Tan sólo nueve años después de su fundación el Albacete ya jugaba en la categoría de plata del fútbol español, corría la temporada 1949-1950 y el club manchego venía para quedarse, o eso parecía tras finalizar la primera campaña en la categoría de plata, al ser uno de los equipos revelación y lograr una meritoria séptima plaza. Pero el sueño duraría poco, pues el club no lograría mantener la categoría al finalizar decimoquinto y verse obligado a regresar a la Tercera División tan solo dos años después de su primer ascenso. Se cerraría así el primer y efímero paso del Alba por la categoría de plata.

Diez años tuvieron que esperar los aficionados manchegos para volver a disfrutar de su Albacete en Segunda División, fue en la temporada 1961/1962 con el recién inaugurado Carlos Belmonte. Nuevamente y tras una temporada dubitativa del equipo en la que acabó decimotercero, viéndose relegado a disputar las eliminatorias de descenso que no salvarían al Albacete de la quema del descenso. El Albacete seguía sin acostumbrarse a la nueva categoría y parecía que no estaba hecha para él. Comenzaba ahora una larga travesía por el desierto.

Volvía en 1985 tras su larga travesía en el pozo del fútbol, pero nuevamente cuajó una temporada nefasta, decimoséptimo concluyó, hecho que enviaba a la entidad manchega de nuevo a las categorías inferiores. Esto empezaba a ser desesperante, pensarían los aficionados de por aquel entonces, tres de las cuatro temporadas que habían logrado disputar en Segunda se habían resuelto con descenso por parte del equipo blanco. Nuevo descenso y vuelta a empezar, con un sueño que iba a terminar por poner a la escuadra castellana en primera plana del balompié nacional.

Cuatro temporadas es lo que tuvo que aguantar el Alba en las catacumbas y conseguir lograr ascender de nuevo a Segunda División. Corría el año 1990 y el Alba volvía a la categoría de plata de la mano de un tal Benito Floro, que dirigía a jugadores como Catali, Zalazar, Geli… Una vez más, el Albacete iba a estar únicamente una temporada en Segunda División, pero esta vez, por algo grande, muy grande. Para éxito y sorpresa del equipo y sus aficionados el Albacete ascendía por primera vez en su historia contra todo pronóstico al ser Campeón de Liga de la temporada 90/91, su mejor resultado hasta el momento en la historia.

Tras cinco temporadas de sueño en la categoría de oro del fútbol español, el Albacete volvía a la Liga de plata en la 96/97, donde finalizaría cuarto, quedándose a las puertas del ascenso. Tras ello, unas temporadas en las que el Alba seguiría, de manera regular, en Segunda, los dos años posteriores quedó en decimocuarta y decimoquinta posición. Con la entrada en el nuevo milenio comenzaría, de nuevo, el despegue del equipo blanco, en la temporada 99/00 concluiría décimo, al año siguiente quinto y posteriormente de nuevo décimo. Algo grande se olía, eran los mejores años del Alba en Segunda. Y esa época dorada culminó en la temporada 02/03 con Cesar Ferrando al frente cuando el equipo logró quedar en tercera posición y volver de nuevo a la mejor Liga del mundo aunque dos años después volverá a Segunda y comienza su descalabro.

Tras una nefasta temporada en Primera, el Albacete vuelve a Segunda, Liga a la que ya estaba perfectamente aclimatado, no como en sus comienzos. Corría el año 2006, el conjunto blanco quedaba en decimotercera posición sin pasar demasiados apuros. Al año siguiente, en 2007, los manchegos lograron finalizar en sexta posición, y había motivos para la esperanza. Al año siguiente, de nuevo vuelta a la mitad de la tabla, decimosegundo. La caída en picado había comenzado. En la campaña 08/09, un Albacete con un delantero actualmente contrastado como Stuani logró mantener la categoría en la última jornada. Los fantasmas del descenso empezaban a acosar a un Alba agobiado por las deudas. Finalmente, decimoquinta posición, exactamente la misma posición que la anterior temporada. Pero lo peor estaba por llegar, la más funesta temporada del club en la historia de la Segunda División obligaría al equipo a naufragar y volver al fútbol semiprofesional dos décadas después al terminar en vigésimo segunda posición en la clasificación de la tabla. Años negros, muy negros, los peores del Alba. 

Un club endeudado hasta las cejas y en el pozo de la Segunda B auguraban un mal futuro a la entidad. Pero la entrada de Garrido y el ascenso de la mano de Sampedro en el 2013 le devolvía a la categoría de plata, algo que por momentos parecía utópico. La temporada del redebut tras la casi desaparición, el equipo lograría finalizar en una meritoria decimocuarta posición. La siguiente temporada, la que debía ser la de la consolidación, no lo fue ni mucho menos. Un año cruzado de principio a fin, con malas actuaciones acabaría con el descenso de nuevo, a Segunda B. Los fantasmas del pasado volvían a reaparecer. Nuevamente no lograban mantener la categoría más de dos años seguidos. Tras una breve travesía por los campos de Segunda B, el Albacete vuelve una temporada después al fútbol de plata.