Decía Jorge Valdano que el fútbol era un estado de ánimo y lo hacía con conocimiento de causa, puesto que vivió en primera persona la ebullición y efervescencia del vestuario madridista de los años ochenta, en el que tipos como Juanito o Camacho le hicieron llegar a una conclusión y, una frase que acabó convirtiéndose en tratado de este deporte. Y en gran medida le asiste la razón puesto que el fútbol tiene mucho de talento, de físico y de concepción táctica, pero poco o nada sería sin la fortaleza mental. Sin la actitud y motivación necesaria para rendir al máximo nivel sin temer al contrario, sin sentirse menguado por el peso de llevar una camiseta y con la fortaleza necesaria como para superar la presión de jugar en la elite del fútbol profesional.  

El fútbol tiene mucho de talento y de físico, pero poco sería sin la fortaleza mental

Menotti, que tampoco es sospechoso habitual en este tipo de cuestiones defiende que el fútbol son tres cosas: tiempo, espacio y engaño. Pero a su vez afirma que por encima de todo, está el convencimiento y la capacidad de hacerse escuchar. Es más, opina que un gran director puede hacer una gran orquesta con grandes músicos pero que con músicos normalitos conseguirá una orquesta afinada que se escuche bien.

Mourinho, que en cambio sí que es sospechoso habitual en este tipo de cuestiones y se sitúa en las antípodas de la concepción futbolística de Valdano y Menotti, conoce muy bien de la importancia de la motivación, pues no se conciben los equipos del técnico de Setúbal sin un elevadísimo porcentaje de actitud y entrega en el terreno de juego. No hay que olvidar que el talento se asocia a la habilidad innata y a la creación, a la aptitud, a la naturaleza innata del individuo para expresar su inspiración en una actividad humana, pero a su vez se nutre vivamente de la inteligencia, la pasión y la actitud al ejercerla.

Simeone, un tipo apasionado que llegó al estadio que late a escasos centímetros de su corazón

Por ello, en estos días en los que trascendió la primera charla de Pep al conjunto profesional que llevó al Olimpo del fútbol, quisiera ensalzar la figura de Diego Sablo Simeone, un tipo apasionado por su profesión que conoce muy bien su lugar de trabajo, el banquillo al que llegó, el estadio que late a escasos centímetros de su corazón, la personalidad histórica de ese equipo que lleva un escudo con un peso grandioso sobre su pechera y sobre todo la importancia de la actitud en este deporte en el que el talento sin la motivación se queda simplemente en un deporte de exhibición.

Y puede resultar incongruente que alguien como yo, que siempre ha defendido el talento por encima de todas las cosas, que como dice Rubén Uría prefiere jugadores que en lugar de cerrarlas dejen bocas abiertas, se descuelgue ahora haciendo apología de la actitud, pero siempre pensé que un buen arquitecto puede tener grandes ideas pero jamás llegarán a ser ejecutadas si no sabe trasmitirlas con pasión a aquellos obreros que han de plasmarlas físicamente e interpretarlas en el solar verde del terreno de juego.

    

Foto: Víctor Manuel Molina // VAVEL

Un buen arquitecto tiene grandes ideas; pero no serán bien ejecutadas si no sabe transmitirlas con pasión a sus obreros

A estas alturas nadie puede dudar que Pep Guardiola fue un afortunado al poder trabajar con una generación de jugadores extraordinaria, pero todo habría sido mucho más complicado si de por medio no hubiese mediado la inteligencia y personalidad del de Santpedor. Mucho más tras leer este pequeño extracto de aquella primera charla: “Señores, buenos días. Pueden imaginar la gran motivación que es para mí estar aquí, entrenar a este equipo. Es el máximo honor. Por encima de todo, amo este club. Y nunca tomaré una decisión que perjudique o vaya en contra del club. Todo lo que voy a hacer se basa en mi amor por el Barcelona”.

“Solo les pido esto. No les voy a echar la culpa si pierden un pase, o si fallan un despeje que nos cueste un gol siempre y cuando sepa que están dando el 100%. Yo podría perdonar cualquier error pero no perdonaré al que no entregue su corazón y su alma al Barcelona. No estoy pidiendo resultados, solo rendimiento. No voy a aceptar a los que especulen sobre el rendimiento”.

Simeone aprendió de Bilardo a valorar que tu camiseta valía más que cualquier otra; de Aragonés en la simbiosis de la mente y el corazón

Y por esas mismas abrumadoras razones, apuesto todo o nada a que el primer discurso del Cholo nada más llegar como técnico al Calderón, debió de ser muy similar al citado anteriormente. Mucho más viniendo de un tipo que puede que se sitúe lejos de mis gustos estéticos, pero que por encima de todo conoce muy bien su oficio, pues desde que era jugador tuvo la suficiente inteligencia como para extraer lo mejor de todos sus entrenadores. Entrenadores que como Bilardo, al otro lado del mapa de la elegancia y la belleza, le enseñó que la camiseta no se intercambiaba con el rival, porque la propia valía mucho más que la ajena. De alguien que como Luis te mira a los ojos y te hace saltar del banquillo, que cree mucho en la piel, en la trasmisión, en la simbiosis de la mente y el corazón para que las piernas funcionen.

También en el talento, porque poca gente ha trabajado con tanto acierto con una estrella como Falcao, al que ha ayudado a convertirse en el mejor nueve del mundo. Porque el Cholo siempre tuvo muy claro lo que siempre reclamó la catedral del contragolpe que es el Calderón, pues como dijo Sabina para entender lo que pasa, hay que haber llorado dentro del Calderón, que es su casa. Una casa, un estadio que identifica muy bien a aquellos futbolistas que trasmiten pasión y compromiso, pero que además se entrega al talento de los genios. Pues ser del Atleti constituye poseer una personalidad única labrada durante décadas.

Ser del Atlético de Madrid constituye poseer una personalidad única labrada durante décadas

Por ello justo ahora, antes de que el Atleti afronte los partidos ante Sevilla, Real Madrid y Barcelona, expreso mi deseo de que este equipo, en el que identifico un estado de ánimo que no percibía desde hacía años, pelee por reducir los abismos existentes entre la cabeza de la Liga española y el resto de equipos. Para la salud de los aficionados y nuestra Liga, sería una gran noticia, una enorme alegría, que el Atleti acabara consolidándose como una alternativa real a Madrid y Barcelona. Y lo deseo de corazón, con ese corazón que tienen los atléticos de siempre, ese que ha hecho latir con fuerza el Cholo, algo más que un jugador, un entrenador o un ídolo, un puro estado de ánimo.

              

Foto: Víctor Manuel Molina // VAVEL

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Sobre el autor
Mariano Jesús Camacho
Diez años escribiendo para medios digitales. Documentalista de la desaparecida web Fútbol Factory. Colaboré en la web deportiva italiana Sportvintage. Autor en El Enganche durante casi cuatro años y en el Blog Cartas Esféricas Vavel. Actualmente me puedes leer en el Blog Mariano Jesús Camacho, VAVEL y Olympo Deportivo. Escritor y autor de la novela gráfica ZORN. Escritor y autor del libro Sonetos del Fútbol, el libro Sonetos de Pasión y el libro Paseando por Gades. Simplemente un trovador, un contador de historias y recuerdos que permanecen vivos en el paradójico olvido de la memoria.