporada anterior después de llegar cedido en el mes de enero. Llegaba para cubrir la marcha de Feddal.

Los amistosos continuaban para el Alavés, que perdió en Turquía 2-0 ante el Trabzonspor en la que fue su primera derrota del verano. Después empató a uno frente al Levante, con gol de Sobrino, y para finalizar la pretemporada repitió el mismo resultado frente al Leganés, que se llevó el Trofeo Villa de Leganés en los penaltis. El gol albiazul lo marcó Pedraza. Este sería también una semana después el primer partido de Liga para ambos equipos.

En la secretaría técnica seguían trabajando, ya que aún faltaban jugadores por llegar. Uno de los últimos fue Tomás Pina, un mediocentro cedido para una temporada por el Brujas belga. Nenad Krsticic, por otro lado, dejó el Alavés para fichar por el Estrella Roja de su país.

Comienza La Liga, llegan curvas

Por fin llegó el comienzo de Liga, en Leganés, y no pudo ser de peor manera. Manu García falló un penalti en la primera parte, y poco después, Gabriel adelantó al Leganés en fuera de juego, que ni el árbitro ni el juez de línea vieron. El equipo albiazul lo intentó en la segunda parte, pero no logró empatar.

El segundo partido de Liga se jugó en Mendizorroza y fue ante el Barcelona. El Alavés compitió e incluso Pacheco detuvo un penalti, pero en la segunda parte, dos goles del astro argentino Leo Messi dieron la victoria al Barcelona.

El mercado de fichajes llegaba a su fin, y el Alavés se hacía con los servicios de Nando, procedente del Valencia, para posteriormente cederlo al Lorca, equipo recién ascendido a Segunda. Pero todavía quedaban fichajes por realizar. Y estos llegaron en los dos últimos días de mercado.

Fotografía: La Liga
Fotografía: La Liga

Álvaro Medrán llegó cedido del Valencia, Munir del Barcelona y Bojan Krkic del Stoke City (los tres cedidos también). El centro del campo y la delantera quedaban completados. Solo faltó por fichar un lateral derecho, ya que Vigaray se quedó como único jugador de la primera plantilla específico para ese puesto.

Tras el parón obligado por los partidos de selecciones, el “Glorioso” volvió a la Liga en el Estadio de Balaídos para enfrentarse al Celta. El equipo de Zubeldía tuvo alguna ocasión para adelantarse en el marcador, sobre todo merced a Bojan, pero el que se adelantó fue el Celta, gracias al gol del uruguayo Maxi Gómez. El partido finalizó con ese 1-0.

La situación del equipo vitoriano era mala, ya que se habían perdido los tres primeros partidos de Liga y ni tan siquiera se había conseguido marcar un gol. Zubeldía ya era muy cuestionado por gran parte de la afición. Entonces llegó el Villarreal a Mendizorroza, y pasó por encima del equipo del argentino. El 0-3 con dos goles de Bakambu y otro de Bacca lo dice todo. Tras el partido el club tomó la decisión de destituir a Zubeldía.

Llega De Biasi

Mientras se buscaba un nuevo entrenador, el equipo viajó a La Coruña con Javi Cabello como entrenador interino. La imagen del equipo mejoró, pero un gol de Luisinho al borde del descanso dio el triunfo a los de Pepe Mel.

En la sexta jornada llegó el Madrid a Mendizorroza, ya con la noticia de que el italiano Gianni De Biasi sería el nuevo entrenador del club “babazorro”, pero de nuevo con Cabello en el banquillo. De nuevo volvió a dar una buena imagen el Alavés, pero dos goles de Dani Ceballos le fueron suficientes al equipo blanco para superar el gol albiazul marcado por Manu García, el primero de la temporada.

Empezaba la época De Biasi con el equipo último con cero puntos tras seis jornadas. El ex seleccionador de Albania debutó en el Estadio Ciudad de Valencia frente a su ex equipo, el Levante. Y empezaba con victoria por 0-2, gracias a los goles de Munir y Medrán. El equipo parecía despertar.

Fotografía: La Liga
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Sólo en Copa

Así llegaba el equipo albiazul al parón de selecciones de octubre, con la moral algo recuperada tras haber derrotado al Levante, un posible rival en la lucha por la permanencia, con un claro 0-2 en el primer partido dirigido por De Biasi. Cuatro jugadores viajaban con sus respectivas selecciones, como era el caso de Óscar Romero (Paraguay), Guillermo Maripán (Chile), Antonio Sivera (España sub-21) y Demirovic (Bosnia y Herzegovina sub-21). Mientras tanto, el Glorioso pactaba un encuentro amistoso frente al Badajoz para no perder el ritmo competitivo. Pese a no tener ninguna trascendencia, el Deportivo Alavés volvía a la senda de la derrota, perdiendo por 2-0 con dos goles tardíos del conjunto pacense.

El equipo recibía, una semana después, a la Real Sociedad en un derbi que despierta siempre mucha expectación y bonitos recuerdos en la hinchada babazorra. Recuerdos gratificantes como aquel partido que era necesario ganar para permanecer un año más en Segunda División y al que el Alavés consiguió dar la vuelta en los compases finales. Esta vez la historia no tuvo un final feliz, y el conjunto donostiarra doblegó al vitoriano por 0-2 con goles de Mikel Oyarzabal y de Elustondo, ambos en el último cuarto de hora del encuentro. Las sensaciones negativas volvían a hacerse patentes en Mendizorroza en el que fue un partido muy gris del conjunto vitoriano, que apenas dispuso de ocasiones de gol.

El equipo continuaba con la necesidad de sumar, porque los 3 puntos que reflejaba el casillero le colocaban penúltimo en la tabla. La salvación cada vez se alejaba más, y era necesaria una reacción. El lugar para sumar era idóneo, Sevilla. Fue ahí donde se produciría un choque entre dos conjuntos con trayectorias opuestas. Así como el Glorioso peleaba por evitar el farolillo rojo, el Betis llegaba noveno en la clasificación, a escasos puntos de las posiciones de privilegio. El guión esperado se confirmó, y el Betis se hizo con los 3 puntos, otra vez, por 2-0. A pesar del resultado, las sensaciones eran distintas a las de 7 días atrás, ya que, por lo menos, el equipo dispuso de un par de ocasiones para meter algún gol.

Pocos días después, el equipo disputó la ida de la primera ronda de la Copa del Rey frente al Getafe en Madrid. Las sensaciones negativas hacían presagiar un duro choque en el Coliseum, con el peligro de sufrir un revés en la competición que tantas alegrías dio la pasada campaña al conjunto albiazul. El encuentro fue duro, con escasas oportunidades de gol, lo que aseguraba que la eliminatoria se resolvería en Mendizorroza. Fue ahí donde apareció, por primera vez esta temporada, la testa de Christian Santos para dar la victoria al Glorioso por 0-1. Esta victoria, segunda de la temporada, pudo haber sido otro punto de inflexión en la trayectoria del conjunto vitoriano.

Fotografía: La Liga
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Pero no fue el caso, el equipo recibía al Valencia con ganas de revertir la situación en la competición liguera. Pese a que el partido disputado por el equipo no fue malo, otro error inocente hacía que los 3 puntos se volvieran a escapar, esta vez por 1-2.

Con este cambio de sensaciones empezaba el mes de noviembre, donde el Alavés recibía al Espanyol. Un golazo de Santos en el primer minuto sumado a una pronta expulsión de Hermoso hizo que el encuentro no se complicase. El Deportivo Alavés lograba sumar, por fin, 3 puntos en Mendizorroza.

La confirmación del buen momento albiazul se debía dar en Getafe dos semanas después, cosa que no sucedió. El partido albiazul fue bochornoso y el conjunto madrileño pasó absolutamente por encima del vitoriano, lo que reflejó el marcador con un claro 4-1. El tanto albiazul lo volvió a conseguir Santos, pero esta vez en los instantes finales. Este resultado ante un posible rival directo dejaba muy tocado al conjunto vitoriano, que veía como la siguiente semana tendría que lidiar con otro choque transcendental, esta vez frente al Eibar, en casa.

Se enfrentaban dos equipos que pasaban por apuros, y el resultado podría ser determinante. El conjunto armero fue más eficaz que el babazorro, y al descanso ya ganaba por 0-1. A mediados del segundo tiempo llegaba el gol de Charles para poner el encuentro 0-2. Pese a los esfuerzos del Glorioso por intentar sumar algún punto, sólo pudo recortar distancias y volvió a ver que otro rival se llevaba los 3 puntos. La situación era complicada, la salvación se alejaba más y no había reacción alguna, lo que provocó el despido del entrenador. Mientras se buscaba un sustituto, el equipo volvía a estar dirigido por Cabello, que lo dirigiría también en el partido de vuelta de copa.

Llega Abelardo, llega la reacción

Llegamos al último mes de este 2017, que está a punto de marcharse. Cuando más oscuro estaba el panorama albiazul, apareció un rayo de luz llamado Abelardo Fernández. Comienza diciembre con dos puntos clave: la resaca de la clasificación copera para octavos de final y la presentación del Pitu Abelardo.

La primera termina con una mala racha derrotista de dos derrotas consecutivas ante Getafe (4-1) y Eibar (1-2) en dos partidos que se marcaron como fundamentales y que acabaron en debacle; no solo por resultados, si no también por el juego del equipo. Este último ante el Eibar en Mendizorroza termina con los experimentos de Gianni de Biasi, que intentó tocar teclas, pero el piano no acabó de sonar bien.

Fotografía: La Liga
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Tras esas dos derrotas, nuevamente Javier Cabello se hace cargo del equipo en la vuelta de los 1/16 de final de la Copa del Rey. El conjunto albiazul venía con la ventaja que el gol de Christian Santos le dio en el Coliseum Alfonso Pérez y la parroquia vitoriana quería ahogar algunas penas en esta eliminatoria. Una vez más Cabello gustó al respetable con su planteamiento, incluyendo al canterano Martín Aguirregabiria en el lateral derecho con una actuación notable. El equipo con los jugadores en su sitio y saliendo a presionar en bloque alto para asfixiar al Getafe le salió bien al técnico, y el equipo le endosa un 3-0 al Getafe con Munir abriendo y cerrando la lata, y un tanto de Bojan que se estrenó; días antes el equipo de Bordalás había vapuleado al equipo gasteiztarra por 4-1 en liga.

Locura en Girona

Al día siguiente, sin tiempo para saborear la victoria balsámica, se presenta al nuevo técnico. Primer día del mes y con solo tres sesiones para conocer a la plantilla, Abelardo y los suyos se plantan en Montilivi en el partido del lunes. Plaza complicada en la que no ganaron equipos top como el Real Madrid o el Atlético que al menos fue capaz de rascar un empate en el campo catalán.

Partido sin mucha actividad en la primera parte, pero que se desmelenó en la segunda. en 15 minutos de la segunda parte el partido se puso totalmente cuesta arriba para el Deportivo Alavés, con los tantos de Stuani y Juanpe (58 y 61). El equipo de Abelardo no había puntuado aún si recibía goles, y había que reaccionar. Y el asturiano lo hizo, dando entrada a Burgui y Pedraza, que cambian las cartas de la partida; dinamitan el partido. Pedraza en el primer balón que toca asiste a Ibai Gómez, que recorta distancias y acaba haciendo un hat-trick en 20 minutos. Le da los tres puntos a un equipo desahuciado veinte minutos antes. Con esta nueva victoria, se ve el mundo de otra manera.

Llega la jornada 15, 4 días después de la victoria en Girona y las exigencias son las mismas: no se puede fallar, en esta ocasión ante un rival directo en casa. El equipo de Abelardo vuelve a responder y suma por primera vez 3 victorias consecutivas en la temporada (2 seguidas en LaLiga) que definitivamente suben la moral. Los goles de Ibai y Munir, se antojaron pocos para un equipo con tan “poca” pólvora como la que había mostrado el Deportivo Alavés hasta la fecha. Hasta 22 tiros lanzó el equipo dirigido por el Pitu, 9 de ellos a la portería de Lizoain en lo que podía haber sido una goleada bastante mayor.

Tercer partido de la Era Abelardo y ante uno de los gallitos de la competición: el invicto Atlético de Madrid. Abelardo vuelve a confiar en el once que le dio buen resultado ante Las Palmas y plantea un partido competido ante la conocida intensidad rojiblanca, equipo menos goleado (7) junto con el líder. El Deportivo Alavés tira más que el Atlético a lo largo del partido, 10 tiros los colchoneros y 11 los babazorros, pero con eficacia distinta. En el minuto 73, Fernando Torres declina la balanza para el equipo de Simeone, que se queda con los tres puntos, en un partido que quizás el empate hubiese sido lo más justo.

Fuera del descenso

Finalizaba el año para el Deportivo Alavés con un nuevo juego a vida o muerte ante un rival directo; el Málaga del cuestionado Michel. Podía ser el broche al mejor mes de lo que iba de liga o volver a caer en el desencanto del quiero y no puedo. Sumar 3 puntos de 9 o volver a caer en casa ante una afición que da envidia a todos los equipos de la competición.

Primera parte con ocasiones muy claras para el Deportivo Alavés que se queda con la miel en los labios, con una propuesta clara por intentar ir a por los tres puntos. En la segunda parte, Munir el Haddadi, tras fallar 4 ocasiones muy claras a lo largo del partido, se encuentra un rechace mal despejado dentro del área y la coloca con el interior al fondo de las mallas de Roberto haciendo el 1-0. Tres puntos de oro, la lotería de navidad llegó a Mendizorroza. El Glorioso termina diciembre con la mejor racha de la temporada y duerme desde el jueves fuera del descenso, algo impensable hace tan solo 3 semanas.

2017 ha sido un año de emociones fuertes para el Deportivo Alavés. En su vuelta a la élite han cuajado una temporada más que notable en Liga y han alcanzado la final de Copa del Rey, que permanecerá en la memoria de los aficionados durante años. Los alavesistas han vuelto a disfrutar con su equipo.

La nueva temporada no ha comenzado igual, pero los aficionados, con su apoyo, han demostrado que ellos son el mayor activo que tiene la ent