La de este miércoles será una de esas noches grandes en el Vicente Calderón, sin duda. De esas en las que se sufre cuando no se puede formar parte de ellas y no se olvidan cuando se viven desde dentro. El ambiente no será el de los últimos partidos de la temporada pasada, pero regresa al feudo rojiblanco el único himno que ha hecho soñar a la afición tanto o más que el “Yo me voy al Manzanares…”. A excepción de los que acompañaron al equipo a Atenas, ningún aficionado rojiblanco ha vuelto a escucharlo desde la noche del 24 de mayo. Vuelve la Champions, con Lisboa en el recuerdo y la Juventus como oponente. No es el conjunto transalpino el mejor rival al que medirse a estas alturas: líder del Calcio con pleno de victorias y ni un solo gol encajado. Cifras sólo equiparables a las del inicio de temporada del Barcelona. Sin embargo, al Atlético le toca ganar sí o sí para que el tropiezo sufrido frente al Olympiakos sea sólo eso y no pase a mayores. Recién iniciado de octubre y comienzan las finales.

Desde fuera, la suma Juventus + Champions League trae a la mente la idea de fracaso. Para ser exactos el del año pasado, tan estrepitoso que hizo que la actuación el año anterior, cuando el Bayern de Munich impuso su ley en cuartos de final, cayese en el olvido. El regreso había sido fulgurante, pero su liderato de grupo y posterior superioridad frente al Celtic de Glasgow se vieron reprimidos por los hombres de Jupp Heynckes, un equipo más rodado y más trabajado. Aquellas buenas sensaciones es a lo que tratan agarrarse este año en Turín para demostrar que 'La Signora' sigue siendo grande en Europa. La tarea, por el momento, se presenta apasionante.

Por ello, Antonio Conte, antes de abandonar el banquillo juventino, sopesó la posibilidad de cambiar el esquema que le consolidó como el equipo más poderoso de la Serie A , dejando atrás el 3-5-2 para dar paso a una defensa de cuatro hombres. Cambiar algo que funciona no es fácil, más aún si te lo dan hecho, como le ha pasado a Massimiliano Allegri. La llegada del técnico toscano para suplir a Conte generó bastantes dudas, pero de momento tiene al equipo en el mismo lugar en el que se lo dejaron. Tampoco es la Juve la misma que hace un año a pesar de que no hayan habido cambios significativos.

Vidal y Pogba son –aún– mejores futbolistas al haber aprovechado la adaptación total de Llorente y Tévez en la delantera, Lichsteiner sigue siendo ese carrilero infravalorado que juega a destrozar la espalda de las defensas por la derecha y Buffon un portero inmenso al que tiran poco y superan menos todavía. Con esto no da para dominar Europa, pero si para batir a cualquier rival que se ponga enfrente. El problema para Allegri es que deberá medirse al rival más complicado en lo que va de curso sin Barzagli ni Pirlo, que además de compartir nombre, tienen una importancia muy similar en el juego aunque ocupen posiciones diferentes.

De Pirlo se podrían decir muchas cosas, pero pocas de ellas serían nuevas. Lo más importante es que Marchisio lleva ocupando su puesto desde el principio de la temporada y por el momento ha solventado bien la papeleta. Algo que Vidal o Pogba no supieron hacer en determinados periodos del curso pasado y que habla muy bien de Claudio, muchas veces criticado por la diferencia física que le separa del chileno y el francés.

Juve 2

Pese a que la ausencia de Pirlo debería generar problemas, entre otras fases, en la salida de balón, pocos equipos en Italia se atreven proponer un partido cuya posesión no sea mayoritariamente bianconera. Sí se está demostrando que de no ser por la movilidad de Tévez por todo el frente de ataque, la fluidez del juego sería calamitosa. Tiene su lógica, pues si a un equipo extremadamente vertical le obligas a jugar en un espacio limitado, las líneas de pase desaparecen (algo parecido a lo que le ha pasado al Atlético en este 2014). Y es que por mucho que Lichsteiner y Asamoah o Evra estén pegados a la línea de banda intentando dar algo de amplitud, las carencias de Vidal y Pogba en ataque posicional siguen siendo notorias. El único que brilla es Tévez, hoy por hoy el mejor jugador de la Serie A. Llorente, por su parte, se limita a fijar a los centrales, jugar de cara y rematar todo lo que sobrevuele el área rival. Casi nada.

En defensa, la ausencia de Barzagli ha sido suplida con creces por Ogbonna y Martín Cáceres. Conviene resaltar, eso sí, que no se han visto sometidos a un nivel de exigencia semejante al que deberán afrontar en el Calderón. Según explicó en rueda de prensa Allegri, la opción del uruguayo parece ser la más probable, a pesar de perderse los dos últimos partidos por lesión. Correr el riesgo puede merecer la pena, porque a pesar de haber rendido a bien como central derecho, Ogbonna es zurdo. Además, hay que hacer hincapié en la agresividad del juego por banda del Atlético, que tratará de sacar el máximo partido los espacios a la espalda de los carrileros, sobre todo de Lichsteiner. En ese sentido Barzagli ha sido clave gracias a su buena lectura del juego, colocación y habilidad para anticiparse. Cáceres, sin ser un especialista, responde también a las expectativas.

Juve 1

Llegados a este punto, habría que preguntarse cómo afrontará Simeone el encuentro, teniendo en cuenta que este nuevo Atlético aún no tiene un esquema definido. Tanto es así que su mejor partido ha tenido lugar hace sólo 4 días con Tiago como único mediocentro y Mandzukic solo arriba. Lo que es evidente es que, por primera vez en mucho tiempo, el centro del campo rojiblanco podría ser minoría. Por si fuera poco, Koke apunta a ser el mediocentro que acompañase a Tiago. Cuesta creerlo.

De hecho, volver a repetir el once que salió de inicio en la segunda parte frente al Sevilla no sería una locura. La Juventus no defenderá tan atrás como los andaluces: “No es equipo que juegue a la contra y se encierre atrás para encontrar la ocasión. Le gusta presionar arriba y crear espacios amplios en los que Tévez, Morata y Llorente se encuentran muy bien. Los nombres no hablan de un equipo de contragolpe, se encuentran más a gusto cerca del área”, expresaba Simeone. Pero no es menos cierto que con la baja de Gabi y con Mario Suárez a un nivel por debajo del esperado, juntar a Raúl García, Saúl, Koke y Arda Turan para hacer frente a Pogba, Vidal y Marchisio parece una idea acertada. Con ello, la batalla en el centro del campo debería decantarse del lado rojiblanco, además de que los cuatro han demostrado saber asociarse en banda con el resto, así como con el lateral de turno. Con los carriles interiores saturados y siendo la zona más débil del rival, los costados se presentan como el lugar de batalla en el que el Atlético debiera empezar a ganar el duelo.