Tres victorias en los últimos tres partidos y doce puntos de los últimos quince posibles eran la carta de presentación del Atlético de Madrid B en Miramar. Ante sí, tenían el reto de encadenar cuatro triunfos seguidos por primera vez en la temporada, y así lo hicieron. Fue un partido igualado; el filial colchonero siempre trató de tener la pelota, pero el Marino no le perdió la cara al choque en ningún momento. El equipo luanquín queda tocado tras esta nueva derrota -la quinta en seis partidos-, aunque mantiene una renta aún importante con las posiciones de descenso.

Comenzaba fuerte el conjunto rojiblanco, que ya en el minuto tres gozó de la primera ocasión clara del partido. Robo de Saúl en el centro del campo, pase entre líneas a Cidoncha y éste, tras recortar a un central, la retrasa para Omar, que no consigue batir por bajo a Rafa Ponzo. Avisaba el conjunto de Santaelena.

Reparto de ocasiones en ambos conjuntos

Respondería el Marino cuatro minutos más tarde, pero Robert se trastabilló y su disparo no encontró puerta. Sí lo hizo un disparo de Adrián Cruz que obligó a Ángel a hacer una gran estirada para desviar el balón a córner. Y en ese mismo saque de esquina Robert a punto estuvo de adelantar al equipo local con un gol olímpico, pero la pelota se marchó fuera por poco.

Saúl, muy activo en todo el primer tiempo, recordando su gran partido ante este mismo rival en el Cerro del Espino, donde marcó dos tantos. Las ocasiones visitantes seguían llegando, Manquillo con un centro medido, se la dejó al pequeño de los Ñíguez en boca de gol, pero éste la envió muy por encima del travesaño de la meta asturiana.

Los primeros cuarenta y cinco minutos no dieron para mucho más, tan solo tímidos acercamientos por ambos conjuntos, que firmaban tablas al llegar al descanso, un resultado que se antojaba justo a tenor de lo visto sobre el terreno de juego.

Comenzaba el segundo tiempo y el filial colchonero parecía buscar el gol con más ahínco del que lo hiciera en el primer período, consiguiendo inclinar claramente el campo hacia la portería de Rafa Ponzo. En el minuto cincuenta y tres, llega otra ocasión clara: se interna Saúl por la banda y se la pone a Omar, pero el canario tampoco encuentra portería, perdonando así otra opción para inaugurar el marcador.

Sale Óliver y hace el primero a los dos minutos

En el minuto cincuenta y nueve de juego llegó una de las claves del partido, cuando movió el banquillo Alfredo Santaelena, dando entrada a Óliver Torres en el lugar de Vicente. Buscaba una mayor presencia en la portería rival el técnico atlético, y vaya si lo consiguió.

Tras una ocasión clarísima de Manquillo, que ataja Rafa Ponzo, Thomas da un pase picado que supera a la línea defensiva del Marino y llega a Óliver, que controla de espuela y bate a Rafa Ponzo en el primer balón que tocaba en el partido. Se adelantaba el conjunto colchonero con un gol que hacía justicia a su mayor ambición en la segunda parte, con un Óliver que había marcado a los dos minutos de su entrada en el terreno de juego.

Tras el gol, el conjunto local se fue en busca del empate, lo tuvo Robert en una potente volea que salvó Ángel y que luego rebotó en el larguero; pero no fue hasta el minuto ochenta y uno, cuando Chus Hevia remataba de cabeza una falta sacada por Guaya y ponía la igualada en el marcador.

Llega la locura a Miramar

A partir de ahí, la locura, el Marino, con más corazón que cabeza, se fue al ataque en busca de la victoria; y, de nuevo, la tuvo Chus Hevia en el ochenta y nueve, pero Elbis estuvo atento y cortó el peligro, salvando así al filial colchonero.

Y ya en el noventa y tres, cuando parecía que el empate era irremediable, el senegalés N'Doye enviaba al centro de las mayas un preciso centro de Javi Manquillo y llevaba la locura a la plantilla rojiblanca.

Con esta victoria sobre la hora, el equipo de Santalena firma de forma definitiva la salvación, y se presenta como un firme e inesperado candidato a luchar por estar en los playoffs de ascenso.