Ladrillo a ladrillo, como si de una obra se tratara, se ha ido construyendo la sensacional temporada de este Atlético de Madrid. Ladrillo a ladrillo. Y así llegó el conjunto rojiblanco a la trigesimosexta fecha del campeonato liguero con el objetivo de colocar un ladrillo más, el penúltimo de un monumento a la historia del Atlético. El escenario, inmejorable, con una afición de 8.000 colchoneros que abarrotaron las gradas del Ciutat de Valencia y que hicieron del feudo granota un mini Calderón desde el primer minuto.

Pero pronto llegó el primer sobresalto de la tarde. Aunque Diego Costa avisó, sin mayor peligro, tras una de sus carreras típicas a la espalda de la defensa en busca de un balón largo de Koke, quien golpeó primero fue un Levante sin presión y que tomó la iniciativa en los primeros minutos. Así, tuvo que ser precisamente en uno de los puntos fuertes de este Atlético, el balón parado, y cuando se puso por delante el Levante. En el primer saque de esquina a su favor, Diop puso un centro al primer palo al que no llegó nadie y la pelota acabó golpeando en Filipe Luis para introducirse en la portería ante la inútil estirada de Courtois. Uno a cero y a remar cuesta arriba, pero con marea rojiblanca a favor.

Poco tardó en reactivarse el Atlético. Apenas cinco minutos después apareció de la nada una jugada que recordó al tanto del triunfo en Valencia: balón largo al corazón del área, aunque esta vez Raúl García decidió esperarla y matarla con el pecho. Keylor no cometió el error de Guaita y aguantó para reafirmar su condición de portero revelación ante el trallazo del navarro. El rechace lo recogió el ‘Guaje’, pero su derechazo se perdió por encima del travesaño. El árbitro decidió alargar el sufrimiento del Atlético señalando dos fueras de juego inexistentes a Diego Costa, ambos con el hispano-brasileño prácticamente solo ante el cancerbero.

Tras diez minutos en los que bajaron las revoluciones del encuentro, con algo más de imprecisión en el bando madrileño y con un centro de campo controlado por Sissoko, Simao y Diop sin muchos apuros, apareció Alderweireld, sustituto de Juanfran esta tarde, para sorprender con una llegada por banda derecha y empalar el balón tocado de Villa, obligando a Keylor Navas a sacar una gran mano abajo en el palo corto.

De ahí al intermedio, poco que rascar. Abusando de los balones en largo, aunque sin problemas en defensa gracias a un seguro como Miranda en la zaga, muy atento para frenar todos los intentos de contragolpe granotas, los rojiblancos no supieron encontrar el camino del empate, quizá con demasiada impaciencia, y se marcharon a los vestuarios con un 1-0 inesperado que les alejaba del alirón en el Calderón. El penúltimo ladrillo parecía resquebrajarse en Valencia.

Consciente de las dificultades de sus futbolistas para elaborar en la zona de tres cuartos, el ‘Cholo’ introdujo en la reanudación la calma y la calidad de Arda Turan y el desborde y la velocidad de Adrián en sustitución de Raúl García y Villa. Tal fue el lavado de cara del once con los dos cambios que apenas medio minuto tardó el turco en plantarse en el área rival para escorarse por la derecha y efectuar su primer centro al área, aunque finalmente quedaría en nada.

Los minutos siguientes fueron de asedio rojiblanco a la meta de Keylor Navas. La afición rojiblanca, que había bajado el pistón al final de la primera mitad, volvió a rugir con el ímpetu de su equipo y a punto estuvo de sellar el empate el Atlético en tres jugadas casi sucesivas, todas ellas con Arda Turan de protagonista y con Diego Costa y Adrián como aliados. No obstante, la zaga granota, bien plantada, y la seguridad del cancerbero levantinista desecharon las ocasiones, manteniendo un resultado estéril para los intereses de los del Manzanares.

Con todo el Atlético en el campo rival, llegó un aviso de los de Caparrós, aunque sin mayor trascendencia. Miranda convirtió un balón largo sin peligro en un arma de doble filo con un pase atrás mortal al que llegaron Godín y Barral de forma dividida. El uruguayo cayó al suelo y el árbitro señaló la falta, con amarilla para el delantero levantinista incluida, ante las ruidosas protestas de la afición granota, que vio escapar una oportunidad única de abrir brecha en el marcador y poner más emoción a la Liga.

Los cambios dieron vida al Atlético, aunque el Levante mató a la contra

Simeone se hartó de contemplaciones y, a falta de media hora para el final, dio entrada a su última bala, Diego Ribas, en lugar de un Koke que no tuvo su mejor día. Y volvió el peligro al área del Levante. El brasileño, junto con Diego Costa, Filipe Luis e incluso Alderweireld lo intentaron de mil maneras, pero la muralla azulgrana y un espléndido Keylor Navas enterraron las ocasiones del Atlético. Así, Barral remató la faena. Contraataque de los de Caparrós por la izquierda y el balón llegó dentro del área a David Barral, que sentenció el choque ante Courtois con el 2-0 para el Levante.

Intentó reaccionar el Atlético, pero un disparo de Adrián al poste certificó que no era el día de los de Simeone. Siguió dominando y encerrando en su área al conjunto valenciano, pero ya sin la fe necesaria para dar la vuelta a un encuentro que se puso prácticamente imposible. Al final, el marcador no se movió más pese a los últimos latigazos levantinistas y el Atlético seguirá líder, pero ya no tiene margen de maniobra. Le siguen faltando dos ladrillos para completar ese monumento histórico, pero no puede fallar más. Málaga y Barcelona esperan, y el Real Madrid está al acecho.

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Sobre el autor
Fidel de la Fuente
Periodista por la URJC. Soy redactor del Atlético de Madrid, lo fui del Unicaja de Málaga. Enamorado de los deportes.