El encuentro comenzó con un disparo de Moreno que obligó a Oblak a trabajar sin apenas haberse cumplido el primer minuto de juego: un espejismo. El Atleti se hizo pronto con el mando aprovechando las bajas de un Villarreal que mostró un once lleno de retales -con dos laterales, Rukaniva y Jaume Costa, actuando como interiores- y un banquillo plagado de canteranos.

González González se tragó un penalti a Griezmann

Ante esas circunstancias, Simeone y sus chicos pronto olvidaron el peligro de un rival que le traía malos recuerdos -fue el primero en vencerle esta Liga en el Vicente Calderón- y se pusieron a dominar. Al igual que en la ida, tenían la posesión y era el contraataque el arma del Villarreal. Aún así tardaron los visitantes en encontrar profundidad. Lo hizo, cómo no, Griezmann, que se quedaba solo ante Asenjo casi en el área pequeña tras combinar con Mandzukic cuando era zancadilleado por Jokic. González González no vio o no quiso ver lo que parecía un claro penalti y la consiguiente cartulina roja, pues el zaguero era el último jugador y 'Grizi' apestaba a gol.

Tras el susto, fue el propio futbolista galo quien lo intentó, esta vez trastabillado por Bailly, pero se encontró una parada seria abajo al palo corto de Asenjo. Fueron los dos únicos destellazos porque, el resto del tiempo, al Atlético le faltaron ideas. Arda y Koke andan algo faltos de ideas, y los minutos siguientes tras las ocasiones fueron de dominio estéril. Toque de balón en zona de tres cuartos con la defensa local bien plantada en su área concediendo apenas una ocasión al citado Koke, que aprovechó un balón cedido por Mandzukic, rodeado por la policía en el borde del área pequeña, para buscar el gol chocando contra el poste.

Campbell protesta ante la presión de Gabi. (Foto: Twitter Oficial Liga BBVA).

Fue apagándose poco a poco el cuadro rojiblanco y eso lo aprovechó un Villarreal que, juegue quien juegue, tiene electricidad arriba. Fue a balón parado, pero la más clara del encuentro. Un balón casi desde el córner izquierdo lo salvó como pudo abajo con un paradón Oblak a cabezazo a quemarropa de Víctor Ruiz, y el rechace lo sacó del campo Godín cuando lo más fácil era el autogol. La respuesta visitante la puso Mandzukic con un cabezazo forzado a la red, única ocasión antes del descanso.

El paso por vestuarios bajó aún más el ritmo del encuentro. El Atleti no tenía una gota de imaginación en ataque, y el Villarreal carecía de efectivos para llevar a cabo su habitual juego, más allá de encomendarse a las individualidades de un Campbell tan brillante como solitario.

Mejor sin balón

Movió el banquillo Simeone para cambiar cosas -no podía hacer lo propio Marcelino- y dio entrada a Saúl y Torres por Arda y Mandzukic: más ida y vuelta y más velocidad. Cedió pelota el Atleti, y eso a la postre terminaría por irle mejor aunque el Villarreal empezó a amenazar. Lo hizo con balones colgados y lejanos, pero lo hizo. Primero Mario con un disparo alto y luego Moi, desde más cerca, lo intentaron, pero sin suerte.

Parecían las ocasiones el principio del asedio amarillo, hasta que llegaron Bailly y Torres para cambiar el rumbo. El central costamarfileño se confió en un balón rechazado de una pelota propia, dio un toque de más con el freno de mano echado y un tranvía llamado Torres le arrolló. El 'niño' fue más veterano que nunca para robarle la cartera, correrse todo El Madrigal y sentar, por este orden, a Asenjo, nuevamente al propio Bailly y al alimón a su compañero Víctor Ruiz. Después, gol a placer. Mañana igual se ve a los zagueros 'groguet' en una ortopedia comprando caderas nuevas. Podría comprar una cabeza también Bailly, un central con un futuro espléndido y un presente tormentoso, que va a necesitar de un entrenador con paciencia infinita para poder eclosionar.

Asenjo, lesionado, puso la nota triste del encuentro

Tras el tanto el partido entró en la fase que siempre anhela Simeone. Cloroformó el encuentro y lo único que pasó desde el minuto 74 en que cayó el tanto al final del partido no gustó a nadie. En un balón aéreo Asenjo, ya operado dos veces de su rodilla derecha, cayó sobre esta acompañando el aterrizaje de un gesto más que feo. Entre unos sollozos terribles, el meta se maldecía para después dejar un resquicio a la esperanza saliendo del campo por su propio pie. Pero su lesión, de la que se sabrá más en las próximas horas, dejó helados a unos y a otros y fue casi el punto final de un partido en el que no hubo apenas más.

Así, tres puntos vitales para el Atlético de Madrid, que mantiene la distancia con el Sevilla y pasa la patata caliente al Valencia, que saltará mañana a Vallecas a siete puntos de la tercera plaza. Por parte local, caras de pocos amigos a medias por la mala racha del equipo y por el infortunio de Asenjo, más ahora en pleno momento álgido de su carrera. Su rodilla es ahora lo más importante.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Manuel F. Cartón
Diplomado en Ciencias Empresariales sobre el papel, pero periodista de vocación. Soy redactor de tenis y de la sección de fútbol del Real Sporting de Gijón.