Un nombre propio ha sido señalado por la afición rojiblanca tras los dos últimos partidos. Gabi, capitán colchonero e ídolo local, ha firmado dos pobres actuaciones ante Real Madrid y Olympiacos, algo que no están acostumbrados a ver a orillas del Manzanares.

Gabi perdió el balón que originó el penalti cometido sobre Cristiano Ronaldo

Regular como pocos, el mediocentro formado en la escuela del Atleti ha sorprendido a propios y extraños al cometer muchos errores impropios en él. Todo empezó en el derbi madrileño, donde se mostró tremendamente desatinado con el balón en los pies. No destaca Gabi por poseer una técnica fuera de lo normal, pero sí por no complicarse, y en el Bernabéu lo hizo. Tres balones perdidos en campo propio -uno de ellos terminaría en el penalti de Siqueira a Ronaldo- y una amarilla al comienzo del segundo acto le hicieron ser sustituido, lo cual no sucedía desde el 23 de noviembre de 2014, cuando Óliver Torres le dio descanso a falta de veinte minutos para la conclusión de la victoria por 7-0 ante el Getafe.

La victoria tapó su bajo rendimiento en el Santiago Bernabéu, pero volvió a mostrarse igual de desacertado en el estreno en la Champions League. Una amarilla en el primer minuto de juego tras llegar tarde a un corte condicionó su actuación, y volvió a ser relevado antes de cumplirse la hora de juego. El año pasado solo fue sustituido dos veces consecutivas en una ocasión, y apenas cuatro en toda la temporada.

Un bajón puntual

El pasado ejercicio le da credibilidad más que de sobra como para pensar que este desliz es puntual. Más aún cuando en el inicio de la presente temporada, más concretamente en la Supercopa de España, su rendimiento fue fastuoso y fue uno de los jugadores más destacados de los suyos tanto en la ida, en terreno madridista, como en la vuelta ante su público.

Quedarse fuera de la última lista de Del Bosque puede haber tocado moralmente al futbolista

Toca, pues, esperar a ver cómo se rehace el capitán de estos recientes traspiés. El físico no parece ser el motivo, y quizás este sea de otro orden. Posiblemente su no convocatoria con España, que hubiera hecho justicia a sus méritos más recientes, haya dejado tocado al madrileño, que sueña con debutar con la selección pero ve cómo su edad -31 años cumplidos en julio- juega tan irremisible como injustamente en su contra. 

Pero, con el partido a partido inculcado a fuego en su mente, el timón rojiblanco tiene este sábado una oportunidad de redimirse. El Celta, en un partido más importante y difícil de lo que parece, es un rival de entidad que va a requerir del mejor Gabi para evitar problemas individuales y colectivos a estas alturas de la temporada.