Decía un anuncio televisivo que "sin gol, no hay fútbol". Al Atleti, en este caso, no le faltó solo el gol, si no la forma de generarlo desde el centro del campo, con un exceso de delanteros ante tan pocos asistentes. El Villarreal superó en el césped al conjunto de Simeone y se llevó tres puntos gracias a un gol de Baptistao, que acudió a la típica venganza de los 'ex'. Una victoria que bien vale un liderato para un equipo, el de Marcelino, que entusiasma con buen juego y resultados.

Dominio amarillo

Sin rodeos: el Villarreal fue mejor. Sobre todo en una primera parte que el Atlético pareció iniciar bien, presionando arriba e intentado robar balones a la defensa amarilla. Pero fue un espejismo, y el equipo de Marcelino se fue imponiendo con un mediocampo que sobrepasaba al colchonero. El Villarreal, simulando lo que muchas veces ha planteado Simeone, mordía y robaba balones en la defensa contraria ante un Atleti desacertado en la salida de balón.

Apenas pasaban 13 minutos de partido cuando un robo de balón propició el único gol del encuentro. Trigueros filtró un pase perfecto a Baptistao, que se se deshizo de Giménez y se plantó ante Oblak tras apoyarse en Soldado. Como tantas veces se ha visto en el fútbol, el brasileño, que pertenece al club rojiblanco, fue el encargado de dar el primer golpe -y a la postre el definitivo- a los de Simeone.

Sin reacción, el equipo groguet siguió imponiéndose desde la zona central del césped. Gabi fallaba en la salida, Óliver no aparecía en el juego de creación y Jackson ni remataba ni controlaba los balones. Cómodo en el campo, pudieron marcar Soldado y Samu Castillejo el segundo antes del descanso. El primero se topó con Oblak, mientras que el ex del Málaga cabeceó a pocos centímetros del palo.

Mucho delantero, poco mediocampo

Solo en el tramo final de la primera mitad intentó el Atlético aproximarse al área de Areola, y fue entonces cuando llegó su mejor ocasión del encuentro, en un mano a mano donde Griezmann, algo escorado, no logró superar al portero amarillo.

Como en Ipurúa, intentó reaccionar Simeone desde el banquillo. Dio entrada a Torres y Vietto, que dieron más mordiente al ataque rojiblanco. Pero los dos estuvieron bastante desasistidos. El Niño, con carácter pero sin recibir con espacios; Luciano, siempre de espaldas a la portería y escaso de confianza. El problema del Atleti residía en el mediocampo y Óliver seguía sin entrar en el partido, por lo que el 'Cholo' tuvo que dar entrada a Correa en su lugar, buscando esa electricidad que tanta falta le hacía.

Control y liderato

El Villarreal seguía bien colocado en el campo, controlando el partido desde la defensa y amenazando al contragolpe, aunque ya sin Baptistao, que se fue en el descanso. El Atleti subió líneas, intensidad y presencia en el área rival, aunque sin fortuna. Saúl y Tiago intentaban llevar unas manijas que nadie era capaz de controlar.

Con corazón, pero sin fútbol. La única llegada clara del equipo rojiblanco llegó a dos minutos del final en disparo de Correa, que se asoció con Griezmann dentro del área, en el que Areola despejó el peligro. Sin tiempo para más, el Villarreal se llevó una merecida victoria que bien vale un liderato. Con Koke lesionado y Gabi en baja forma, el Atleti echó en falta un centro del campo de garantías y evidenció la falta de refuerzos en esa posición en el mercado de fichajes. El Villarreal, que aún no conoce la derrota esta temporada, dormirá durante una semana en lo más alto.